Qué proponen los candidatos presidenciales para revertir la crisis económica
Los cinco candidatos a presidente en la Argentina ya tienen definidas sus propuestas sobre economía. Qué opinan sobre dólar.
Con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, se impone un repaso de las propuestas económicas de los candidatos a presidente de la Argentina.
Las medidas que prometen Sergio Massa de Unión por la Patria, Javier Milei de la Libertad Avanza, Patricia Bullrich de Juntos por el Cambio, Juan Schiaretti de Hacemos por la Argentina y Myriam Bregman por el FIT para superar la crisis económica del país serán claves a la hora de elegir en las urnas.
Sucede que quien gane deberá lidiar con una inflación que ya trepó al 12,7% mensual rompiendo un récord de más de 32 años, una moneda nacional que no para de perder valor, un altísimo endeudamiento en dólares y en pesos del Estado Nacional y salarios en uno de sus pisos más bajos de los últimos años.
El debate por la dolarización
Desde que Javier Milei, comenzó a tener chances claras de ganar la elección, el debate por la dolarización total de la economía ganó fuerza, tal como propone. Aunque, en rigor de verdad, el libertario no habla estrictamente de dolarizar, sino de eliminar el Banco Central y con él hacer que desaparezca la moneda nacional, el peso. Según sus propias palabras, una moneda "que no vale ni excremento".
Esto implicaría que los argentinos deberíamos optar por alguna moneda alternativa y, por supuesto, el dólar está en primera fila, aunque habría libertad para elegir moverse con otras opciones, como el Euro o las criptomonedas.
El mismo Milei, no obstante, aclaró en más de una ocasión que algo así no se puede hacer de un día para el otro, aunque, a pesar de las múltiples preguntas que le formularon, nunca aclaró cómo sería el camino para llegar a esa instancia, más allá de "tomar el valor de mercado" para la conversión de los pesos en poder de la población para acceder a dólares.
El economista Carlos Melconián, candidato a ministro de Economía de un posible gobierno de Juntos por el Cambio, plantea realizar algo así en las actuales condiciones de la economía es imposible y lo califica como una "fantasía". Dice que no alcanzan los dólares y que de hacerse "debe ser de forma ordenada y no a partir de una espiralización previa, un plan Bonex o una licuación“. Desde ese espacio se propone una solución distinta. Hablan de bimonetaridad, que significa "elección de moneda, convivencia de moneda, no competencia".
Sobre este tema, tanto Massa como Schiaretti plantean que la solución es fortalecer el peso y descartan de plano la utilización de monedas extranjeras como moneda circulante oficial. Desde el FIT directamente acusan a Milei de entregar la soberanía del país a Estados Unidos.
El cepo cambiario
Este tema, que afecta a gran parte de los actores económico, sobre todo a la industria y la clase media, fue central para candidatos de la oposición, pero también el principal objeto de discusión, sobre todo respecto de la velocidad en la que habría que actuar para eliminarlo.
Milei pone en primer lugar su total eliminación. Aunque no queda claro con cuanta prisa se haría la transición. Cuando le tocó referirse al tema dijo que es imposible sacarlo de un día para el otro porque eso llevaría a una hiperinflación. En su plataforma electoral promete “liberar inmediatamente todos los cepos cambiarios”.
Patricia Bullrich es la única que prometió eliminarlo de inmediato, desde el primer día de gestión porque es la madre de todos los males de la economóa. Pero Melconian, su referente económico, propone realizarlo de manera gradual a partir de su propuesta de bimonetaridad.
Schiaretti también propone eliminarlo en base al fin de las retenciones agropecuarias, que generarían los dólares necesarios.
Como ministro de Economía, Sergio Massa no sólo no lo eliminó, sino que profundizó la política de administración del tipo de cambio. No obstante, el candidato se refirió varias veces a la necesidad de contar con los dólares necesarios para terminar con el endeudamiento y facilitar el acceso a las divisas a todos los sectores de la economía.
