Economía en crisis

¿Quién puede destronar al rey dólar?

La dura política monetaria que viene llevando a cabo el banco central de EE.UU. (Fed) para controlar la inflación tiene efectos más allá de la estabilidad de precios, y uno de ellos es la fortaleza del dólar. ¿Hacia a dónde va el sistema monetario mundial?

Jorge Herrera
Jorge Herrera jueves, 26 de enero de 2023 · 11:04 hs
¿Quién puede destronar al rey dólar?
Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

Desde el banco suizo Credit Suisse advierten que un dólar fuerte puede ser más devastador para el resto del mundo que un dólar débil, por lo que plantean un escenario a futuro del sistema monetario mundial hacia un enfoque más multilateral.

Los analistas del banco suizo encuentran paralelismos entre la situación actual de EE.UU. con lo vivido a partir de los ‘70 cuando la confianza en el dólar se vio significativamente socavada. Tras el abandono del patrón oro, EE.UU. también afrontó un endurecimiento monetario que causó un importante perjuicio a muchos mercados emergentes, que se habían endeudado en dólares.

Por ello, al intentar evaluar el papel futuro del dólar en el sistema monetario mundial, señalan que se debe prestar gran atención a las potenciales inestabilidades macroeconómicas en EE.UU., y alertan por una volatilidad extrema y un nivel inusualmente alto de incertidumbre sobre el nivel de precios, que se ha traducido en alta volatilidad para las tasas de interés y las divisas.

Hoy la Fed no se mueve de su objetivo de devolver la inflación a la meta del 2%, por lo que ya avisó que seguirá elevando las tasas de interés al menos por un tiempo, lo que fortalecerá más aún al dólar frente a las otras divisas.

Por ende, mientras que los desequilibrios macroeconómicos en EE.UU. son de hecho considerables, queda por ver hasta qué punto esto puede socavar la confianza en la moneda de reserva. Por ello, los analistas van a monitorear los mercados en busca de señales de que la confianza en el dólar se está perdiendo.

Uno de los aspectos que mejor refleja la hegemonía del dólar es su peso en las reservas de divisas internacionales, aunque los tipos de cambios flotantes, las mejores políticas macro y la disponibilidad de líneas swap de los bancos centrales reducen la necesidad de tales reservas. Al mismo tiempo, los principales bancos centrales se están diversificando para dejar de lado el dólar posiblemente para limitar los riesgos de sanción.

Ahora bien, si finalmente el dólar pierde presencia en las relaciones internacionales, otras divisas intentarán ocupar su trono, y China es uno de los países que puede intentar promocionar su moneda, el renminbi, ya que ya ha estado en la vanguardia de los esfuerzos para desarrollar un sistema alternativo de pagos internacionales, así como esquemas para mejorar el mutuo apoyo de los bancos centrales en los mercados emergentes.

Sin embargo, desde Credit Suisse consideran que el gigante asiático no es capaz o no está dispuesto a establecer su propia moneda como un serio rival para el dólar, ni hay otros candidatos para ese papel hasta ahora, lo cual no significa, sin embargo, que la posición del dólar se mantendrá inmutable e indiscutible. Destacan que una tendencia hacia un modelo más multipolar del sistema monetario es, de hecho, ya visible.

Creen que en el futuro previsible, parece poco probable que China liberalice completamente y abra sus mercados financieros para transacciones transfronterizas. Esta es la razón clave por la cual la participación del renminbi en las reservas mundiales de divisas sigue siendo muy pequeña.

Tampoco ven que el euro pueda desplazar al dólar, a pesar de que representa alrededor del 20% de las reservas internacionales mundiales y también es libremente negociable a través de las fronteras, un requisito previo clave para una moneda líder.

Explican que los responsables políticos de la eurozona claramente no se esfuerzan por que su moneda pueda asumir tal papel. El enfoque del Banco Central Europeo (BCE) es casi exclusivamente de la economía nacional. Además, la Eurozona está, al menos hasta ahora, todavía bastante lejos de ser una unión fiscal de pleno derecho y, por lo tanto, carece de un activo de seguridad para todo el territorio como los bonos del Tesoro de EE.UU.

Por lo tanto, la carencia de un elemento de estas características implica que no existe un activo altamente líquido y homogéneo que el resto del mundo que podría mantenerse como reserva, lo que se une a otros obstáculos, como la ausencia de un mercado de capitales integrado y la falta de una unión bancaria.

Al respecto, valen recordar iniciativas como la creación de una moneda global que pueden sonar utópicas para muchos, aunque fueron defendidas por prestigiosos economistas internacionales, como John Maynard Keynes hasta el premio Nobel Robert Mundell.

En ese sentido, uno de los activos que mayores similitudes puede presentar con una divisa mundial son los Derechos Especiales de Giros (DEG), que se emplean en el seno del Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque su volumen está determinado por la cantidad de capital pagado por los países individuales al FMI.

Desde Credit Suisse subrayan que el FMI no tiene el poder de crear DEG adicionales de la nada, como sería necesario en el caso de un banco central mundial eficaz, por lo que no debería sorprender que las propuestas para una moneda mundial no hayan dado sus frutos y, en el actual entorno geopolítico fraccionado, esto es aún menos probable. Porque entregar el poder para imprimir dinero desde el banco central propio a una autoridad supranacional requiere enorme confianza mutua entre los países y tal traspaso solo es factible cuando se forma una unión política.

Por ello, los analistas suizos apuestan por un sistema más multipolar debido al aumento de los acuerdos bilaterales en comercio entre muchos países, lo que permite rendimientos a escala en el uso de sus respectivas divisas en lugar del dólar y a la profundización de los mercados de capitales locales en mercados emergentes.

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