Divisas al límite: por qué volvió a crecer el déficit de servicios
Las divisas que entran por la puerta de la exportación de bienes parecen irse por la ventana de la importación de servicios. Tras un cuatrimestre de caída, el déficit volvió a subir en septiembre.
El intercambio comercial de servicios con el resto del mundo sigue siendo deficitario para el país y por ende una fuente de pérdida de divisas para el Banco Central (BCRA). Así lo refleja el saldo de la cuenta “Servicios” del Balance Cambiario del BCRA que en setiembre, último dato oficial, registró un déficit de 461 millones de dólares. No solo se trata de la segunda suba consecutiva, sino que es el monto más alto desde abril pasado. De esta manera, en lo que va del año el déficit de servicios acumulado asciende a 4.745 millones de dólares.
Los principales rubros que explican el rojo del sector Servicios en setiembre fueron “Viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta” con egresos netos por 575 millones de dólares, luego “Fletes y Seguros” con 62 millones de dólares y “Otros Servicios” por 35 millones de dólares. Solo el rubro de “Servicios empresariales, profesionales y técnicos” tuvo un saldo positivo de 212 millones de dólares que compensó parcialmente el rojo de los otros tres conceptos.
El déficit de servicios mostró así un incremento del 12% respecto del mes anterior, pero con respecto a los egresos netos del mismo mes del 2022 registró una caída del 57%. De esta manera, el acumulado de los primeros nueve meses del año resulta un 33% inferior al del mismo período del año pasado. ¿Cómo se explica esto? Vamos por partes.
Por el lado de los ingresos brutos, los vinculados con “Servicios Empresariales, profesionales y técnicos” se mantuvieron y así el acumulado de enero-setiembre se ubica en más de 4.300 millones de dólares, similar al del 2022. En el caso de “Fletes y Seguros” hubo una caída de 440 millones a 273 millones de dólares este año, producto principalmente del ajuste de precios internacionales. Mientras que los del rubro “Viajes, pasajes y otros gastos con tarjetas” casi se cuadruplicaron, al pasar de 282 millones a 1.376 millones de dólares en los primeros 9 meses del 2023.
Incentivos parciales
Al respecto, cabe recordar que en noviembre del año pasado empezó a regir la Comunicación “A” 7630 del BCRA, cuyo fin era impulsar los ingresos de divisas del turismo receptivo. La medida excluía del requisito de liquidación en el mercado de cambios a los ingresos de fondos con tarjetas de no residentes, cobros por servicios turísticos contratados por no residentes y por cobros de servicios de transporte de pasajeros no residentes. Lo cual les permite a los receptores aplicar un tipo de cambio más elevado a los consumos con tarjeta en el país de turistas no residentes.
Mientras que, por el lado de los egresos, los vinculados con “Servicios empresariales, profesionales y técnicos” cayeron 13% en los primeros 9 meses del año frente al mismo período del 2022, de 3.200 millones a 2.780 millones de dólares. En cambio, los de “Viajes, pasajes y otros gastos con tarjetas” crecieron más de 22%, de 4.900 millones a más de 6.000 millones de dólares este año. ¿Pero dónde estuvo el gran ajuste?
Es la caída en los egresos brutos por “Fletes y Seguros” el principal factor explicativo. El año pasado entre enero y setiembre el gasto en este rubro sumó más de 4.040 millones mientras que en 2023 bajó a poco más de 1.910 millones de dólares. ¿Qué pasó?
Desde mediados del 2021 empezaron a detectarse ciertas picardías y maniobras que se evidenciaban en el insoslayable aumento del gasto en Fletes y Seguros, que llevó al sector a tener un déficit mensual de más de 1.000 millones de dólares propio de los tiempos del dólar barato y el boom del turismo al exterior como en 2017/18. Así se pasó de un gasto en Fletes de 150 millones de dólares mensuales promedio, debido al encarecimiento por la pandemia, a más de 400 millones de dólares mensuales. Hoy es menos de 50 millones mensuales. Y no se trataba de mayores o menores embarques, porque las importaciones se mantenían elevadas. Era casi todo efecto precio y picardía.
Las autoridades fueron aplicando sucesivas depuraciones y mayores controles sobre estas importaciones de servicios, y vale recordar que en su momento hasta la misión técnica del Fondo Monetario Internacional (FMI) le llamó la atención al equipo económico por el comportamiento de los gastos en fletes y seguros. Dado que los costos internacionales, que habían trepado producto de la pandemia, empezaron a volver a niveles similares a los previos al covid-19, pero los números de Argentina mostraban otro cuento.
También en ese contexto se implementó a fines de julio el Impuesto PAIS para gran parte de las importaciones de servicios, con una alícuota del 25% (en el caso de los fletes se aplica un 7,5% y servicios de salud y educación se mantienen exentos). Lo que también ayudó a desalentar el consumo y las picardías.