Desde la izquierda se propone nacionalizar la banca y el comercio exterior, con lo que el manejo de divisas quedaría bajo el control único del Estado.
Inflación
Es el segundo gran tema de campaña económico, pero el primero en la preocupación ciudadana.
Con la eliminación del Banco Central y la dolarización de hecho de la economía, se eliminará de cuajo la inflación, que quedará atada a la política inflacionaria de Estados Unidos.
Desde el equipo de Bullrich plantean que es la emisión monetaria la principal causa y lo que hay que hacer es cortarla de manera drástica. Melconian, no obstante, señala que la baja de la inflación se hará de manera gradual con un primer periodo de convivencia con políticas heterodoxas.
Schiaretti también propone un enfoque monetarista cuando plantea que el déficit cero es central para impedir la emisión sin respaldo que motoriza la inflación.
Desde el equipo económico del gobierno sostienen que la falta de dólares es hoy el principal impulso que tiene este problema por el permanente movimiento del tipo de cambio. En lo coyuntural, la forma de calmarla es impulsar las exportaciones y contar con los recursos para intervenir fuerte en el mercado cambiario. A largo plazo, propone el superávit fiscal como meta.
Bregman propone desconocer el acuerdo con el FMI, realizar un congelamiento de precios y crear comités de trabajadores y consumidores para controlar la inflación. Además de expropiar a toda empresa que especule o haga maniobras para remarcar los precios.
Impuestos y administración del Estado
Buena parte de la campaña giró sobre este eje, fundamentalmente a propuesta de los candidatos con plataformas electorales liberales.
Javier Milei plantea una reforma total del Estado con eliminación de ministerios, privatizaciones de todas las empresas públicas y reducción o eliminación de todos los impuestos considerados distorsivos.
Bullrich dice que va a terminar la maraña interminable de impuestos y regímenes especiales con el déficit fiscal de manera expeditiva. Propone una reducción del gasto público, una reforma de las empresas públicas, administrativa y del Estado y un pacto fiscal federal.
Schiaretti pone como caballito de batalla de su campaña la eliminación de las retenciones (impuesto a las exportaciones). Plantea evitar la superposición de tareas entre el Estado Nacional, las provincias y los municipios; eliminar o reducir los subsidios a la energía; y eliminar el déficit de las empresas públicas.
Massa plantea que el orden fiscal será un puntal de su gestión. Para ello, apunta, la clave es dinamizar la economía para genere más ingresos al fisco.
Para el FIT el Estado debe manejar todas las empresas de servicios públicos y facilitar el control obrero de las empresas privadas. En materia de impuestos, además, proponen eliminar los impuestos al consumo y al trabajo y que la carga impositiva recaiga sobre las empresas y los más ricos.
Política laboral y planes sociales
Milei quiere implementar una reforma del sistema laboral que toma como referencia el modelo implementado en el país por el sindicato de la construcción UOCRA, con un esquema de seguros de desempleo. Y un esquema de subsidios a la demanda para las familias más pobres.
Bullrich plantea leyes para crear empleos sin limitaciones, lo que incluye una reforma laboral. Suspender la ultra actividad para que se permitan nuevos convenios colectivos de trabajo. Mantendrá la AUH, pero con restricciones y que haya reconversión de algunos planes en trabajo genuino con programas de incentivos a la empleabilidad.
Schiaretti también propone reconvertir los planes sociales en empleo genuino, con un modelo de negociación paritaria y de indemnizaciones similar al de la UOCRA.
Massa plantea recomponer el ingreso de los trabajadores a través de las paritarias, afianzar el sector industrial para sostener el empleo y reducir los índices de informalidad con incentivos a las empresas. En este último ítem participarán los beneficiarios de planes sociales.
El FIT propone un ingreso mínimo que cubra las necesidades básicas de alimentación, vivienda, transporte y salud y bajar la carga laboral y repartir las horas de trabajo entre ocupados y desocupados.