Perspectivas

Anuario del Ieral: qué pasará con el dólar, la inflación y la actividad en 2024

El Ieral de la Fundación Mediterránea presentó su anuario de Mendoza y analizó lo que sucedió y lo que puede pasar en la economía nacional y provincial. Cuánto cayó la economía.

Diana Chiani
Diana Chiani miércoles, 6 de marzo de 2024 · 07:15 hs
Anuario del Ieral: qué pasará con el dólar, la inflación y la actividad en 2024
La presentación del anuario estuvo colmada de asistentes

El Ieral de la Fundación Mediterránea presentó su 19° informe anual 2023 y perspectivas para 2024 de la Economía de Mendoza. Los economistas locales de la entidad, Gustavo Reyes y Jorge Day, ofrecieron un panorama de lo sucedido en la actividad el año pasado y qué puede pasar tanto en el país como en el mundo y en la provincia con relación a la actividad.  Con un hotel Hyatt colmado y la presencia de funcionarios provinciales como la vicegobernadora, Hebe Casado, y el ministro de Producción, Rodolfo Arizu, los asistentes se llevaron una perspectiva clara de los escenarios posibles.

Como invitado especial y con un mensaje grabado, uno de los socios fundadores de la Mediterránea, el exministro de Economía Domingo Cavallo, valoró que se “pueda avanzar con políticas de desregulación y apertura impulsadas por la Fundación desde la década de los 90”. Durante la presentación se esbozó lo que sucedió con los distintos sectores de la economía así como se especificó sobre qué debe hacer Mendoza para despegar en caso de que se ordene el escenario económico. Hay que tener en cuenta que –pese a las distintas características a nivel nacional y provincial- la actividad provincial cayó en 2023 1,4%, lo mismo que disminuyó la economía general. Así, aunque las provincias dependen en parte de lo que suceda con las variables macro, los profesionales del Ieral destacaron que la provincia puede establecer diversas medidas para apalancar un posible crecimiento.

También hicieron un repaso de lo sucedido con la devaluación, la inflación y la brecha cambiaria; entre otros aspectos macro que impactan en la vida cotidiana de los argentinos. En este marco y en función de la historia de las devaluaciones del país, explicaron que el desafío actual está en que la inflación no se “devore” la mejora en el tipo de cambio. Así, como urgencia y prioridad principal, destacaron que la acción número uno es bajar la inflación y que esa es la condición básica para poder encarar las reformas estructurales para, luego, poder impulsar y sostener el crecimiento.

Los motores de crecimiento

Con relación a la perspectivas 2024, uno de los análisis comenzó por cómo está y estará el resto del mundo. Con un crecimiento pobre en 2023 y una inflación que, aunque bajó, todavía acecha, los principales socios de la Argentina se van a desacelerar según los principales pronósticos. De este modo, se espera un mundo débilmente expansivo en el que también habrá caída de precios internacionales.

El anuario realiza un profundo análisis de la economía local

En el nivel nacional, la terapia de shock, la devaluación y el fuerte ajuste fiscal son la primera parte de un plan de estabilización que es acechado por la alta vulnerabilidad social y política. El crecimiento de la pobreza y la posible conflictividad política son dos grandes dificultades a sortear, que podrían atentar contra el ambicioso paquete de reformas estructurales que ya mostró una gran resistencia en distintos sectores.

“Si vivís en una casa chica y tenés que ampliarla pero se quema, la necesidad y la urgencia es apagar el incendio”, graficó Gustavo Reyes en alusión a  la importancia de estabilizar la inflación primero para, después, volver a crecer. Es que las reformas planteadas por la fallida Ley Ómnibus que hoy quieren retomarse con el Pacto de Mayo son importantes para una segunda instancia que, sin estabilización de la inflación, no sería posible.

En este marco, los economistas estimaron que aunque en febrero ha habido cierta desaceleración de precios, la quita de subsidios tendrá un nuevo impacto en marzo y abril que, no obstante, si el resto de las variables monetarias y fiscales se mantienen o logran podría ser temporal. Además, la recesión existente también debería incidir –luego del cimbronazo de la suba de tarifas- en la desaceleración de precios.

Con relación al dólar y al desafío de que la inflación no se coma la devaluación, el análisis del Ieral presentó tres escenarios posibles de cómo seguiría el tipo de cambio y la brecha cambiaria. En todos, incluida la posibilidad de cerrar el cepo y realizar un nuevo salto devaluatorio, el tipo de cambio tendería a aplanarse por lo que las condiciones del crecimiento deberían comenzar a depender de la productividad y el crecimiento más que del valor del dólar.

“Si Argentina tiene éxito el tipo de cambio real se podría reducir y así subirían los salarios”, destacó Reyes. Esto, impactaría en una mayor inversión y en un dólar más bajo con tendencia al crecimiento. En síntesis, los motores externo e interno serán contractivos con la salvedad de una mejor cosecha tanto en granos como en economías regionales que podría contribuir a salvar la ropa durante este 2024. Será un año de caída de la economía en torno al 2,5% (el doble que este año), con una luz de esperanza sobre el comienzo del último trimestre.  

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