Nuevo dólar exportador: respiran las empresas, pero no cesan las dudas

El ministro de Economía y candidato a la presidencia, Sergio Massa, anunció que habrá un nuevo dólar para exportar. En un contexto de escasez de reservas y de la necesidad de que los exportadores liquiden sus dólares, les adelantó a periodistas extranjeros que habrá un nuevo tipo de cambio para las exportaciones. Se trata de un beneficio para servicios y bienes primarios, intermedios y secundarios en que el dólar costará entre $530 y $550, aproximadamente.

En teoría, el valor de la divisa se definirá con el 70% ingresado a través del sistema de cotización oficial o MULC de $350 y el 30% por el dólar financiero o contado con liquidación (CCL) que hoy cotiza por debajo del blue y está a $866. Desde los distintos complejos exportadores esperaban, durante la mañana del martes, la oficialización del anuncio para tener clara la letra chica y no encontrarse con sorpresas como ya ha sucedido con medidas similares.

Esta nueva cotización que regirá hasta el 17 de noviembre generaba sentimientos encontrados en los diversos actores. Es que esta devaluación específica beneficia a los que venden al exterior y muchos creen que podría incentivar la liquidación de divisas que hoy están en “tránsito” debido al incremento de casi $200 del valor del dólar. En este sentido, podría cumplirse el propósito del Gobierno de traer dólares.

“Lo que se pueda, hay que aprovecharlo”, opinó Mario Bustos Carra, gerente de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo. Sin embargo, aclaró que la decisión de liquidar los dólares no tiene tanto que ver con la zanahoria que pueda poner el Gobierno sino con las necesidades de cada empresa. “Muchas veces una compañía posterga la liquidación hasta el momento de comprar su materia prima ya que al no existir crédito, todas se manejan con recursos propios”, destacó Bustos Carra.

Una (pequeña) bocanada de aire

Tanto Bustos Carra como algunos referentes del sector vitivinícola insistieron en que era preciso ver la letra chica. “No queremos opinar de manera oficial hasta que no esté la publicación en el Boletín Oficial”, observaron desde distintas cámaras empresarias. A priori, un pequeño empresario exportador coincidió con el gerente de la Cámara de Comercio en que “todo lo que sea para sumar, sirve”.

En especial, porque se entiende que el nuevo valor es para las exportaciones ya realizadas que deben liquidarse y no para transacciones que deban comenzarse ahora como en su momento planteó el fracasado dólar agro. El dólar expo tampoco pediría, a cambio, estar en Precios Cuidados ni condiciones similares que empastaban el acceso y que, con una brecha de 25 días, no tendría sentido.

Hay que tener en cuenta que el incentivo para los exportadores no solo está atado al atraso cambiario y las dificultades en competitividad que traen la inflación sino al freno generalizado que implicó el proceso eleccionario. Es que nadie quería arriesgarse a liquidar sus divisas a $350 y que estas saltaran abruptamente el día después de las presidenciales. Pese a que el 19 de noviembre tiene final abierto, el ingreso de Massa en primer lugar dentro del balotaje podría indicar cierta continuidad en el tipo de políticas o más graduales o intervencionistas que incitarían a las empresas a liquidar en este mes.

Un parche más

Más allá de que muchos exportadores podrían acceder a este nuevo dólar, la opinión generalizada es que se trata de un nuevo parche y que la falta de competitividad no se soluciona solo con la mejora del tipo de cambio. “A los sectores productivos, este tipo de anuncios por treinta días no les sirve de nada”, apuntó Diego Stortini, vicepresidente de la Federación Económica de Mendoza (FEM).

En coincidencia, Bustos Carra comentó que el dólar exportador es un reconocimiento del atraso del dólar oficial, lo que no sirve de nada sin un plan económico que lo respalde. Esto es porque devaluación de agosto ya quedó desactualizada frente a la inflación y el contexto general. “El tipo de cambio es una variable de la competitividad, pero no es la única”, destacó Bustos Carra.

Para Stortini, la ecuación planteada hasta el momento es una dificultad más para las pymes que no se manejan con el CCL y, en cambio, les exige una aritmética tan compleja que frena el acceso de los más chicos. “Las economías regionales reclaman una unificación del tipo de cambio, una convergencia rápida hacia un valor único y competitivo del dólar y este tipo de medidas pone en duda las promesas de Massa de ir hacia una economía más de mercado”, subrayó Stortini.