En tiempos de Airbnb los hoteles de alta gama se preparan para pelear el mercado
En distintas plazas del país se han inaugurado alojamientos de 4 y 5 estrellas con el foco puesto en la internacionalización. La llegada del Hilton a Mendoza y una convivencia desigual.
El turismo Airbnb o los alquileres temporarios están instalados desde hace tiempo y a nivel global son una tendencia que crece con perspectivas de alza. Sin embargo, en Argentina y el mundo hay una apuesta a los hoteles de alta gama que –en medio de una importante crisis económica- se enmarca en el incremento del turismo internacional. Cadena de hoteles 5 estrellas que invierten en el país, la llegada de grandes inversiones de lujo en distintos puntos son una muestra del movimiento del sector más allá del contexto.
Las perspectivas atadas al tipo de cambio son innegables, pero no es el único punto de crecimiento del sector al que hoy se suma la distinción de la Guía Michelin. El último dato sobre turismo receptivo publicado por el Indec corresponde al mes de septiembre de 2023 y allí se consigna que en un año la cantidad de visitantes extranjeros creció 14% (en agosto la cifra había sido 50% mayor).
De este modo, durante el noveno mes de este año, según asegura el organismo de estadísticas, “ingresaron 1.150.900 visitantes no residentes por todas las vías de acceso al país, de los cuales 549.000 fueron turistas y 601.900 fueron excursionistas”. Mientras el turista es el que pasa al menos una noche en el lugar visitado, el excursionista es casi un ave de paso, ya que no se queda a dormir en el país. Tal vez en este nicho se encuentre una de las claves para que el destino crezca aún más.
Con respecto al origen se encuentran los países vecinos y Uruguay aportó 28,1%, Brasil, 24,4%; y Chile, 16,5%. Más allá de la diversidad turística, al tiempo que crecen los turistas, también lo hace la tendencia de la renta temporal que en el país se ha intensificado por el cambio en la oferta suscitada por la ley de alquileres. Por otro lado, con un contexto complejo para inversiones y créditos, también se observa una apuesta por la hotelería de alta gama.
En Mendoza, por caso, este mes desembarcó la marca Hilton y el hotel que está frente al Shopping no solo cambió de nombre, sino que amplió su capacidad de recepción en una de sus dos torres que no tenía operativa. De este modo, el ahora ex Cóndor de Los Andes tendrá 252 habitaciones y comenzará a recibir huéspedes a partir de diciembre.
La marca Hilton ya opera el Hualta Curio Collection, un hotel 4 estrellas ubicado en el centro de Mendoza a metros de donde el Sheraton también realizó una importante inversión. De la mano de los dueños del tradicional Huentala, esta destacada firma hotelera oficializará pronto una importante ampliación. Además, también en la segunda mitad del semestre se inauguró el hotel Terminal de Ómnibus de tres estrellas superior. Inversiones en proyectos de lujo en Chacras de Coria y el Valle de Uco también marchan a toda máquina.
Negocios diferentes
Más allá de los datos y de que no solo los visitantes extranjeros hacen uso –por tipo de cambio- de los hoteles de alta gama, sí hay una tendencia de alza en el rubro. Hay que tener en cuenta que, según explicó Santiago Alsina, presidente de la Asociación Hoteles de Turismo y gerente general del hotel Diplomatic, además de los turistas internacionales también los segmentos corporativos eligen los hoteles convencionales.
Además, Alsina aclaró que la hotelería es una actividad que hoy produce buenos resultados a nivel global y en Argentina. “El valor general de un edificio hotelero es mayor a uno con un conjunto de departamentos destinados a alquiler temporario”, detalló el profesional. Agregó que se trata de dos negocios distintos con públicos y clientes diferentes así como diversas perspectivas de desarrollo, consolidación de activos y operatoria.
En este sentido, Ricardo Beccaceci, presidente de la Cámara de Turismo de Mendoza, expresó que lo importante es la calidad del destino. “Si algo es bueno se va a vender más allá del precio”, observó y agregó que lo que hace el tipo de cambio es que se venda más o menos cantidad. “Mendoza es un producto bueno que se va a vender aún si se modificara la política económica”, subrayó.
En coincidencia, Adrián González, directivo de la Asociación de Empresarios Hoteleros y Gastronómicos de Mendoza (Ahega) y gerente de Mod Hotel dijo que las nuevas inversiones en hoteles posicionan el destino y lo dejan bien parado. Además de la oferta hotelera, se destaca la gastronómica y el altísimo crecimiento que ha tenido el enoturismo de la mano, especialmente, de brasileños, paraguayos y norteamericanos.
Públicos diversos
En líneas generales, desde el sector turístico apuntan a la competencia desleal que implican los alquileres temporarios con los hoteles. En palabras de Beccaceci lo mismo sucede en el rubro del transporte y otros que atienden al sector. “Hay un crecimiento del turismo internacional y esto alienta a las empresas turísticas, de transporte y de hotelería a invertir pese al contexto desparejo que se da”, apuntó el presidente de la Cámara de Turismo.
También dijo que la apuesta se realiza incluso sin los incentivos relacionados con el control y la eliminación de la competencia desleal que existen entre los que pagan y no pagan impuestos. No obstante, los hoteles de alta gama apuntan a un público diferente que el que se puede contratar vía Airbnb y, como expresó Alsina, aunque pueda parecerlo nada tienen que ver las opciones que ofrecen unos y otros
“Los hoteles agregan un conjunto de servicios bastantes notorios y muy especialmente un marco de seguridad que jamás tendrán los departamentos de alquiler”, comentó el directivo de la Asociación de Hoteles. Agregó que en función de su categoría, cada hotel deberá analizar su competencia con los alquileres temporarios y diseñar estrategias para mejorar el negocio.
Desde el sector también sumaron que los Airbnb afectan más a los hoteles de 1 y 2 estrellas y que sería importante que el Gobierno tuviera una política fiscalizadora. Hay que tener en cuenta que existen temas de seguridad y edilicios –que también deberían considerar los turistas- y que si son negativos pueden afectar al destino en el largo plazo.