Finanzas

Los grandes inversores y los principales bancos esperan un 2023 mediocre

Los expertos de los principales bancos y gestoras del mundo estiman un año insulso en lo económico, con recesión en el primer semestre seguida de un crecimiento poco espectacular en el segundo. Por ahora, consideran que el consenso es demasiado optimista sobre las perspectivas de crecimiento mundial.

Jorge Herrera
Jorge Herrera martes, 6 de diciembre de 2022 · 10:06 hs
Los grandes inversores y los principales bancos esperan un 2023 mediocre
Foto: DPA

Sobre el cierre del año empiezan a llover las perspectivas de lo que esperan los fondos de inversión internacionales, los grandes bancos y los gestores de carteras gloables para el próximo año. Por lo visto hasta ahora podría resumirse que en general las perspectivas son de un 2023 muy mediocre en términos de crecimiento y de rentabilidades.

Por ejemplo los expertos del Credit Suisse, el Deutsche Bank hasta de Barclays tienen una visión o sentimiento predominante de prudencia. De ahí que se refieran a la probable performance de las bolsas como de moderado optimismo, débil rentabilidad o panorama sombrío.

El Deutsche señala que hay oportunidades y destaca que Asia es la opción más atractiva por valoración. Pero con una visión sólo moderadamente positiva para los índices. Para Barclays, aún falta un tiempo para que la renta variable esté fuera de peligro, mientras que Credit Suisse ve más atractivo en la renta fija.

De todos modos hay consenso en que la situación debería ir mejorando a partir del segundo semestre y esta es la segunda idea principal con que se manejan los analistas. Barclays cree que, a medida que avance el año deberían cumplirse condiciones para una posible inflexión positiva, pero no ve despejarse la situación bursátil hasta fines de 2023. Mientras que Goldman Sachs habla de recuperación para las bolsas en algún punto de 2023, cuando espera que se produzca la transición hacia una fase de esperanza en la llegada del mercado alcista. Por su parte Credit Suisse prevé una pobre rentabilidad para la renta variable en el primer semestre con una mejora progresiva una vez que se acerque a un giro de los bancos centrales.

El 2022, casi cerrado, no será un año para extrañar. Por eso alguno, como el Deutsche ve ahora oportunidades selectivas y sigue apostando por los bonos de calidad en Estados Unidos y en Europa, aunque empieza a tener una visión positiva para el “high yield” (alto rendimiento, alto riesgo). Por su parte el Credit Suisse considera que los activos de renta fija ofrecen oportunidades atractivas a los inversores, mientras que el rendimiento de la renta variable se mantendrá contenido.

El tema de la recesión también entra a jugar en el marco analítico aunque los expertos esperan que sea leve e incluso hasta evitable. En Europa ninguno quiere hablar de una recesión profunda pese a que se reconoce que la situación es peor que la de EE.UU. por la crisis energética. La recesión en EE.UU. no forma parte del escenario principal de Credit Suisse, que prevé un crecimiento económico del 0,8% en 2023 mientras que para la Eurozona estima una recesión hasta fines del segundo trimestre de 2023. El Deutsche, por su parte, espera un crecimiento del 0,3% para la Eurozona y del 0,4% para EE.UU.

En cuanto a la inflación, seguirá siendo un tema central y un problema. Se estima que el próximo año seguirá persistentemente elevada y muy por encima del objetivo de los bancos centrales situado en el 2%. Esta circunstancia es lo que les llevará a mantener la mano dura (tasas altas), aunque vayan frenando el endurecimiento (las subas). Pese a que algunos quieren ver cierta tendencia a la normalización lo cierto es que parece que la inflación seguirá siendo un problema en 2023, explica el Deutsche. El Credit Suisse anticipa que tanto la Reserva Federal (FED) como el Banco Central Europeo (BCE) seguirán endurecimiento sus políticas monetarias, hasta una tasa final del 5% en el primer caso y del 3% en el segundo, debido a la fuerte suba de los precios.

Los grandes bancos esperan así un primer semestre 2023 peor en lo económico y bursátil, y una tibia recuperación a partir del segundo, recesiones leves a nivel mundial, teniendo a la inflación aún como uno de los principales problemas. Por su parte los economistas de Oxford Economics (OE) identifican tres temas que dominarán las perspectivas económicas y los mercados financieros en 2023 que, según advierten, será otro año mediocre para la economía mundial.

Uno de esos aspectos son las recesiones, que también prevén que sean leves, aunque avisan: las recuperaciones posteriores serán decepcionantes. Explican que las perturbaciones que han restado fuerza a las economías mundiales este año deberían disiparse en 2023 pero hará falta algo más que el desvanecimiento de los impactos negativos para generar un fuerte repunte económico. Dado que China sigue mostrando debilidad, las subas de tasas en las economías avanzadas todavía se extenderán y la relajación fiscal agresiva no está sobre la mesa, por lo que un fuerte repunte del crecimiento parece improbable.

En el caso de la inflación son tal vez más punzantes que otros expertos que hablan de relajación o moderación, ellos creen que caerá bruscamente pero ve menos probable un rápido giro de los bancos centrales pese al giro de los precios. Explican que la inflación retrocederá bruscamente en la mayoría de las economías de la mano del debilitamiento de los precios de las materias primas, la ralentización del crecimiento y la relajación de los problemas de la cadena de suministro que se transmiten a los precios. Para EE.UU. estiman un retroceso más lento mientras que en el caso de la Eurozona la inflación se situaría por debajo de las expectativas del consenso el próximo año.

Para la gente de OE si la inflación se aproxima al objetivo a fines de 2023, las economías vuelven a crecer y la reorganización del mercado laboral no es demasiado grave, los bancos centrales pueden ser cautos a la hora de hacer algo que pueda provocar un nuevo repunte de la inflación. De ahí que ven posible que se resistan a dar un giro a su política el año que viene porque un cambio de política sustancial requeriría probablemente un mayor deterioro de las perspectivas económicas de lo que el consenso espera actualmente.

Por último, OE cree que las perturbaciones de la oferta disminuirán, aunque nuevamente incluyen matices al afirmar que no se desvanecerán por completo. Estos signos de disminución en las interrupciones de la cadena de suministro son una buena noticia para la industria y la inflación, pero esto no acabará con los problemas de incertidumbres de la oferta. Creen que las relaciones de las economías avanzadas con China y Rusia seguirán siendo tensas y pueden desencadenar cambios en la forma de hacer negocios de las empresas, aumentando los costos y enturbiando el panorama para los bancos centrales.

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