Eugenio Semino: "Estas medidas tomadas por el PAMI se pagan con vidas"
El Defensor de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires charló con MDZ sobre las últimas medidas anunciadas por la obra social de los jubilados. La pérdida del poder adquisitivo y otros temas.
En una semana con novedades complicadas para los jubilados, donde el Programa de Asistencia Médica Integral (PAMI) anunció algunos cambios en la entrega gratuita de medicamentos, visitó la redacción de MDZ el defensor de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires, Eugenio Semino.
Durante la entrevista, el experto habló sobre los nuevos requisitos dispuestos por la obra social de los jubilados, como la obligatoriedad de ganar menos de $389.398 (equivalente a 1,5 haberes previsionales mínimos), no tener más de un inmueble o un vehículo de menos de 10 años de antigüedad, no estar afiliado a una prepaga, entre otros, y aseguró que las autoridades deberían rectificar su decisión antes de tener consecuencia graves.
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-Ha sido una semana con noticias duras para los jubilados. ¿Cómo lo han afrontado?
- Van apareciendo permanentemente distintas dificultades. Una genérica que tiene que ver con el haber, que se sigue licuando aún con baja inflación. Pero al margen de esto, estos escollos a los que referías se suceden irresponsablemente y hay algunos que trascienden mucho menos, pero que sí perjudican al sector más frágil de la sociedad.
Las sociedades que no cuidan a sus niños y a sus viejos, que ahora los políticos aprendieron a decir adultos mayores, no pueden no ser violentas. Es decir, no puede funcionar sin violencia una sociedad que le da menos a quienes más necesitan. En términos de esto y lo que ha pasado en las últimas horas, toda una reducción de los beneficios para adquirir el medicamento por vía del PAMI, hubo una medida hace un mes y medio más gravosa inclusive que está, porque abarcó a todos los beneficiarios de PAMI. Recordemos, que PAMI tiene un padrón de 5.300.000 beneficiarios. Y traigo a colación de esa medida que pasó hace un mes y medio porque pasó inadvertida, pero es se concatena con esto que estamos viviendo ahora.
El mismo día que apareció el veto presidencial a lo que es la pequeña modificación sancionada por la Cámara de Diputados a la Ley de Movilidad, salió una resolución de PAMI que era muy difícil entender para aquellos que estamos en esto desde hace muchos años e imposible para el ciudadano a pie, porque hablaba de sacar del vademécum PAMI 44 moléculas. Y uno dice qué son 44 moléculas, lo asimila cada molécula a un medicamento. Esto no es así, es decir, la molécula es como si fuera el principio activo, puede salir de una molécula 10, 20, 30 específicos de farmacia. Esto implicaba una pérdida de descuentos sobre los medicamentos que recibe el jubilado. Pedimos informes y lo hicieron colegas de ustedes también nunca llegaron esos informes respecto a qué medicación se trataba.
En realidad, lo que ocurrió en esa ocasión es que los jubilados de PAMI perdieron entre el 20% y el 30% de los descuentos sobre sus medicamentos y uno dirá: “Pero, ¿cómo? ¿No se dieron cuenta, no lo notaron?”. Pasa que el ritmo de aumento de los medicamentos es tan brutal que es imposible percibir de un mes para otro, si eso ocurre porque aumentó el medicamento u ocurre por esto que indefinidamente planteó el PAMI como si fuera un galimatías y nadie entendió.
A renglón seguido viene esto que hemos conocido en las últimas horas que se dice una nueva disposición, pero no es así. Esta resolución debe tener como 20 años y reaparece con cada gestión cuando se quedan sin plata en la partida para pagar a la industria del medicamento. Obviamente se basan en los desaguisados de la gestión anterior, que sin lugar a dudas los hubo y en todas las gestiones va pasando lo mismo porque, como el PAMI se convirtió de hace muchos años en una caja política, la fuerza política que administra el Estado lo usa para sí, para sus campañas electorales. Todo esto va en detrimento de la atención del jubilado.
