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Las razones ocultas que frenan el uso de dólares del colchón sin explicar cuál es su origen

La medida quedó stand by hasta nuevo aviso, envuelta en la campaña electoral. De difícil implementación la bienvenida a esos dólares también presenta obstáculos regulatorios y económicos.
El ministro Luis Caputo busca monetizar la economía, apelando al ahorro de los argentinos en billetes verdes. Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ
El ministro Luis Caputo busca "monetizar" la economía, apelando al ahorro de los argentinos en billetes verdes. Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

Estaba todo dado para que el pasado jueves, a sólo 72 horas de los comicios legislativos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el Ministerio de Economía diera detalles de qué manera quienes tienen dólares en el colchón, un eufemismo que refiere a los ahorros en moneda dura no declarados ante el fisco, pudieran utilizarlos sin dar explicaciones de dónde provienen e ingresarlos al circuito económico como si fueran inversión extranjera directa.

Pese al ingreso de 15.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional, contantes y sonantes, el pasado 15 de abril, justo al levantarse el cepo cambiario a los individuos - para las empresas no se levantó e incluso se profundizó- las reservas internacionales del Banco Central de la República Argentina (BCRA)  siguen en zona de riesgo.

Es cierto que con el ingreso de esos dólares ahora las reservas netas pasaron del rojo al positivo, pero no es menos cierto que en más de un mes de vigencia del nuevo esquema cambiario, las reservas se mantienen estables, sin crecimiento alguno.

Esto es una luz amarilla para la autoridad monetaria, que no logra avanzar en la meta de sumar 4000 millones de dólares a las reservas hasta fin de junio, tal cual se comprometió el Gobierno en el nuevo acuerdo con el FMI.

Dólares escasos

Según el esquema de bandas de flotación cambiaria, el Banco Central no interviene mientras la cotización se encuentre entre esos márgenes, por lo que incluso en momentos en que los agroexportadores están liquidando dólares de la cosecha gruesa, el Banco Central no compra y por lo tanto no "capitaliza" este buen momento en términos de reservas internacionales.

En este contexto, el Gobierno anunció esta medida destinada a habilitar el uso de dólares ahorrados y fuera del sistema financiero -literalmente en el colchón o en cajas de seguridad de los bancos- para hacerlos circular e impulsar la actividad económica. 

En el Ministerio de Economía insisten en que el paquete está cerrado, y quiere avanzar buscando captar esos dólares para apuntalar la actividad económica y la estabilidad cambiaria por mayor oferta de dólares y, en consecuencia, mantener a raya y a la baja la inflación.  

Lanzada al final de la campaña electoral, la iniciativa generó mucho ruido político. Pero más allá de los dimes y diretes de los diferentes candidatos a legisladores porteños sobre el tema, lo cierto es que el proyecto oficial chocó con al menos tres argumentos de peso para avanzar en su implementación.

Carrera de obstáculos

En primer lugar, los tributaristas advierten sobre las restricciones legales que habría para implementar la medida sin pasar por el Congreso, porque supone modificar normas impositivas como podría ser cambios destinados a simplificar el impuesto a las Ganancias. 

Blanquear dólares negros supone reconocer un incremento patrimonial, que debería tributar Ganancias. Para eximirlo es necesario modificar la Ley de Procedimiento Tributario, que es facultad del Congreso y no del Ejecutivo.

Además, un punto fuerte en contra es que el país tiene compromisos internacionales en materia de lavado de dinero en el marco del GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional), medidas que buscan resguardar el FMI pero esencialmente el gobierno de los Estados Unidos. Ingresar dólares del colchón sin preguntar sobre su procedencia podría abrir la puerta a un "blanqueo" de dinero de actividades ilícitas.

El tercer factor tiene más que ver con los usos y costumbres y la confianza. ¿Por qué razón alguien que accedió a dólares y los dejó fuera del sistema como cobertura ante la inflación o por temor a la mano del Estado, los declararía ahora arriesgando quedar en la mira de la ARCA?

Independientemente de si esos dólares fueron comprados con dinero "sucio" o con pesos provenientes del sueldo o actividades lícitas, hay una cuestión de oportunidad, de confianza en el sistema, que los argentinos han aprendido a lo largo de décadas. 

Y a esto se suma una razón económica. Las grandes y medianas empresas ya han ingresado a los sucesivos blanqueos que lanzaron las diversas administraciones y las pequeñas empresas hoy necesitan que la actividad económica mejore, antes de invertir más recursos con dólares del colchón.