Falta de dólares: Javier Milei y los sojeros, en tiempos de definiciones
Cada vez es más clara la dependencia del Gobierno de los dólares que genera el campo y en el especial los exportadores de soja. Una medida clave vence a fin de mes y tiene al FMI en la mira.
Son tiempos de definiciones en la relación del Gobierno y lo sojeros. Desde el Ejecutivo se espera una sensible aceleración del ritmo de liquidación, en tiempos en que el ciclo agrícola 2023/24 comienza a culminar. Desde el campo aguardan una “prueba de amor”: que el 30 de junio no haya prórroga del régimen que aplica una sobretasa del 20% la tasa de interés a los productores que tengan más de un 5% del stock de soja sin liquidar.
Según los números que manejan desde el Ministerio de Economía y el Banco Central de la República Argentina (BCRA), para esta época y teniendo en cuenta la relativa buena cosecha que hubo entre el año pasado y este, la entidad que dirige Santiago Bausilli debería estar comprando unos 300 millones de dólares diarios. Y completar un mes por arriba de los US$ 3.000 millones.
Incluso arañando la meta de los US$ 4.000 millones. Sin embargo, el ritmo viene lento y un buen día del BCRA es una jornada donde las compras llegan a los US$ 100 millones. Según el último informe publicado el viernes por la Fundación Mediterránea titulado "El ciclo agrícola ingresa a su fase comercial, con promesa de aumento importante en el ingreso de divisas", aún hay tiempo para esperar una mejora en las liquidaciones.
Se acuerdo al informe de la entidad dirigida por Pía Astori, “el ciclo agrícola 2023/24 está culminando su etapa productiva (últimas semanas de cosecha de granos gruesos), para pasar a la fase comercial, aquella en la que los granos producidos deben ingresar al circuito económico, ya sea al de la exportación o al de las industrias locales de procesamiento”.
Reconoce la Fundación Mediterránea que la cosecha viene a un ritmo rezagado en el sector sojero, ya que a fin del mes pasado “se llevaba cosechada el 77% del área implantada con soja (Bolsa de Cereales de Buenos Aires), con un atraso de 12 puntos porcentuales respecto del patrón de años anteriores”.
Según los datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, las estimaciones de volúmenes producidos de soja están convergiendo en un rango de 49-50 millones de toneladas según distintas fuentes, creciendo un 100% o más respecto al ciclo previo. Mientras tanto, hay buenas noticias por el lado de los precios internacionales. Las cotizaciones en el Mercado de Chicago, que se mostraron a la baja en buena parte del año, empezaron a recuperarse en mayo.
Los datos concretos de la comercialización de la oleaginosa indicaban que a fin de mayo se había vendido el 20% de la cosecha esperada, un porcentaje, según la definición de la Fundación Mediterránea “bajo con respecto a la media de las últimas 18 campañas”, cuando había sido del 34%. Todo indicaría que desde el comienzo de junio la situación habría comenzado a mejorar, lo que aún no se siente en las reservas del BCRA.
Un cálculo optimista para lo que resta de junio es que finalmente las compras puedan alcanzar los U$S 2.000 millones, para completar un buen panorama de julio. Para que esto suceda, es imprescindible que el ritmo de liquidación acelere esta misma semana.
Mientras tanto, los productores aún están analizando de qué está hecho el gobierno de Javier Milei. Ya conocen sus promesas de “liberar al campo” de la presión impositiva, de eliminar retenciones y de terminar con el impuesto PAIS. Sin embargo, no hubo novedades.
Los sojeros saben leer los números de la economía. Miran mes a mes la evolución de la recaudación impositiva (la única variable que puede mostrar si hay o no ingresos por arriba de la inflación), y ven que el impuesto PAIS es la vedette del momento. Y que el capítulo retenciones no le va en saga. Comprenden entonces que no será en estos meses en los que mejoraran sus ingresos vía reducción impositiva.
Descartan también que esté en la mente de Javier Milei y Luis “Toto” Caputo una devaluación, como tampoco una mejora del "blend" que les permite liquidar el 20% en el Contado con Liquidación (CCL). Los sojeros están dispuestos a esperar. Pero reclaman una prueba de amor. Concreta, clara y, haciendo números, no tan complicada para las arcas públicas.
El 30 de junio vence el régimen ideado durante el gobierno de Alberto Fernández con Miguel Pesce en el BCRA, que obligaba a pagar un interés anual de 120% para los agricultores que tengan más de un 5% del stock de soja o trigo sin liquidar. El cronograma original vencía el 31 de diciembre. Sin embargo, sorpresivamente, el gobierno de Javier Milei lo prorrogó seis meses más, con lo que su vigencia termina el último día de junio.
El problema para Economía es que esta medida es uno de los muchos requerimientos del Fondo Monetario Internacional (FMI) para sostener la liquidación de dólares y ayudar al aumento de las reservas, quizá la variable que los técnicos de Kristalina Georgieva más tienen en cuenta para saber qué tan sana está la economía argentina.
Para peor en los próximos días se reunirá el Board del organismo para confirmar que el país aprobó la revisión del primer trimestre del año, con lo que recibiría unos US$ 800 millones desde el FMI. Tensar la relación con una medida contraria a la visión de los técnicos de Washington no parecería una buena idea para que la negociación por nuevos acuerdos se acelere.
El tiempo pasa. El reloj corre. Y sin dólares en el BCRA todos los planes de Javier Milei y Caputo se complican. Son tiempos de mirar a los sojeros. De frente.