Por qué no sirve una reforma previsional: cuál es la solución al problema de los jubilados

En España cuentan con 21,5 millones de asalariados privados (personas con recibo de sueldo) y 9,5 millones de jubilados. En Italia hay 24,5 millones de asalariados privados (con recibo de sueldo) y 15 millones de jubilados. En Estados Unidos tienen 165 millones de asalariaos privados (registrados, con recibo de sueldo) y 50 millones de jubilados.
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En Europa, el seguro de vejez es el principal o único pilar de la previsión para la jubilación en países como Alemania, Austria, Bélgica, España, Francia, Italia, República Checa y Eslovenia. El objetivo principal es garantizar un nivel constante de ingresos a los jubilados.
Los fondos de estos regímenes proceden de las cotizaciones abonadas por los patrones y los trabajadores. Funcionan sobre la base del reparto: las cotizaciones de la población activa financian las pensiones actuales.
La relación dependiente privados/jubilados es de 1,5 activos por cada jubilado. En España, aunque el sistema también tiene problemas, están todavía en algo más de dos trabajadores activos por cada jubilado. Estados Unidos cumple con los organismos internaciones y tiene un sistema de seguridad social sostenible y rentable (promedio de 3,4 activos por cada pasivo) para una población de 350 millones de norteamericanos.
En Argentina, en cambio, el debate gira sobre la reforma previsional, aunque los últimos cuatro gobiernos, incluido el actual, no han podido darle eficacia, ni mucho menos rentabilidad a un sistema que está quebrado hace 20 años.
Los últimos gobiernos, y más aún, los que han intentado sin éxito una reforma del sistema previsional argentino, a menudo se pasa por alto un problema fundamental: la falta de empleo registrado, que supone que el sector activo, no crece; ergo, jamás se incrementarán los recursos para el sector pasivo.
La creencia generalizada es que ajustar las condiciones de los sistemas de pensiones será la solución mágica a una crisis prolongada. Sin embargo, en lugar de enfocarnos en reformas estructurales a las pensiones, deberíamos centrarnos en generar empleo formal y sustentable.
Los sistemas de pensiones, en su mayoría, se fundamentan en la relación entre el número de trabajadores activos y los beneficiarios pasivos. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la relación ideal es de tres trabajadores activos por cada jubilado. Este modelo no sólo asegura la viabilidad financiera de las pensiones, sino que también permite un crecimiento sostenible del sector pasivo.
Argentina tiene, hace 18 años, el mismo número de asalariados privados, oscilando entre 5,8 a 6,2 millones. El dato actual es de 6,2 millones de activos frente a 7 millones de jubilados. Según los parámetros internaciones de los organismos en materia de Seguridad Social, Argentina necesita 21 millones de activos. Ahora, se dan cuenta, qué lejos están que los jubilados estén bien, y por más reforma que se intente, no es la solución.
En lugar de enfocarnos en reformas estructurales a las pensiones, deberíamos centrarnos en generar empleo formal y sustentable
Cuando el índice de empleo registrado es bajo, el sistema previsional se ve abrumado. Con menos contribuyentes, los fondos destinados a las jubilaciones y pensiones no crecen como deberían. Por lo tanto, el verdadero desafío radica en la creación de empleo formal, que no solo beneficiaría a los trabajadores y sus familias, sino que también fortalecería el sistema previsional.
Es momento de entender que las reformas superficiales no resolverán la crisis: el verdadero avance en la Seguridad Social requiere de un enfoque en la formalización del empleo y el crecimiento de éste mediante la implementación, no solo de nuevos puestos de trabajo, sino que no alcance con solo generar trabajo.
Si el trabajo no se acompaña de políticas públicas de empleo, por más trabajo que haya, y en Argentina sobra trabajo, éste tendrá empleo no registrado como el que tenemos en la actualidad (6 millones de empleos en blanco y 11 millones en negro).
¿Y esto por qué? Porque en Argentina, es tentador surfear en la clandestinidad porque el Estado, mediante sus órganos descentralizados (ARCA) no le saca el pie de la cabeza a los únicos que generan empleo en el país, los empleadores (monotributistas, responsables inscriptos y sociedades comerciales) que, a la hora de registrar sus dependientes tiene un costo de 130%, sueldo incluido.
Las políticas deben estar diseñadas para incentivar la creación de empleo, así como para impulsar la economía de manera general. Solo así, las jubilaciones y la calidad de vida de los jubilados podrán mejorar.
* Juan Pablo Chiesa es abogado especializado en Empleo y Políticas Públicas, escritor, docente y presidente de Aptitud Renovadora.
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