"Luces amarillas": la advertencia de una consultora cercana al Gobierno
El derrumbe de los salarios a niveles que no se veían en dos décadas pone entre paréntesis la viabilidad del plan Milei. Cuáles son las señales de la economía que hay que seguir y qué puede pasar.
La consultora 1816 es manejada por Adrián Rozanski, Mariano Skladnik y Martín Defilippo; tres de los más importantes, respetados e influyentes analistas del sistema financiero. Casi concentrada en la City porteña, sus informes semanales son esperados desde hace varios años por su sinceridad y claridad. Se trata, en gran parte, de defensores generales de las ideas de Javier Milei, pero más aún críticos de lo que el peronismo en general y el kirchnerismo en particular representaron en la economía argentina. En otras palabras, gente "del palo".
Por todo esto resulta importante el espíritu crítico con datos reales que el último trabajo de la consultora presentó ante sus clientes, y a los que tuvo acceso MDZ. Fundamentalmente, con un dato clave para medir la situación económica actual. Según el trabajo que ya está en los escritorios de los principales bancos, agencias financieras y empresas de todo el país, los asalariados formales en relación de dependencia en compañías privadas perdieron un nivel de ingresos similar al vivido en la crisis del 2001.
Si se tiene en cuenta que se trata de la joya del mercado laboral argentino, el impacto en la pérdida de poder adquisitivo en este sector explica gran parte de la caída en la actividad económica durante el fin del 2023 y el inicio del 2024. El informe, titulado "Luces Amarillas", advierte sobre los "riesgos de implementación del plan Milei".
Los principales puntos
- Lo que pasó esta semana en Diputados no nos preocupa tanto por la Ley Bases en sí (una ley que, tras el retiro del capítulo fiscal, era más relevante para crecer en el largo plazo que para estabilizar la macro en el corto), sino por lo que significa para la agenda legislativa del Gobierno. Calificando como traidores a los Gobernadores de JxC y a los Diputados de la UCR y de Hacemos Coalición Federal que no votaron al menos 1 inciso de la ley, el oficialismo resiente la relación con la oposición moderada, que necesita para pasar leyes (¿qué va a pasar con retenciones y Ganancias?), pero también para que no volteen decretos.
- La consulta popular podría usarse como recurso para presionar a la oposición en el Congreso, pero en este contexto es extremadamente riesgosa. Es que si bien los datos de inflación marcan una clara desaceleración (25% dic, 20% ene, muy probablemente menos de 20% en feb), la contracara de eso es la brutal recesión que muestran los indicadores de alta frecuencia de diciembre y enero.
- El salario real de los trabajadores privados registrados tuvo en diciembre la mayor caída mensual en al menos 30 años y es muy probable que en enero los sueldos hayan alcanzado un nivel más bajo que el de la crisis de 2001. Los datos de actividad de enero quizás no sorprendan, pero son contundentes: ventas de autos y motos, despachos de cemento, ventas de insumos para la construcción, ventas minoristas, recaudación de impuesto al cheque, todo cae entre 15% y 30% interanual.
Las ventas de alimentos en comercios minoristas bajaron 37,1% interanual, algo no visto ni en pandemia (no significa que se consumieron 37,1% menos calorías, sino que hubo un poco de eso, un poco de sustitución por bienes inferiores y un poco de cambio por segundas y terceras marcas; el índice no mide cantidades sino facturación en pesos deflactada por índice de precios).
- Ni lo que pasó en el Congreso ni estos datos de actividad estaban fuera del libreto, pero vienen a recordar los riesgos del plan Milei. Todavía existe un bull case: el BCRA sigue comprando reservas (más de US$ 6.700 mm desde la devaluación), el fisco habría tenido equilibrio financiero en enero (significaría superávit primario mayor a $1 billón), el Gobierno absorbe pesos, los agregados monetarios están en mínimos en décadas, la inflación desacelera, Vaca Muerta sigue viva.
- Pero los sucesos y datos de esta semana reflejan por qué los bonos en dólares todavía operan en la zona de US$40: el riesgo del plan Milei era y es político.