Una de cada diez personas con empleo busca otro trabajo
Son los denominados ocupados demandantes. El 20,2% de ellos es de clase baja y el 21,8% de media-baja.
La inflación en la Argentina se acelera y el poder de compra de los salarios se desgasta rápidamente. Más allá de los acuerdos puntuales de los gremios más grandes o con mayor poder de negociación que equiparan y hasta superan en algunos casos el costo de vida, el resto de los salarios en la Argentina corren desde atrás.
Pero, además, el fenómeno del trabajo independiente se multiplica cada vez más y hoy abarca incluso a numerosos trabajadores formales que encuentran trabajos extra.
Hoy, en la Argentina hay, según la Encuesta Permanente de Hogares, 9,4 millones de personas con trabajo remunerado. De ese grupo, 3,1 millones trabajan entre 35 y 45 horas semanales, es decir, empleo pleno. Y según un estudio de la Bolsa de Córdoba, el 13,1% de estos ocupados plenos están en la búsqueda de otro empleo.
Como es de suponer, el valor más alto se da entre los sectores más vulnerables. Un cuarto de la clase baja y un tercio de la media-baja busca otra ocupación. Para la clase media y alta, los valores son 10,7% y 4%, respectivamente.
El análisis consideró la distinción de la población ocupada en cuatro clases sociales según el nivel de ingresos: clase baja (no alcanza la canasta básica total CBT), media-baja (alcanza hasta 1,5 veces la CBT), media (hasta 4 veces la CBT) y alta (más de 4 veces la CBT).
Considerando como un sola categoría a los cuentapropistas y empleados que reportan una sola ocupación remunerada, de 3,1millones en la Argentina, son 410.000 los que buscan activamente otro empleo. Son los denominados “ocupados demandantes”. El 20,2% de ellos es de clase baja, el 21,8% de media-baja, el 53,3% pertenece al estrato medio y el 4,6% al nivel más alto de ingresos.
Los datos revelan que los estratos sociales bajos y medios son los más afectados por la caída en el poder de compra, producto de los altos niveles de inflación. Se subraya que esos mismos segmentos son los más afectados por la informalidad laboral, que ronda el 37% en el país. Quien está afuera de la formalidad registra, en general, más pérdida del poder adquisitivo.