12 mil en tres años

Otro indicador de crisis: cada semana hay 80 empresas menos en el país

Según un informe del Ieral de la Fundación Mediterránea, en los últimos tres años se perdieron 12.000 empresas en todo el país, lo que ubica a la Argentina entre los que menos empresas tienen en la región cada 1.000 habitantes. Por el contrario, el monotributo crece a tasas muy altas.

Diana Chiani
Diana Chiani viernes, 2 de junio de 2023 · 20:00 hs
Otro indicador de crisis: cada semana hay 80 empresas menos en el país

A un ritmo de la destrucción de 80 empresas por semana, la Argentina perdió en tres años 12.000 empresas. Así lo consignó un informe del Ieral de Fundación Mediterránea sobre la base de datos de la AFIP. De este modo, en enero de 2020 se registraban 533.000 Mipymes, mientras que en el primer mes de 2023 suman 521.000.

Las cifras previas a la pandemia ya venían de una caída previa debido a que tanto 2018 como 2019 fueron años recesivos. Por tanto, en el primer año del gobierno y debido al confinamiento, hubo una baja de 22.000 Mipymes, que en los años siguientes lograron recuperarse, pero no a los niveles previos. Pese a esto, hubo un 45% de empresas que no volvió a abrir.

Definidas por organizaciones que cuentan empleados, el número de Mipymes ubica al país entre los que menor cantidad de empresas tiene por habitante en la región. Si se comparara con países desarrollados, la diferencia sería mayor. Del otro lado, durante el mismo lapso la cantidad de monotributistas nuevos es de 270.000, a un ritmo de 1.700 nuevos ingresantes por semana.

En un contexto de dificultad económica, las más afectadas fueron las empresas chicas ya que las grandes lograron resistir y no desaparecieron en líneas generales. En tres años, las de mayor envergadura sumaron 700 organizaciones; lo que no alcanza a compensar la caída general. Es que el grueso de la economía del país se mueve por el impulso de las pymes; lo que impacta en casi todo el entramado social.

Crece el autoempleo y la informalidad

Lo que sí se ha incrementado en Argentina es la cifra de monotributistas, que ha crecido al 5% anual, un ritmo muy por encima del crecimiento poblacional. El dato parece poco alentador debido a que la modalidad de crecimiento económico que prima en el mundo es a través de empresas que dan trabajo y generan empleo genuino.

Marcos Cohen Arazi, investigador del Ieral, explicó que a nivel país hay 11 Mipymes por cada mil habitantes y que el número es mucho menor que el existente en la media regional y de la mitad si se lo compara con naciones desarrolladas.

“Esto nos da una pista de que no se han generado las condiciones para que haya crecimiento sostenido”, expresó el economista y autor del informe. Así, el monotributo muestra no solo una suerte de empleo informal encubierto sino también una proliferación del autoempleo y de microemprendimientos, como una manera de ganarse la vida, pero sin generación de riqueza a largo plazo.

Para Julio Totero, empresario metalmecánico hoy candidato a diputado provincial, la caída de la cantidad de empresas va de la mano con la reducción de la actividad económica y de la demanda. “Las que se desintegran son las más chicas”, sostuvo y agregó que las más grandes se sostienen por el funcionamiento de la actividad, motorizada no por el crecimiento económico sino por la necesidad de la mayoría de no quedarse con los pocos pesos que tienen.

Perspectivas

La cantidad de empresas por mil habitantes es diversa en las distintas provincias, algo que está más relacionado con lo estructural que con lo coyuntural. Entre las que mayor densidad de Mipymes tienen luego de CABA, están La Pampa (18 empresas cada mil habitantes), Santa Fe (14), Río Negro, Córdoba, Tierra del Fuego y Chubut (13 cada una).

En el promedio nacional, es decir 11 cada 1.000 personas, se encuentran Neuquén, Entre Ríos (12), Santa Cruz (11), Mendoza (10), Buenos Aires y San Luis (9). Mientras que al final de la tabla están las provincias del Norte como: Formosa (4), Santiago del Estero y Jujuy (5) y La Rioja, Salta y Tucumán (6).

Los números tienen un impacto, entre otras cosas, en la caída del producto bruto per cápita en Argentina, a contramano del resto del mundo. Sin embargo, la salida no es tan sencilla debido a que la recuperación lleva tiempo y requiere evitar las crisis propias; algo casi utópico en el país.

Cohen Arazi destacó que, luego de la estabilización macroeconómica y la importancia de alimentar la demanda, es preciso mirar las cuestiones micro como las regulatorias. “Simplificar operatorias para la creación de nuevas empresas, habilitaciones, contrataciones y desvinculaciones”, enumeró el economista como algunos de los puntos que desalientan la formalización en todos los sentidos.

Ni hablar de la duplicación de impuestos o las diferencias regulatorias de los distintos municipios. A nivel provincial los gobiernos también tienen un rol importante al momento de desburocratizar así como de ponerse de no entorpecer las inversiones. En Mendoza, por ejemplo, es común el comentario de algunos empresarios que invierten en provincias vecinas debido a le “menor cantidad de trabas”.

En este sentido, Totero opinó que lo más importante es que haya reactivación aunque admitió la importancia que tiene la creación de infraestructura así como la existencia de programas locales que puedan facilitar el armado de inversiones.

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