Revival de la calle Sarmiento: la nueva apuesta para el faro gastronómico de Mendoza

Por su cercanía a un punto icónico de la capital mendocina como la plaza Independencia, así como los principales hoteles y la propia naturaleza de los locales que alberga, la calle Sarmiento ha sido desde tiempos remotos una referencia en la gastronomía local. Sin embargo, es innegable que en los últimos dos años lugares más tradicionales fueron abriendo paso a nuevas propuestas que la transformaron en “el faro gastronómico” de Mendoza dándole una nueva vida que seguirá evolucionando de la mano de la creatividad de los privados y una remodelación por parte de lo público.
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En tiempos donde el consumo argentino todavía no despega y a nivel turístico se ha sentido la baja en el flujo internacional, empresarios gastronómicos siguen apostando por la Ciudad de Mendoza en búsqueda de conquistar al público mendocino, luchando con el prejuicio de que es una zona “cara” para lo que está acostumbrado a pagar el local y con actividades en conjunto para hacerle frente al duro momento.
Propuesta variada y de alto vuelo
Una de sus ventajas es que en apenas dos cuadras (más allá de que la vía se extiende a lo largo de tres cuadras desde calle Chile hasta Belgrano) se concentran opciones de todo tipo, con algunos locales que ya son parte del paisaje mendocino desde hace años, como Estancia La Florencia, La Lucía, más recientemente pero con su recorrido en la zona Azafrán y hasta podemos sumar la heladería Perin, en el último año se sumaron los desembarcos de Auténtico y Flor del Desierto, y apenas más atrás en el tiempo la pizzería napolitana Bigalia o Soberana en la esquina de Perú.
“Dejó de ser una calle de paso que todavía no estaba muy focalizada en lo gastronómico para volverse una calle gourmet”, sostuvo Federico Ardito, uno de los propietarios de Bigalia. Y agregó: “Es una propuesta superadora, con formatos que no vas a encontrar en otros lugares de la provincia. Ahora estamos trabajando para que el mendocino se acerque y rompa el prejuicio de que la calle Sarmiento es cara”.
Pese al complejo contexto económico, por caso, desde Auténtico decidieron mudarse desde Godoy Cruz a la zona, dado su alto potencial en el rubro. “Es un punto espectacular y tiene un montón de cosas para crecer. En el ambiente gastronómico se sabía que la calle Sarmiento y sus alrededores estaban trabajando muy bien, entonces si se abrían oportunidades como nos sucedió, era el lugar donde uno creía que tenía que apostar”, comentó Rodrigo Scattaregia, uno de los propietarios del proyecto.
Pero más allá de la propuesta fija que tiene cada uno de los restaurantes, una de las claves para seguir creciendo pasa por la creatividad de empresarios para atraer a locales y turistas en este momento. “Estamos generando una agenda que tiene como principal desafío hacer una peatonal los domingos al mediodía en particular para que la gente venga a disfrutar la calle Sarmiento, a probar propuestas gastronómica accesible y que el mendocino sienta el disfrute y la empatía con esta calle tan emblemática y con tanta diversidad. Es una mixtura que hace bien a la Ciudad y fortalece la parte económica”, observó Matias Bismach, socio fundador de Flor del Desierto.
“Decidimos apostar por la zona porque somos un grupo empresario chico de Mendoza que nos gusta la provincia y, particularmente, la Ciudad. Queremos seguir refuncionalizando, revitalizando y consideramos que la gastronomía y el turismo es una de las grandes claves para hacerla más bonita nuestra ciudad”, sumó el joven empresario.

Momento de achicar márgenes
Pero más allá del entusiasmo y la puesta en valor de experiencias gastronómicas de primer nivel para conquistar al consumidor por los sentidos, el otro gran desafío es hacerlo por el lado del bolsillo, donde los empresarios no solo reconocieron que en algún momento el sector “pecó” de subirse a la ola de valores que permitía el boom del turismo internacional, también coinciden en que se trata de un momento donde les toca achicar márgenes para poder ser competitivos en precios.
Al momento de hacer números, una de las grandes desventajas que cuenta la calle Sarmiento es el alto nivel de costos fijos que deben pagar los locales, sea cual sea su propuesta. “En nuestro local pagamos en promedio $1,5 millones de luz, $800.000 por el municipio, $3 millones de alquiler y el costo impositivo que tiene tener a todos nuestros empleados en blanco como corresponde. A eso se le suman los costos propios de nuestro negocio, donde trabajamos con todos productos italianos porque somos una de las pocas pizzerías napolitanas del país certificadas”, comentó Federico Ardito.
“Los costos impositivos y laborales no han bajado para nosotros y, si bien se ha visto una recuperación del salario, eso todavía no se ha volcado en el consumo directo, por lo que nos ha tocado achicar márgenes para no trasladarlo a los precios. Pero creo que para la segunda mitad del año va a mejorar el consumo interno, no así el turismo internacional, y eso puede ser positivo”, añadió Ardito.
Desde Auténtico, Scattaregia aseguró que su idea es seguir apostando por el público mendocino, una de sus fortalezas en su antigua locación. “Tenemos que trabajar desde ese mito de que la calle Sarmiento es cara. Tenemos que tener ese proceso de enamoramiento hacia nuestro público que también tuvimos en Godoy Cruz y hacernos conocidos de este lado con el desafío de poder ser competitivos desde los precios, porque desde la calidad, la atención y de la experiencia que brindamos no cambiamos”, aseguró.
“Veo una recuperación mucho más y apuesto a que este año sea un año de transición, de ser muy ordenados e inteligentes en las decisiones que tomamos y una mejora a partir de marzo del año que viene. Entiendo que este es un año de trabajar muy bien lo que son los números de un negocio, sin tomar tantos riesgos, mejorar, seguir innovando y tratar de llegar bien parados al año que viene”, analizó Scattaregia.
Para Matías Bismach, la calle Sarmiento presenta una gran oportunidad para seguir visibilizando la industria gastronómica de Mendoza, pero con la clave del trabajo mancomunado de los restaurantes de la zona: “Es un punto de inflexión porque a raíz de tantas dificultades que se han presentado en estos últimos meses con este cambio de paradigma de consumo y del turismo hay una gran fortaleza asociativa de los gastronómicos de la zona y estamos intentando generar una mayor identidad de nuestra calle”, completó.
Una obra postergada
Desde la Ciudad de Mendoza entienden también que la vía es de suma importancia para la actividad económica del municipio, por lo que a comienzos de este año anunciaron una remodelación que iba a comenzar en el mes de abril, pero que, por pedido de los empresarios gastronómicos de la zona, fue postergada para el mes de junio, ya que podría demandar unos dos meses, aunque su ejecución está pensada para que los locales puedan seguir en funcionamiento durante los trabajos.
Dado el posicionamiento mundial que ha tenido la provincia y esta arteria a nivel culinario, la idea en la comuna que comanda Ulpiano Suárez es que el tramo de tres cuadras que nace en la Plaza Independencia sobre calle Chile y concluye en la avenida Belgrano, donde pasa a llamarse Emilio Civit, tenga una intervención que busca la conexión con el sector gastronómico. La misma incluirá nivelación de veredas, renovación de sistema de iluminación y otras mejoras.
Así como el pasado 4 de mayo la calle Sarmiento se convirtió en peatonal para recibir la “Gastro Maratón”, en el marco de la Maratón Internacional de Mendoza, donde 13 locales de esa arteria ofrecieron platos a precios desde $5.000 a $10.000, en el comienzo de junio habrá una iniciativa similar que marcará una especie de despedida antes del comienzo de las obras.