Gobierno en crisis

Sin crédito, poco se puede esperar de la economía

La plata no alcanza. La gran mayoría de las familias no llegan a fin de mes. Y todavía faltan los tarifazos y demás ajustes. La actividad económica puede mostrar una recuperación sostenida, ya que el crédito en pesos al sector privado está a cuenta gotas.

Jorge Herrera
Jorge Herrera martes, 9 de agosto de 2022 · 10:01 hs
Sin crédito, poco se puede esperar de la economía
Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

Los ingresos familiares de la gran mayoría de los activos y pasivos siguen bien detrás del derrotero inflacionario. Nada hace pensar que, a corto plazo, haya alguna mejora en términos reales. Por ende, si el poder adquisitivo de las familias no se recupera, en algo, difícil ver una mejora en el nivel de consumo interno. Pero tampoco la otra variable clave en la evolución del nivel de actividad económica, el crédito bancario, parece no acompañar algún atisbo de recuperación. Porqué es importante el comportamiento del crédito privado, porque se estima que más del 70 a 80% de las transacciones económicas se financian vía el financiamiento bancario.

¿Qué viene mostrando el crédito en pesos al sector privado? Una muy magra performance. Basta con señalar que representan menos del 7% del PBI. Tuvo una recuperación en el último tramo del 2021 y luego entró en un letargo. En junio hubo una mejora pero rápidamente se evaporó un mes después.

Los datos oficiales muestran que los préstamos al sector privado, ajustados por estacionalidad, registraron una contracción de 0,6% mensual a precios constantes. “No obstante, en los últimos doce meses habrían acumulado un aumento de 2,2% en términos reales”, se ocupa de destacar el BCRA. Entre las distintas líneas de crédito, la caída se explicó fundamentalmente por el comportamiento de las financiaciones al consumo. 

Al analizar la evolución de los préstamos por tipo de financiación, las líneas con destino esencialmente comercial se mantuvieron relativamente estables en términos reales. En la comparación interanual y a precios constantes se ubican un 12% por encima del nivel de igual mes del 2021. Al bucear en el seno de estas líneas de financiación, los documentos habrían crecido 0,1% en términos reales (+18,4% interanual). “Esta relativa estabilidad esconde un comportamiento heterogéneo por tipo documento, con un crecimiento de aquellos instrumentados a sola firma y una merma de los documentos descontado”, explica el BCRA. Por su parte, el financiamiento otorgado mediante adelantos en cuenta corriente experimentó una expansión a precios constantes de 0,9% (+13,1% interanual).

Este paupérrimo comportamiento del crédito en pesos al sector privado no guarda relación con la expansión monetaria. Es decir, materia prima es lo que sobra. No extraña que el sistema financiero muestre elevados niveles de liquidez excedente.

Sin embargo, esta liquidez excedente no tiene como destino, lógico, nutrir la oferta de crédito privado. Sino que queda estacionada en el BCRA bajo la figura de los Pases y/o las LELIQ y otro tanto va a parar a financiar al Tesoro vía las nuevas emisiones de deuda.

Por eso, de no ser por la Línea de Financiamiento para la Inversión Productiva (LFIP) el panorama, incluso, hubiera sido peor. Claro que todo tiene una contracara: se trata de otro canal de subsidios.

Los números del BCRA muestran que la LFIP continuó siendo la principal herramienta utilizada para canalizar el crédito productivo a las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPyMEs). “A fines de julio, los préstamos otorgados en el marco de la LFIP acumularon desembolsos por aproximadamente $2.693.000 millones desde su lanzamiento, con un aumento de 8% respecto al mes pasado”, calcula el BCRA. En cuanto a los destinos de estos fondos, alrededor del 85% del total desembolsado corresponde a financiaciones de capital de trabajo y el resto a la línea que financia proyectos de inversión. El número de empresas que accedió a la LFIP ascendió a 291.314. 

Al diferenciar el crédito comercial por tipo de deudor, se aprecia que en julio pasado el crédito a las MiPyMEs se expandió a un ritmo del 32% interanual, mientras que el destinado a las grandes empresas evidenció una contracción del orden del 8,8% a precios constantes en los últimos doce meses. 

Por el lado de los préstamos asociados al consumo, las financiaciones instrumentadas con tarjetas de crédito evidenciaron una disminución de 0,9% en términos reales, ubicándose el saldo promedio del mes un 6,4% por debajo del nivel de un año atrás. Mientras que por el lado de los préstamos personales hubo una contracción de 2,1% mensual a precios contantes y quedaron 5% por debajo del nivel de julio de 2021. Cabe señalar que la tasa de interés correspondiente a los préstamos personales ascendió en julio a 65,6% nominal anual. (89,5% efectiva anual.), incrementándose 5,4 puntos porcentuales respecto al mes previo. 

En cuanto a las líneas con garantía real, los préstamos prendarios apenas subieron 0,1% real, encadenando así 4 meses consecutivos de crecimiento (en términos interanuales suman un crecimiento de 35,7%). Por su parte, el saldo de los créditos hipotecarios cayeron 3,1% a precios constantes, acumulando una contracción del orden del 17% en los últimos doce meses.

Cabe señalar que, en línea con el aumento de las tasas de interés de referencia del BCRA, se elevó la tasa máxima de la línea para financiar capital de trabajo desde 52,5% a 58% nominal anual; y la correspondiente a proyectos de inversión pasó de 42% a 50%. Basta comparar estas tasas con la inflación de los últimos doce meses y la proyectada para el resto del año para entender el impacto de esta línea. Así las condiciones favorables de la LFIP contribuyeron a sostener el crecimiento del financiamiento a las empresas de menor tamaño relativo. 

Huelgan los comentarios para aquellos que no logran acceder a este tipo de financiamiento y deben recurrir a otras alternativas, incluso, informales. En ese caso las tasas y los costos financieros involucrados son astronómicos. Lo cual terminan, tarde o temprano, impactando en precios. Con este panorama, es complicado vincular una mejora del nivel de actividad en el corto plazo. Los que podrían tomar crédito, prefieren no hacerlo ante tamaña incertidumbre macro. Los que no tienen alternativa, no pueden acceder. Es un círculo vicioso. Lo cierto es que plata hay, el problema es que va a parar a otros destinos.

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