Opinión

Viviendas container: una solución a la falta de efectivo para construir

Rápida instalación, abaratamiento de los costos, facilidad de transporte y condiciones casi ideales de habitabilidad. El desafío: trabajar sobre las limitaciones de diseño.

José Carmuega domingo, 13 de noviembre de 2022 · 07:01 hs
Viviendas container: una solución a la falta de efectivo para construir

Una de las formas en que la clase media encontró para dar solución a la posesión efectiva del lote comprado es utilizar la vivienda container. Se trata de una casa prefabricada cuya estructura es un contenedor de acero.

Los precios más bajos rondan los US$ 20.000 e incluyen la instalación. Es una opción disruptiva para el tipo de construcción que se usa en Argentina, donde por la propia historia del país e idiosincrasia nos volcamos al ladrillo, con los años las viviendas industrializadas, ya sea de madera o steel framing (perfiles estructurales de acero liviano) fueron ganando adeptos y ya son una opción adoptada por los usuarios. 

¿Qué son entonces estas viviendas modulares? Son otra cosa. Se compra y vende como un producto terminado. Es el uso del contenedor que se utiliza para el transporte de mercancías (reciclado o construido para la ocasión), que ya tiene una medida estándar y que su espacio es habitable.

Permite tener su habitación, sala de estar y baño. Hay que recordar que estos habitáculos tienen medidas máximas para el traslado en ruta, lo que hace luego que este tipo de vivienda sea mudable. Las medidas pueden ser muy variadas. Los contenedores más chicos tienen 6 metros de largo x 2,43 de ancho y 2,60 de altura; y los más largos son de 12,20 x 2,43 metros y 2,60 o 2,89 de altura.

Pueden acoplarse y eso le da cierta movilidad y ampliación, además de poder crear dos plantas.  El peso de un contenedor vacío inicia en los 2.300 kg. y con equipamiento, un estimado de 5.200 kg.

Dialogando con el arquitecto Félix de Alzaga, de larga trayectoria en la arquitectura sustentable, sobrevienen conceptos muy interesantes y didácticos para quien quiera usar este tipo de respuesta a la necesidad de vivienda. Claramente una de las limitaciones es el diseño.

Él mismo explica que se han podido sortear esos problemas, porque existe pericia de acoplar más de un container, para poder dar forma a una vivienda más extensa. Con esto se logra “acompañar con una morfología que permite jugar un poco para que no sea una caja de chapa y nada más”. De Alzaga es, además, especialista en construcción prefabricada con steel frame. 

En concreto, la vivienda se vende con todas las conexiones para la luz, agua y gas, revestimiento y el equipamiento necesario y lista para su uso.

Marcelo Almuina, perito patólogo de la construcción y docente de postgrado de pericia judicial entrega algunos datos precisos para tener en cuenta antes de comprar. Por ejemplo, dice que es necesario asegurarse que esta tipología esté expresamente autorizada en el lugar de implantación y que los códigos locales de edificación autoricen las medidas interiores de ancho y alto.

Esto es primordial, puesto que el apresuramiento para tener dónde dormir y que este tipo de casa sea tan sencilla de adquirir puede hacer olvidar que se trata de una vivienda, y esto tiene sus propias regulaciones. 

Otro dato de importancia que trae Almuina es sacarse todas las dudas con las empresas vendedores respecto del “correcto cálculo de los anclajes a la carga de viento, tanto al suelo como entre los módulos componentes”.

Por otra parte, se debe solicitar que se haya efectuado “un cálculo y diseño de detalle adecuado de la aislación térmica y la correcta colocación y solape de la membrana de vapor para evitar la condensación intersticial en el interior del cerramiento exterior”.

La condensación intersticial es aquella que se produce dentro de un material determinado. Las empresas que realicen la instalación deben considerar los puntos de izaje del contenedor, el medio de transporte, la grúa de descarga y la sujeción durante el montaje.

“La posición de los niveles de descarga de las instalaciones de desagües, la existencia de sistemas de drenaje urbanos preexistentes o propios con métodos pasivos y no agresivos al ambiente (p.ej, lechos de infiltración)” es otro aspecto a tener muy en cuenta.

Y un consejo casi urgente: “verificar que la compra de la vivienda sea llave en mano, o sea, que incluya la puesta en marcha de todas las instalaciones, teniendo al pie de obra todas las conexiones en espera”. Otra clave es intentar no diversificar los trabajos de proyecto, dirección y construcción, porque cualquier faltante de terminación en una obra lejana suele demorar más de lo previsto (recordar el alto costo e incidencia de los viáticos).

El especialista, por último, declara que se deben requerir “los planos que se correspondan exactamente con el producto adquirido y su correcta implantación en el terreno”, para su presentación ante la jurisdicción que corresponda. 

Volviendo con el arquitecto Félix De Alzaga, éste trabaja sobre tal vez la oportunidad más grande que estos módulos: conectarlos. En un estar comedor de un módulo que mide 2.20 metros de ancho útil no termina siendo algo muy utilizable por eso es que “la estrategia está puesta en cómo tomar la parte modular para poder trasladarla y hacer un proceso industrializado y cómo agregarle el fuelle en estos lugares espacios comunes que requieren mayor dimensión”.

¿Qué hay del suelo? No hay mayores complejidades, básicamente porque pesa menos que una construcción tradicional. Esto permite ubicar el módulo prácticamente en cualquier terreno. “En el caso de que exista una pendiente pronunciada se trabaja con los pilotes buscando otorgar nivel e inclusive se puede trabajar en el diseño planteando el escalonamiento de los contenedores” aporta el arquitecto. 

El montaje es también rápido, porque puede tenerse instalada en el día. En el caso de que sea más de un módulo puede tardar hasta una semana. Luego restaría todo el acople de instalaciones, tendido de cableado o conexiones interiores y retoques finales.

Esto no debería llevar más de otra semana de trabajo, el mantenimiento es muy sencillo. Básicamente, es un esquema de pintura, suelen ya salir de fábrica con una base de pintura antioxidante y con esmalte sintético. El esquema de repintado sería con este mismo material. Una vivienda modular, trasladable, de instalación en accesos difíciles, que no exija una erogación de gastos muy grande y que a su vez permita igualmente pensar en otro tipo de vivienda resulta una alternativa viable para quien ya tiene o piensa en tener su lote propio y hacer pie pronto.

* por José Carmuega, periodista.

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