Entrevista MDZ

De no tener para comprar canilleras a fabricarlas para los clubes más importantes del país

Tomás Machuca es el creador de Fenikks, una empresa que fabrica canilleras a partir de plásticos reciclados. Con 22 años produce 10.000 pares mensuales y trabaja con los mejores clubes del país.

Sol Devia
Sol Devia viernes, 11 de octubre de 2024 · 20:21 hs
De no tener para comprar canilleras a fabricarlas para los clubes más importantes del país
Tomás Machuca con 22 años dirige una exitosa empresa que hace canilleras con plásticos reciclados y se venden en los principales clubes de fútbol del país. Foto: Experiencia Endeavor Cuyo

Como muchos chicos argentinos de 17 años, Tomás Machuca soñaba con poder vivir del fútbol. Pero los caprichos del destino hicieron que él encontrara su lugar fuera del verde césped. Originario de República de la Sexta, un barrio humilde en Rosario, durante un partido le dieron una patada que terminó rompiendo sus canilleras. Como en su casa no había plata para comprar unas nuevas, ese problema sacó otro gran talento de Tomás: el emprendedor.  

Así, con lo que tenía en su casa, un balde viejo, herramientas de su padre y un secador de pelo de su abuela creó unas canilleras propias. Aunque en ese momento no lo sabía, ese fue el primer paso para dar lugar a Fenikks, una exitosa empresa con un enfoque sustentable que llega a todo el país y que se comercializan las tiendas oficiales de más de una docena de clubes de primera como San Lorenzo, Rosario Central, Argentinos Junior, Defensa y Justicia, Gimnasia de la Plata, entre otros, y que pronto llegarán a Godoy Cruz e Independiente. 

Hoy la realidad es bastante diferente a la de cinco años atrás y a los 22 años Tomás puede vivir del fútbol sin ser futbolista. Con una planta en Córdoba, armó su propio equipo y él y las diez personas que lo acompañan producen 10.000 pares de canilleras cada mes y recuperan más de 3 toneladas de residuos plásticos, además de trabajar con 44 clubes de barrios carenciados en siete regiones de todo el país. 

Toda esa función social que cumple Fenikks fue también lo que los llevó a ser seleccionados por el Comité Olímpico Internacional (COI) para estar presente en lo que serán los próximos Juegos Olímpicos en Los Ángeles 2028. Además están trabajando en la expansión regional para llegar a Chile (con un reciente acercamiento a los jugadores de Colo Colo, incluido Arturo Vidal) y Paraguay. Incluso, su historia llegó a referentes del fútbol como Sergio “Kun” Agüero. 

En su paso por Mendoza, donde fue uno de los speakers de la Experiencia Endeavor Cuyo 2024 para inspirar a otros emprendedores con su historia, Tomás Machuca, fundador y CEO de Fenniks, tuvo una entrevista con MDZ Online sobre el recorrido de empresa y mucho más.  

- ¿Cómo surgió para vos esto de emprender? 

- Para mí emprender surge a los 17 en el último año de la secundaria cuando empezó a aparecer la pregunta en el día a día de las clases de qué era lo que íbamos a hacer cuando terminemos y yo no me sentí identificado con ninguna carrera y se me pasó por adelante la palabra emprender. En ese momento, para mi significaba fabricar algo. Yo la única persona que conocía que fabricaba algo era mi mejor amigo Dylan que hacía muebles con palets que recuperaba de obras de construcción. Un tiempo atrás me habían roto mis canilleras en un partido y como en mi casa no sobraba dinero para comprarme otras decidí buscar la forma de hacerme unas yo mismo. Cortando un balde con una sierra de mi papá moliéndolo con un secador de pelo de mi abuela que se quemó de la tanta temperatura que levantó y con imágenes de mi familia que imprimí en un ciber me hice otras. 

Con esa idea fui y le golpeé la puerta de la casa a mi mejor amigo y le dije quiero que armemos una empresa y arrancamos en mi habitación siendo dos locos que se juntaban desde las 2 de la tarde a las 8 de la noche a vender estas canilleras que la gente nos compraba por Marketplace, por Mercado Libre, por Instagram, por todos los medios posibles. 

- ¿Cuándo se volvió más profesional el proyecto?

