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Inflación alta y salarios que corren detrás: un combo explosivo que el Gobierno no logra desactivar

Según analistas, la inflación bajará unos escalones en febrero desde los niveles altísimos de diciembre y enero, pero no durará mucho. Las proyecciones de lo que puede pasar de marzo en adelante.
La inflación continuará coqueteando con la barrera del 20%
La inflación continuará coqueteando con la barrera del 20%

Año bisiesto. Último día hábil de febrero. El Gobierno nacional sostiene que el segundo mes de este 2024 representará un alivio para los bolsillos flacos de los argentinos y que la inflación retrocederá a niveles del 15%. Consultoras privadas se alinean con estas proyecciones, pero advierten que es la calma que antecede a la tormenta.

Los sectores informales perdieron casi el 34% de capacidad de compra en un año y los sectores formales el 26%, según fuentes privadas. Como efecto dominó, el consumo se desplomó y la actividad económica está en recesión. La situación es compleja, y especialistas consultados por MDZ analizaron qué puede pasar con los precios en el corto plazo.

Los aumentos galopan a la par de la inflación, y empujan los precios de bienes y servicios.

Febrero, un respiro

La inflación de febrero parecería ser mejor respecto a la variación mensual de diciembre y enero, pero aún continuará elevada. Fuentes consultadas por este medio proyectaron que rondará entre el 13% y el 16%.

Por su parte, el Relevamiento de Expectativas de Mercado(REM), que realiza el Banco Central y toma las estimaciones de consultoras, centros de investigación y entidades financieras de Argentina, pronosticaron que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de febrero se ubicará entre el 16,5% y el 18%.

Florencia Iragui, economista de la consultora LCG, detalló: “Alimentos parece haberse amesetado, con una inflación mensual en torno al 11%, lo que aportaría por sí solo 3,5 puntos porcentuales al nivel general. A esto hay que sumarle el sensible incremento de colectivos en el Gran Buenos Aires, y que aportaría más de 8 puntos porcentuales”.

Y aclaró: “Hay que tener en cuenta que aunque sea en GBA, el peso de la región en el total del IPC es casi la mitad por lo que una alta inflación en GBA impactaría directamente en el general. Además, hay incrementos de Combustibles, Telefonía y Prepagas que hacen que el componente de regulados sea un importante actor en este mes. Por esto, esperamos que la inflación mensual supere el 15% con facilidad”.

Por su parte, Andrés Asiain, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), indicó: “Vemos la inflación en torno al 14%. Nos faltan los últimos relevamientos de esta semana. Incluso, el IPC podría llegar a empezar con 13”. El especialista coincidió en que la inflación fue impulsada por “regulados, como el sector electricidad, prepagas, internet, telefonía y cable”.

Marzo vuelve a apretar los bolsillos

Febrero suele ser estacionalmente un mes tranquilo, es decir, todos los años la inflación baja en esta época y vuelve a subir en marzo porque se siente el impacto de la vuelta a las escuelas y el cambio de temporada de ropa. A lo que se suman cuestiones macroeconómicas propias del país como la quita de subsidios en los servicios de luz, posiblemente de gas –a definirse en las próximas semanas-, el aumento del transporte público, la actualización de los impuestos al combustible que impactan en surtidor y en toda la cadena de producción.

Lorenzo Sigaut Gravina, director de Análisis Macroeconómico de la consultora Equilibra, insistió en que, si bien proyectan para febrero una inflación cercana al 15%, “a diferencia del Gobierno, consideran que va a crecer a partir de marzo”. Y agregó como factor determinante la presión de los trabajadores por la recomposición salarial.

Transporte tiene un peso en el IPC nacional del 11%, y es la segunda categoría con más peso, luego de alimentos.

“La inflación puede estar dos, tres puntos arriba respecto a febrero. Obviamente, cuando ya hay un anuncio adicional de tarifas, los precios empujan más cerca de 17%, o si no hay un momento, más cerca del 16%. Todo depende de las definiciones que se tomen con los regulados”, analizó el especialista, en diálogo con MDZ.

En este orden, también se expresó Iragui, quien sostuvo que “marzo podría ser un nuevo mes de aceleración, y abril podría tener el efecto de segundas vueltas de estos aumentos que impactaría en otros rubros”.

“Se espera que en abril vuelvan las presiones por una devaluación porque la inflación de los meses acumulados ya se va a haber comido la devaluación inicial”, adelantó Sigaut Gravina. Y remató: “Creemos que no va a haber una tendencia a la baja sostenida, sino que una habrá baja coyuntural en febrero”.

¿Qué pasa con los sueldos?

Argentina atraviesa un período de estanflación, tal como lo dijo Javier Milei antes de asumir la Presidencia. ¿Qué quiere decir esto? Que la inflación permanece en niveles elevados, mientras la actividad económica se retrae. En el medio, los pesos se licúan y los salarios de los trabajadores siempre corren detrás de la constante suba de los precios y el costo de vida.

La principal pérdida del salario contra la inflación fue en diciembre.

“Estamos en una situación muy compleja. Mucha caída de salario real con un golpe muy duro que fue diciembre y después altibajos para este primer trimestre. La pregunta del millón es si es socialmente y políticamente tolerable esta economía: las cosas aumentan en un contexto de ajuste fiscal, se resiente el empleo porque hay una recesión y el sector público encima está recortando el gasto en general. Esa es la pregunta del millón y es difícil de contestar, pero de golpe pareciera que va... Ya pasaron los primeros meses de gobierno de Javier Milei”, dijo Sigaut Gravina.

“Difícilmente se pueda recuperar mucho el salario contra la inflación. En el mejor de los casos, (los sueldos) no perderán contra los aumentos de educación, de ropa, de regulados, que se viene en marzo”, agregó.

“No podría decirte la sostenibilidad, la verdad, dependerá del poder de negociación que tengan en las paritarias para recomponer o dejar de perder, y de la realidad de cada individuo del país, que tiene distintas situaciones a las que sabrá cuánto puede aguantar”, concluyó, por su parte, Iragui.