Presión tributaria

Argentina y el ojo de Gran Hermano: mirando dónde cobrar más impuestos

Hace unos días, una de las participantes de Gran Hermano, el reality que es furor en la pantalla, se “quejó” de la AFIP y la definió como “su peor pesadilla”. En esta columna explico por qué la pesadilla es real y empuja a los jóvenes a desconfiar del sistema y a buscar alternativas en el exterior.

Martín Litwak
Martín Litwak domingo, 15 de enero de 2023 · 07:00 hs
Argentina y el ojo de Gran Hermano: mirando dónde cobrar más impuestos

“La AFIP es mi peor pesadilla. No quiero pagar, es mi trabajo, ¿por qué les tengo que pagar a ellos?”, cuestionó Julieta Poggio, participante de Gran Hermano, en una charla con sus compañeros. Después de recibir unas pocas “explicaciones”, la joven volvió sobre el tema: “¿Qué les pasa? ¿Por qué tienen que hacer eso?”. El reclamo, que sucedió en una charla informal dentro de la casa más famosa de Argentina, es un ejemplo que sirve como disparador. Cada día son más los comentarios que pasan por esto y las consultas sobre por qué hay que pagar (tanto) y qué se hace con el dinero recaudado (nada). Con todo el derecho del mundo, los argentinos se cuestionan el sistema fiscal cada vez con más fuerza.

Julieta, la chica que hizo el cuestionamiento, tiene apenas 21 años, es actriz y -hasta el momento- apuesta por una carrera en Argentina. Sin embargo, la realidad le explota en la cara: Argentina es un infierno tributario, como revelamos en un informe de The 1841 Foundation, y eso atenta contra cada uno de los argentinos que quieren desarrollar su patrimonio en el país. Quienes viven en Argentina conocen la existencia del Impuesto a las ganancias, el Impuesto a los bienes personales, el IVA, los impuestos por créditos o débitos en cuentas bancarias y las cargas sociales vinculados a los contratos de trabajo.

La mayoría de los argentinos sabe de los impuestos internos que se pagan, por ejemplo, al adquirir tabaco, bebidas alcohólicas, vehículos o productos electrónicos. Además, conocen el invento de los últimos años: el impuesto país que se aplica sobre la
compra de moneda extranjera (y que de alguna manera le da al dólar “oficial” en valor del dólar “blue”) o el aporte solidario (que de solidario no tiene nada) a las grandes fortunas.

Lo que tal vez no todos saben es que en Argentina hay otros impuestos nacionales, provinciales y municipales, que integran un listado infinito de tasas y que incrementan los valores de todo lo que se consume, empobreciendo a los pagadores de impuestos y
quitando toda competitividad posible al país. Con todas estas trabas, invertir, producir o desarrollar una carrera en Argentina es una
verdadera odisea. Hoy tenemos un total de ciento sesenta y siete impuestos, entre gravámenes nacionales (43), provinciales (39) y municipales (85).  Como si esto fuera poco, el número crece año a año. Es más: mientras escribía esta columna pudo haber variado.

Entonces, ¿el problema son los impuestos? No necesariamente. De hecho, hasta los estados más eficientes precisan ser financiados por el sector privado. El problema es el abuso de impuestos que existe en Argentina y la falta de sentido en muchas de estas cargas impositivas. De hecho, la mayoría de estos tributos nacen sin otro fin que el de “hacer caja” y recaudar más y más dinero, sin contraprestación ni beneficio para el pagador. El problema es el creciente acoso de las autoridades fiscales a los pagadores de impuestos. El problema es la baja o nula seguridad jurídica que ofrece Argentina pese al esfuerzo fiscal que hacen todos los pagadores de impuestos con residencia fiscal o activos allí.

Por eso, muchas personas se preguntan por qué. Como siempre digo, la evasión no es una posibilidad, o no debería serlo. Si existe un impuesto, hay que pagarlo. En cambio, es 100% posible (y recomendable) estructurar responsable y eficientemente el patrimonio. Hasta tanto se cambie la mentalidad del ciudadano, y desde allí la de la clase política, es la única alternativa viable. La mirada de la participante de Gran Hermano debería preocuparnos: sus cuestionamientos son los mismos que tienen muchos jóvenes argentinos que desconfían del sistema y, en muchos casos, solo piensan en una salida: el aeropuerto internacional de Ezeiza.

Lo positivo de todo esto es que, poco a poco, temas técnicos, como la voracidad fiscal y/o la planificación patrimonial, se van transformando en cuestiones mainstream. El común de la gente ya entendió que el problema no lo constituyen los paraísos fiscales, sino los infiernos tributarios.

Martín A. Litwak autor del Iibro Planificación Patrimonial para Celebrities, fundador y CEO de Untitled SLC.
@MartinLitwak

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