La bomba millonaria que Alberto y Massa le dejan a Milei con las importaciones
Cuando se habla de la herencia que recibirá el nuevo gobierno, hay una nueva que no aparecía en los últimos traspasos de mando. Se trata de las compras de bienes y servicios importados no pagadas.
Mientras el presidente electo sigue armando el rompecabezas de su gobierno, la economía y la administración saliente no pueden impedir que continúen destapándose algunas de las minas que dejan sembradas. Según los últimos datos del Banco Central (BCRA), en octubre, la deuda de los importadores creció en más de 3.000 millones de dólares. Se trata del mayor aumento mensual desde que se implantó el cepo cambiario, destronando así al anterior récord registrado en agosto pasado.
En medio de la primera vuelta electoral la deuda con los proveedores extranjeros siguió escalando. Esto se desprende del diferencial entre las importaciones devengadas (informadas por el INdEC) y las realmente pagadas (informadas por el BCRA) que en octubre subió 3.046 millones de dólares y, según estima la consultora 1816 en lo que va del año acumula un total de casi 24.000 millones de dólares.
A esta otra montaña de deuda no se le presta tanta atención porque queda opacada por el debate del desarme de la deuda remunerada del BCRA (Leliq y Pases), pero para que tengan una idea es en términos de dólares es muy similar. Sin embargo, sumando el endeudamiento que ya se arrastraba con los proveedores extranjeros la deuda total por bienes y servicios importados rondaría los 50.000 millones de dólares.
De acuerdo con lo informado por el BCRA, los pagos de importaciones de bienes en octubre totalizaron 2.740 millones de dólares, lo que es un 39% menos que un año atrás. “Este valor se ubicó por debajo de las importaciones de bienes FOB de octubre, las cuales fueron de 5.545 millones de dólares, lo que indicaría un aumento en el endeudamiento comercial o una disminución de los activos externos por anticipos efectuados previamente”, reconoce el BCRA.
Además, del total de los pagos de importaciones de bienes observados en octubre, un 94% se realizaron de forma diferida, un 3% como pagos a la vista y el 3% restante en forma anticipada. Los analistas de LCG explican que el superávit comercial registrado por bienes se debe a que no sólo se pagó el 47% de lo efectivamente importado en octubre, lo que refleja una acentuación de las restricciones al acceso de divisas a los importadores, sino también por efecto de la extensión del dólar 70/30 a todas las exportaciones (si bien esto representó que se liquidaran solo el 67% de las mismas, impulsó una mayor liquidación de los saldos retenidos).
La opinión del FMI
El endeudamiento con los importadores de bienes y servicios será otro tema que deberá tener en cuenta el equipo económico de Javier Milei a la hora de diseñar la estrategia económica. No hay dudas que el crecimiento de la deuda comercial por importaciones no es más que otra señal de la acumulación de problemas económicos subyacentes.
Vale recordar que la última la misión técnica del Fondo Monetario Internacional (FMI) ya había dejado registro de este tema en el último Staff Report de la 5° y 6° revisión del acuerdo vigente. En dicho documento, el FMI señaló que el stock de financiamiento de importaciones ya había alcanzado un máximo histórico de US$ 38.000 millones, a mediados de año. Y para dimensionar el tenor de este endeudamiento explicó que representa alrededor del 60% de las importaciones totales, en comparación con un promedio histórico del 39%.
Cabe señalar que los técnicos del organismo calcularon un mix entre la financiación comercial normal y de las restricciones al acceso de divisas para importar, es decir, lo que dejó importar el Gobierno, pero no dejó pagarlo. De modo que, a la deuda comercial, considerada flotante que normalmente no se paga, ya se le había sumado en el último año cerca de 20.000 millones de dólares.
Como el tema del posible levantamiento del cepo acapara la atención del mercado, vale señalar que, en caso que se eliminen las restricciones cambiarias, eso no implica que, de un día para otro, se deberán cancelar los US$ 50.000 millones de importaciones impagas. Pero sí el nuevo equipo económico deberá lidiar con la presión de los importadores para que le cancelen, por lo menos, el incremento de la deuda comercial de los últimos años. Lo que será otro factor de demanda reprimida sobre las menguadas “reservas” del BCRA.