Esa disposición, de no ser dramática sus consecuencias, sería algo como para seguir como un grotesco divertido, es decir, parece escrita por Groucho Marx. Porque dice que el límite para otorgar el beneficio del descuento del 100%, el medicamento gratis, es aquel que gana un haber y medio, es decir, $388.000. Ahora, ¿Quién nos puede explicar por qué es no pudiente el que gana hasta $388.000 y es pudiente el que gana $392.000 o $400.000 cuando la canasta del jubilado -la última publicada es del 6 de octubre de este año- es de $912.000 con gastos de vivienda? Primer gran tema.
Segundo tema, aparecen otros elementos que suponen riqueza o poder económico del jubilado, por ejemplo, tener más de un inmueble. La gente de mi generación, hoy ya no son todos propietarios de inmuebles, son solo el 50%. Y de ese 50%, en general, los viejos tenemos departamentos viejos que tienen mucho metraje, por lo cual, uno de los problemas que tiene el jubilado en todas las grandes ciudades sobre todo, donde más población años hay, es mantener ese departamento. Está cobrando 300 y pico de mil pesos y tiene una expensa de $150.000 o $110.000. Por lo cual ya es un desafío mantener ese inmueble. Y si ese jubilado, que tiene esa dificultad, tiene un terreno que heredó en algún momento en Quemú Quemú, que ni sabe dónde está, se lo considera pudiente como para no hacerle el descuento del 100%.
-¿De cuántos jubilados afectados por esta medida estamos hablando?
-Esto es el un programa que se llamó Vía de Excepción históricamente. Oscila, inclusive por temporada, en los momentos de mayor morbilidad crece la demanda, por ejemplo en invierno, y en otros decae, pero en general tiene un promedio de 800.000 sobre 5.300.000.
El otro requisito es tener un auto, primero decía de menos de 15 años de antigüedad, ahora lo morigeraron a 10 años. Sigue siendo ridículo. Con esa antigüedad en otros países no pueden circular por seguridad. Acá si el jubilado tiene un auto, primero tiene problema para cargarle nafta en el tanque porque un tanque te sale $50.000. Al margen de eso muchos lo tienen para hacer alguna changa, para trabajar, porque no les alcanza, la verdad. En otros casos, porque a cierta edad tenemos problemas de movilidad o de motricidad. Yo me pregunto y le preguntaba a las autoridades de PAMI si el jubilado necesita el medicamento y no lo recibe al 100% porque tiene el auto, ¿Qué hace, vende la rueda de auxilio o el carburador? Como ves, es ridículo.
Después hay otra que es también absurda, que si tiene una prepaga no le corresponde el medicamento porque se lo considera pudiente. Hay muchísimos casos, quienes hacemos asistencia directa lo vemos todos los días, donde por incompetencia de PAMI, por baches que tiene la atención, la familia le contratan una prepaga de bajo costo para cubrir esos baches. Es decir, cuando tiene que ir a un especialista y en PAMI le dan un turno para dentro de tres meses va al especialista de esa prepaga que lo atienden 15 días, o para hacer algún estudio menor, análisis clínicos y demás. Esto, en realidad, el PAMI lo debiera tomar como un beneficio, porque las prácticas que hace ese jubilado a través de la prepaga se las ahorra, están causando un ahorro.
Este disparate, lo que hemos planteado, debe dejar de existir porque a todo esto se le agrega un galimatías para tramitar la vida de excepción.
Eugenio Semino sobre el uso de PAMI como “una caja política”
-Justamente se viralizó en redes todos los requisitos que se deben cumplir con un montón de trámites que no son nada sencillos para un adulto mayor…
-Los que tenemos muchas juventudes acumuladas no somos nativos al informática y quienes manejamos la herramienta somos un porcentaje de un 20% o 30% que tuvimos que aprender por necesidad laborales, por lo que fuera, muchos por la pandemia. Ahí tenemos el primer escollo. El otro gran escollo de la vía informática es que solo el 60% del territorio del país tiene conectividad. El otro tema es que no son muchos los jubilados que pueden pagar para tener internet en la casa.
