Por qué los vinos subieron por encima de la inflación

El precio de los vinos tuvo un crecimiento de 119,3% durante el primer trimestre de 2023 en comparación con el mismo período del año pasado. Son datos de la consultora Scentia que replicó el Observatorio Vitivinícola Argentino. Así, el valor promedio por litro de vino vendido en supermercados alcanzó los $876,4.

Entre enero y marzo de 2022, ese valor fue de $399,6 y de allí el incremento de 119,3%; una suba muy superior al de la inflación pasada y más cercana a la proyectada para todo 2023. De acuerdo con el análisis, los vinos genéricos en caja o tetra brick fueron los que más aumentaron con una suba de 125%.

Por la cantidad de bebidas que compiten con el vino, el precio es un importante motivador de compra y una de las razones por las que su consumo viene en caída y, según el último informe del Instituto Vitivinícola Nacional (INV), las ventas en el mercado interno bajaron 6,5% en abril.

Incertidumbre e impacto en ventas

Sobre este punto, al analizar la evolución de la participación total de ventas, el informe de Scentia señaló que este tipo el vino en caja, el que más aumentó en precio, perdió participación en el total de ventas. De este modo, pasaron del 27,4% del total en el primer trimestre de 2022 al 23% en igual período de 2023.

En contraposición, los vinos finos subieron su participación del 68,4% al 72,1% y los espumantes del 3,9% al 4,6%. En las góndolas de los grandes espacios y autoservicios el costo de este tipo de vinos finos creció 111,5% al tiempo que los espumantes incrementaron sus precios un 92,1%.

Daniel Rada, investigador del Observatorio Vitivinícola explicó que durante el año pasado el valor del vino estuvo muy contenido por diversos motivos, entre los que se cuentan los controles de precios. Así, en 2022 el costo cerró por debajo de la inflación. Hoy el contexto es diferente y el sector vitivinícola se encuentra en una situación compleja desde diversos ángulos.

“Lo que se ha dado es cierta recuperación con relación a ese atraso”, destacó Rada. En esta línea, el especialista mencionó la incertidumbre, no solo en torno a la situación macro general sino a la cantidad de vino disponible para el actual ciclo productivo afectado por las heladas y otras contingencias climáticas.

De este modo, según Rada, podría haber un comportamiento por parte de las bodegas tendiente a mantener un stock de seguridad y, por tanto, a dosificar los despachos del mercado interno. Esto, además de la inflación existente, contribuye a presionar los precios.

Situación que, por otra parte, complejiza en buena medida el ingreso de las bodegas al programa dólar vino, que exige el ingreso a Precios Justos y permite subas mensuales de entre 1% y 3%, en un contexto en que la inflación crece a casi 8% por mes.