Exclusivo: bancos avalan la propuesta Milei-Caputo para salir de las Leliqs
Los encargados de manejar la economía del país a partir del 11 de diciembre tienen el visto bueno de los bancos tenedores de deuda. Se impone la agenda urgente desde la próxima semana.
El trío Javier Milei - Luis "Toto" Caputo - Santiago Bausili ya tienen el dato clave que necesitaban para avanzar en el principal problema financiero identificado como el primero a solucionar desde el lunes 11 de diciembre del 2023. Los inminentes presidente, ministro de Economía y titular del Banco Central de la República Argentina (BCRA) tienen el visto bueno de los bancos tenedores de duda en Letras de Liquidación (las famosísimas Leliqs) para aceptar el título público (o el mix de ellos) que se emitirán para canjear la montaña de unos 14 billones de pesos equivalentes a aproximadamente (dependiendo el tipo de cambio que se tome) a unos US$22.000 millones de deuda, de los cuales unos 16.000 millones de dólares serían exigibles antes de mayo 2024.
A los que habría que sumar otros 5.000 millones de dólares acumulados en el último mes y correspondientes a otro pasivo del BCRA, las Ledivs, un instrumento nominado en pesos pero que se cobra en dólares y es reembolsable en el momento en que el inversor lo disponga.
La novedad importante de las últimas horas de esta semana que termina, previa a la asunción de las nuevas autoridades nacionales el 10 de diciembre, es que el sistema financiero ya dio el visto bueno a que se avance con una megaoperación de rescate de estos instrumentos, para así lograr el primer paso que Milei tiene en mente para estabilizar y reequilibrar el sistema financiero primero y el fiscal después. Y comenzar así su gestión económica.

Ese rescate se dará con una megaoperación que tendrá las siguientes características: se emitirán nuevos bonos a largo plazo (más de 5 años). La aceptación de éstos será voluntaria, en dólares, cotizables en el mercado internacional con jurisdicción en Nueva York para resguardar la alternativa de eventuales juicios por default y con un seguro en activos físicos y financieros. La operación estará además respaldada por alguna entidad financiera de las más importantes de Wall Street.
Inversores hacen fila
En el listado de interesados ya está anotado el Bank of America (BOFA), de los primeros en sostener contactos con Milei para trabajar con Argentina en esta etapa, luego de tomar contacto con Juan Napoli en Nueva York en agosto pasado, en tiempos en los que el titular del Banco de Valores era candidato a senador por la provincia de Buenos Aires del libertario y su enviado a Wall Street junto a Darío Epstein, para tranquilizar inversores externos.
En una reunión privada ante unos 80 representantes de bancos, fondos e inversores extranjeros, Napoli había explicado por primera vez la idea de terminar con las Leliqs, y más allá de cierta reticencia general a la posición de Milei y sus ideas, el BofA se acercó para ofrecerse como primer intermediario en operaciones financieras del libertario en el caso que llegara al Gobierno.
Luego pasó el tiempo, y con la llegada de Luis "Toto" Caputo a la mesa chica de colaboradores de Milei luego de las elecciones generales de octubre, el BofA terminó de consolidar posiciones con los argentinos para diseñar el instrumento financiero adecuado para avanzar en la operación. La decisión final, si se acepta o no la intervención del banco, será de Milei en forma personal y tomada en cuestión de horas, pero se considera en las filas libertarias que la entidad tiene expertise en estas lides, ya que acompañó junto al HSBC el complejo canje de deuda privada de Argentina en el proceso encabezado por Martín Guzmán y que terminó en agosto de 2020 con la reestructuración de unos 66.185 millones de dólares, pasivo que pasó a valor total de unos U$S 44.800 millones.

Qué son las Leliq
Las Leliqs fueron creadas en 2018 durante la presidencia del BCRA de Federico Sturzenegger, con el objetivo de regular de manera directa y efectiva la cantidad de dinero en moneda doméstica circulando en el sistema financiero argentino. Cotizan en pesos, vencen a menos de un año y otorgan una tasa de interés que en general salva al inversor de la zafra de la inflación. En un primer momento fueron diseñadas como complemento de la deuda en dólares emitida durante el gobierno de Mauricio Macri, para evitar que todos los pesos locales se vuelquen a los bonos que se emitían en tiempos de negociaciones y cierres de acuerdos con el FMI.
Ya con Alberto Fernández en el gobierno y Miguel Pesce en el BCRA, se fueron convirtiendo en la opción válida de las entidades financieras para saltar la inflación en tiempos de megacepos. Al promediar la gestión del gobierno que se retira el domingo, las Leliqs fueron el instrumento de política económica más utilizado, y quizá efectivo, para controlar el desbande de los precios a través de una expansión feroz de la base monetaria. En frase del propio BCRA, una aspiradora de pesos para evitar una escalada inflacionaria.
Lentamente, y a fuerza de aumentos exponenciales de la tasa de interés, se fue convirtiendo en un problema cada vez mayor, pasando de un pasivo de unos US$ 4.000 millones a comienzo de la gestión de Alberto Fernández, a más de 22.000 millones de dólares a cotización del jueves 7 de diciembre 2023, último día de gestión de Pesce. Otra manera de analizar el problema es mesurar la cantidad de pesos en Leliqs sobre la moneda que circula por la economía argentina de todos los días. El dato da escalofríos: llega al triple de la base monetaria (billetes y monedas en poder del público más depósitos a la vista), los que sumarían hoy menos de 10 billones de pesos.
Deuda de corto plazo
Más del 80% de esta deuda está en poder de los bancos; especialmente los nacionales y extranjeros de capital local, quienes fueron los que voluntariamente negociaron desde la llegada de Sergio Massa al poder y la presencia de Eduardo Setti en la Secretaría de Finanzas de la Nación, más, obviamente, Miguel Pesce en el BCRA, las operaciones semanales de colocación y renovación de las Leliqs en el sistema financiero local.
Esto incluyó negociar verdaderos megacanjes de deuda de vencimiento corto por letras más largas en tres momentos importantes: en septiembre de 2022 a poco de llegar Sergio Massa al Palacio de Hacienda, en marzo 2023 para despejar los vencimientos del período abril- agosto y permitir un comienzo de carrera presencial del ministro de Economía sin sobresaltos cambiarios y, finalmente, en septiembre pasado, para liberar de vencimientos el fin de año.
Ahora, toda esa deuda se concentra en vencimientos que se acumulan entre febrero y mayo de 2024, con un monto que rondaría los US$16.000 millones. Y que Milei- Caputo- Bausili ya tienen casi cerrado como canje con los bancos.
Para que el canje de Leliqs por un nuevo bono haya sido aceptado por las entidades financieras que operan en el país y tienen estas letras en sus carteras (y no produzca un descalabro en sus balances), la nueva emisión de deuda será voluntaria y en dólares. Más pensando en que se viene desde el próximo lunes una depreciación del tipo de cambio oficial a un nivel en pesos que sólo Milei y Caputo saben con exactitud.
Como deben tener vencimiento de largo plazo deben ser bonos y no letras, ya que tienen que despejar el panorama actual de vencimiento y obligaciones de pasivos del Estado nacional. Se habla de más de cinco años y un promedio de 10 para su rescate final. O renegociación. Finalmente, como condición también indispensable para que la nueva deuda sea tomada en serio y la operación termine siendo exitosa, tendrá cotización internacional y bajo las regulaciones legales de Wall Street.
La tipología del nuevo bono o bonos aún se negocia, pero no escapará de lo clásico: o Globales o Par. Sin mayor especulación ni creatividad que esa.

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