Suponiendo que todo esto ocurra, te van a dar turno para ratificar tu declaración jurada para dentro de 15 días en la agencia y, cuando llegue ese turno, tenés que estar rezando previamente esas dos semanas para que esté la trabajadora social en la agencia, porque las trabajadoras sociales están sobrecargadas. A su vez, después que esto ocurra, tiene que constatar ese servicio social y el servicio médico de la agencia que los datos que vos aportaste son reales o no. Por ejemplo, para ver si tenías el coche o no, tienen que consultar al Registro de la Propiedad Automotor; para ver si tenés el terreno en Quemú Quemú tiene que cruzar con el Registro de la Propiedad Inmueble. Nunca va a existir esto, entonces lo que planteamos en el primer momento es: “Déjense de embromar con esto, denuncien los desaguisado de la gestión anterior si los hubo”. Pero tienen que denunciar a los funcionarios, el jubilado pagó por adelantados ese medicamento durante toda su vida.
-¿En cuánto tiempo vamos a ver las consecuencias de esto?
-Esperemos que se rectifiquen antes de tener consecuencias, porque las consecuencias son que no se van a poder iniciar tratamientos o que se van a interrumpir tratamientos. Y esto se paga con vidas. Nosotros hace dos años y medio denunciamos una crisis humanitaria del sector, es decir, cuando hay una práctica tardía, cuando no se atiende a tiempo una presunta enfermedad, o cuando se suspende -hoy ya ocurre-, es decir, hay muchos jubilados que aún con descuento no pueden comprar. Lo vemos todos los días esto.
Lo que ocurre es tierno y doloroso verlo, porque al jubilado el médico le dice tome un medicamento para la hipertensión dos veces por día. Y en realidad va a tomar lo que le permite el bolsillo comprar, entonces toma uno por día, uno por día y medio… Y cosas tiernas decía porque a veces hay una pareja y dividen el tratamiento toman mitad y mitad, pero el tratamiento no sirve absolutamente para nada. El sistema gastó, el jubilado gastó y el tratamiento no existe.
Hay algo más grave. Los primeros medicamentos que el jubilado deja de tomar son de las enfermedades que son asintomáticas, una de ellas es la hipertensión. Los mayores, el 80% o 90% somos hipertensos o tenemos propensión a la hipertensión. No tenemos síntomas, lo vemos todos los días cuando vienen y dicen que no lo toman porque andan bien, pero el primer síntoma de esa enfermedad, en muchos casos es el último, porque es un infarto o un accidente del cerebro vascular. En este estado de cosas estamos, por eso estas medidas son un verdadero disparate.
Eugenio Semino explicó el alto costo que pueden llegar a tener estas medidas
-Si tenemos que cuantificar la pérdida del poder adquisitivo de los jubilados de este año, ¿de cuánto estamos hablando?
-Nominalmente, si tomamos inflación, faltaría diciembre, los jubilados con bono están perdiendo alrededor de un 14% y 15% respecto a la inflación y los sin bono alrededor del 7%. Pero hay que tener en cuenta cuestiones que no aparecen ligadas exclusivamente al sector como la devaluación del 118% los primeros días de diciembre, cuando asumió esta nueva administración. Por otra parte, todo es un continuum, no es que empezaron a perder ahora, sino que venían con una pérdida del periodo anterior del 50% del poder adquisitivo. Es decir, los cortes se dan desde la apreciación de lo político, pero en la vida real vienen perdiendo ya desde hace muchos años, es un tobogán que se precipitó mucho más en el 2023. Para tener una idea, aparte de este año, lo que fue el 2023 la inflación fue el 211%, los jubilados con bono reajustaron en 140% y los jubilados sin bono 110%. Y ahí el dato respecto a lo que hablábamos antes, los medicamentos con precio supuestamente regulados aumentaron el 300% y, como te decía antes, este año el doble de la inflación.
Lo que genera esto es que en la Argentina hay políticas de enfermedad, no hay políticas de salud, es decir, la enfermedad es una desgracia para quien la padece y es un negocio para la industria del medicamento. La industria del medicamento es la fusión de las tres cámaras de medicamentos y nace a través del contrato de PAMI en 1997. Es la que pone los precios del mercado a través de PAMI. Hoy que se habla de libre mercado, de competencia, ahí no hay ninguna competencia, ninguna licitación, ningún libre mercado, porque cada año le llevan el vademecu a PAMI con los precios que ellos quieren. Al ser un tercio del total del medicamento lo que consume PAMI, con una tasa de uso permanente y creciente, de ahí se regula el resto al mercado del medicamento.