Deuda remunerada

¡Clink caja! El Banco Central pagó de intereses más de $702.000 millones en enero

El taxímetro no para. No espera a nadie. La cuenta sigue abierta, y por las proyecciones de los números actuales todo indica que, algún día, la nave monetaria no llegará a buen puerto.

Jorge Herrera
Jorge Herrera martes, 7 de febrero de 2023 · 09:03 hs
¡Clink caja! El Banco Central pagó de intereses más de $702.000 millones en enero
Foto: Noticias Argentinas

En enero el Banco Central pagó la friolera cifra de más de $702.000 millones en concepto de intereses por sus pasivos monetarios remunerados. Un año atrás, esta cuenta arrojaba poco más de $116.000 millones. Esto brinda una somera idea de la dirección que están tomando las cosas. Y si algún amante de los golpes bajos arremete, podría decir que en lo que va de la gestión de Alberto Fernández ya se pagaron más de $6,2 billones de intereses por la deuda remunerada del BCRA.

Atrás quedaron las iniciativas de campaña de usar la deuda del BCRA para mejorar jubilaciones y otros gastos sociales. Nobleza obliga, algo impracticable en realidad. Porque esa deuda del BCRA está calzada, o sea, corresponde, en gran parte, a los depósitos de los ahorristas.

La única forma de utilizar esa deuda en forma genuina era bajo un escenario de reactivación sostenida donde esos fondos excedentes que los bancos tienen depositados en el BCRA, en lugar de prestárselos al ente monetario o al Tesoro, fueran a nutrir la oferta de crédito al sector privado y así se lubrica el círculo virtuoso.

Pero, por ahora, no es este el caso. El BCRA debe seguir asistiendo, directa e indirectamente al Tesoro, y no puede dejar libremente circulando los miles de millones de pesos que emite mensualmente. Así los reabsorbe y de esta manera incrementa el stock de su deuda remunerada, que está compuesta básicamente por Letras de liquidez (Leliq) y Pases.

En Leliq hay un stock de más de $8 billones (aumentó $21.100 millones en enero) y otros $2,5 billones en Pases (crecieron en $493.000 millones el mes pasado). O sea, más de $10,6 billones que pagan intereses todos los meses, ahora al 75% anual promedio. Solo resta hacer la cuenta de cuánto es la factura anual si se mantienen las cosas tal como están.

Si todo este esquema persiste, en el año suman más de $7 billones los intereses para pagar. Una emisión potencial y demencial porque los intereses van retroalimentando el stock de la deuda remunerada. Una especie de avalancha a la que nadie presta atención porque está contenida bajo la alfombra.

El problema es que la demanda de dinero viene cayendo mes a mes, por ende, las dificultades oficiales para contener el proceso inflacionario hacen agua en un bote seriamente agujereado. Dicen los analistas de LCG: “La demanda de dinero (medida como M2 privado a PBI) acumula 21 meses consecutivos de caída interanual. De esta manera, representa el 12,6% de la economía. Misma suerte corre para el circulante, el cual acumula 22 meses de caída. El elevado costo de billetaje en conjunto con un contexto altamente inflacionario colisiona con la recuperación de la demanda de dinero, lo cual estimula las colocaciones a plazo como así también las colocaciones en Leliqs que alcanzan el 12% del PBI”.

De cara a lo que viene esperan que “la demanda de dinero (M2 privado) se mantenga en niveles similares a los actuales, producto de la elevada nominalidad y una demanda que no termina de recuperarse; no obstante, puede verse una leve recuperación hacia el período enero-febrero a raíz de una mayor demanda estacional propia de los meses de verano. Por otra parte, en lo que respecta al M3, esperan que siga mostrando un sendero creciente a raíz de un escenario de alta liquidez, una inflación que no cede y un riesgo de renovación de la deuda en pesos del Tesoro que podría re-direccionar fondos hacia las colocaciones a plazo”.

Con relación a la titánica la tarea de esterilización de los pesos no demandados se vislumbra que el BCRA mantendrá la tendencia del 2022, sujeta a factores de presión que puede generar el sostenimiento de la curva de rendimientos en pesos y eventuales esquemas de tipos de cambio diferenciales.

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