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Dólar: qué está diciendo la brecha cambiaria y qué puede pasar con el cepo

El mercado cambiario está más convulsionado que de costumbre, sobre todo a esta altura del año. Pero algunos factores explicarían la suba del diferencial entre el dólar oficial y los financieros.
En una semana en la que la brecha cambiaria superó el 47%, la tensión cambiaria dominó la escena en los mercados financieros. Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ
En una semana en la que la brecha cambiaria superó el 47%, la tensión cambiaria dominó la escena en los mercados financieros. Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

Tras encadenar la cuarta suba consecutiva el dólar CCL  (Contado con Liquidación) se posicionó en torno a los $1.340 acumulando un alza del 6%, la mayor desde principios de junio, llevando la brecha cambiaria a más del 47% (mientras que la brecha de los exportadores se amplió de 29% a casi 35%).

Una perspectiva más amplia permite ver que ambos diferenciales (spreads) se han más que duplicado desde la última baja de tasas del Banco Central (BCRA), superando los máximos de principios de junio y volviendo a los niveles de mediados de febrero, aunque todavía se ubican por debajo del récord de la era Milei de fines de enero (+59% y +42%). Ahora bien, qué lectura puede hacerse, o más bien, hace el mercado del aumento de la brecha.

El mercado descuenta la aprobación de la Ley Bases en Diputados, aunque sigue de cerca cómo termine el Paquete Fiscal, ya que la inclusión de la reforma de Bienes Personales y Ganancias es clave para no comprometer la sostenibilidad fiscal, sin embargo, los analistas creen que hay otros factores que estarían influyendo en mayor medida. 

La jugada de los exportadores

Por un lado, el sector exportador se ve desincentivado a liquidar divisas ante la mayor brecha cambiaria, a lo que se suma un bajo costo de apalancamiento y la expectativa de la salida del cepo. De modo que bajo el imperio del dólar blend (80% dólar oficial / 20% CCL) esto implica que hay una menor oferta, tanto vía el mercado oficial de cambios como del Contado con Liquidación (dólar CCL). 

Por lo tanto, el dólar financiero que sólo es contenido por el flujo exportador, a esta tasa de interés en pesos hace que se postergue la liquidación de divisas de los exportadores y dada la misma demanda (ya que siguen las restricciones que operan para empresas y grandes inversores) el CCL sube. 

Con relación a la tasa de interés en pesos, el BCRA decidió no renovar la regulación que encarecía el costo de apalancamiento para los productores de soja que acumulen más de 5% de su producción (la norma fijaba un piso equivalente a 120% de la tasa de política monetaria).

La tasa a la que se financiaban los productores de soja tenía un piso del 48% nominal anual (61,3% efectiva anual o 4% efectiva mensual), siendo mayor a la tasa de adelantos en cuenta corriente (o descubierto) de 44,1% anual (55,1% efectiva anual o 3,7% efectiva mensual). De modo que esta baja adicional en el costo de apalancamiento podría desincentivar aún más la liquidación de los exportadores, salvo que esté más cerca la salida del cepo.

Deslizamiento del dólar oficial

Pero, por otro lado, el mercado está siguiendo con especial atención la dinámica en el mercado de cambios oficial que muestra señales de que el esquema de acumulación de reservas con cepo comienza a lucir agotamiento (quizás puede ser un detonante del desmantelamiento de los controles de cambios y capitales). 

Vale señalar que el BCRA vendió en la última rueda 76 millones de dólares tras comprar 90 millones en las dos ruedas previas (el volumen operado en el mercado de cambios del Mercado Abierto Electrónico fue el menor desde comienzos de mes). De esta manera, el BCRA suma un saldo positivo de apenas 38 millones de dólares en lo que va del mes, y acumula compras netas desde la devaluación del 13 de diciembre pasado de 17.289 millones de dólares

El mercado esperaba que el BCRA comenzara a vender a partir del tercer trimestre del año, cuando la estacionalidad de la oferta del agro y las importaciones comienza a jugar en contra. Por lo que, al haberse anticipado la temporada de ventas a junio, sólo permitiéndole acumular 38 millones de dólares en lo va del mes, no es un buen augurio de lo que puede venir. 

De esta forma, el ritmo de compras del BCRA se encuentra en mínimos de la era Milei, dado que el promedio móvil de 10 días recortó a -6 millones y el de 20 días a 9 millones.

No extraña entonces que también esté aumentando el interés por los bonos ligados al tipo de cambio (dólar linked), sobre todo, del segmento corporativo de las obligaciones negociables, para aprovechar la mayor brecha cambiaria, con la esperanza de que el fin del cepo esté más cerca.