Finanzas personales

Cinco lecciones financieras que aprendemos de nuestros padres

Sin lugar a dudas, los primeros consejos financieros no los recibimos de expertos en la materia, sino de nuestros padres.

Inversor Global
Inversor Global jueves, 12 de mayo de 2022 · 07:03 hs
Cinco lecciones financieras que aprendemos de nuestros padres
Foto: Freepik

Nuestros padres no nos brindan solo su amor y apoyo incondicional, sino también algunas de las lecciones más importantes sobre finanzas personales. Estos consejos pueden beneficiarnos porque tienen una gran influencia en nuestros hábitos en general.

No malgastar el dinero

Enseñarles a los niños determinadas habilidades financieras debería ser tan importante como enseñarles a leer y escribir, pero esto no siempre sucede. Uno de los consejos de los padres es tener un presupuesto y ahorrar, equilibrando los gastos con el dinero que recibimos de mesada o por acontecimientos como un cumpleaños.

No decirle “sí” a todo

Sin darnos cuenta, nuestros padres nos enseñan una lección muy importante cuando somos pequeños, aunque sea “a la fuerza” y con llantos de por medio: distinguir entre una necesidad y un deseo. Comer un segundo alfajor puede ser algo tentador, pero cuando se enseña el valor del dinero, pensamos dos veces si es conveniente comprarlo en ese momento o mejor esperar a otro día para disfrutarlo.

La importancia del ahorro

Nuestros padres nos enseñan la importancia de ahorrar. Es muy común que cuando somos pequeños deseemos algunas cosas algo costosas como una consola de videojuegos o una computadora moderna. Muchos padres, en lugar de adquirir esos dispositivos para sus hijos, enseñan la importancia de ahorrar y sacrificar otros gastos para juntar el dinero necesario.

Analizar tener ingresos extras

Otra de las lecciones es obtener ingresos extras. Muchas veces el dinero que obtenemos de pequeños es insuficiente para algunos gustos u objetos que deseamos, e incluso si ahorramos vemos que nos llevará muchísimo tiempo, por lo que necesitamos un dinero extra.

Ahí es cuando nuestros padres o familiares aparecen como “primeros empleadores”, ofreciéndonos algo de dinero a cambio de algunas tareas sencillas como cortar el pasto, sacar a pasear al perro, ordenar las habitaciones, lavar los platos, etc.

En la vida adulta es el equivalente a necesitar un ingreso extra y trabajar de manera independiente, emprender o hacer horas extra en el trabajo.

Evitar pedir dinero prestado

Desde pequeños nuestros padres suelen enseñarnos que es importante gastar menos de lo que se gana. Nos suelen explicar que, en caso de no tener suficiente dinero para poder comprar algo, es mejor seguir ahorrando en lugar de pedir dinero prestado.

Endeudarnos, ya sea con la familia o el banco, debe ser el último recurso en casi todas las situaciones. Nuestros padres además suelen reforzar la idea de que, en caso de pedir dinero prestado, debemos estar seguros de poder devolverlo.

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