- En un punto se terminó la buena voluntad de los albañiles a los que les íbamos a pedir los baldes y los tubos de PVC con las que empezamos a hacerlas y empezamos a ver de qué forma podíamos hacerlas con tapitas o con botellas o con lo que fuera de plástico que encontráramos en los tachos de la basura que estaban explotados en la esquina de nuestra casa. Primero buscamos unos tutoriales para hacer unas máquinas para poder transformar tapitas en canilleras, pero fue imposible hacerlas porque no sabíamos soldar, no sabíamos hacer conexiones electrónicas, no sabíamos nada -risas-. Así nos apareció un video de unos chicos de Córdoba que venían haciendo medallas a partir de tapitas y fue a partir de ahí que todo empezó a cambiar y empezamos a poder hacer las canilleras que tenemos actualmente.

- ¿Cómo es la realidad de Fenikks hoy? 

- Somos un equipo de 11 personas que estamos produciendo 10.000 pares de canilleras cada mes. Recuperamos más de tres toneladas de residuos plásticos en clubes donde creamos puntos de recolección, trabajamos con 44 clubes de barrios carenciados en siete regiones de toda Argentina, con 11 clubes profesionales del y  estamos trabajando en internacionalizar el impacto de la iniciativa introduciéndolo en Chile y Paraguay. 

A partir de esto también nos seleccionaron del Comité Olímpico Internacional en pos de trabajar la iniciativa de sustentabilidad para los próximos Juegos Olímpicos. Empezamos a trabajar también en conectarnos con los diferentes comités para poder llevar el impacto a la mayor cantidad de lugares posibles.

- ¿Cómo se venden hoy las canilleras?

- Principalmente vendemos por e-commerce y hacemos envíos a todo el país, pero también trabajamos con clubes de Primera que la venden en sus tiendas oficiales como lo son San Lorenzo, Rosario Central, Argentinos Junior, Defensa y Justicia, Gimnasia de la Plata, entre otros. Esperemos que pronto también Independiente y Godoy Cruz.

- Arrancaste muy chico y en estos cinco años debés haber pasado por miles de frustraciones o inconvenientes, pero ¿cuál crees que es el momento que te marcó en este proceso? 

- Hubo varios momentos. Creo que el primer momento fue cuando por primera vez habíamos logrado tener las canilleras hechas con tapitas en la mano. Hicimos los primeros 500 pares y fue tanta la emoción que me acuerdo que fue un 10 de octubre y me fui a Córdoba corriendo a buscar esas canilleras. No podía creer que realmente las teníamos. Después, otro momento fue cuando empezamos a darle visibilidad en las redes sociales a todo lo que hacíamos y de repente nos levantamos y teníamos un video con cuatro millones de reproducciones, nos invitaban a todos lados y la gente se había empezado a identificar con la iniciativa que estábamos llevando adelante. Creo que esos momentos marcaron un antes y un después y también fueron el fruto de tanto esfuerzo.

La idea de Fenikks es lograr extender su impacto a la región con una expansión a Chile y Paraguay. Foto: Experiencia Endeavor Cuyo.

- Por ahí existe esa idea de que para emprender se necesita una inversión millonaria o un gran respaldo. ¿Cómo fue en tu caso?

- Al principio fue un desafío enorme. Sobre todo el hecho de aprender a hacer, aprovechar todas las oportunidades que tenía, como la conexión a internet, que me brindaba un montón de información. A partir de eso es ir haciendo y aprendiendo en el camino. A veces idealizamos y pensamos que necesitamos un montón de cosas, o esperamos a que llegue el momento justo o lograr “tal” cosa, pero en realidad es más lo que se aprende en el camino y a medida que vas haciendo y aprendiendo a lidiar con las frustraciones, que lo que necesitamos para empezar a hacer. 

- ¿Por qué crees que el modelo de Fenikks ha tenido el éxito que tiene? ¿Cuál ha sido la clave para llegar a donde están hoy?

- Lo que hizo que Fenikks sea una marca que hoy por hoy es reconocida y que el modelo de negocio haya funcionado fue haber pateado el tablero con respecto a cómo se plantean tradicionalmente cómo se tienen que hacer los negocios. Muchas veces se escucha que tenemos que vender algo, generar la mayor cantidad de beneficios posibles, invertirlo y seguir creciendo. En cambio, nuestro modelo se enfoca en vender las canilleras y donar unas a partir de cada par que se comercializa. Eso no solamente permite tener un beneficio económico, sino también un impacto ambiental y social. El hecho de permitirle a la gente que con su compra contribuya con una causa fue también lo que hizo que se identifiquen y quieran formar parte de esto para empezar a transformar la realidad formando parte de una comunidad. 

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