Economía en crisis

Dólar: lo que todos se preguntan, ¿aguanta o no aguanta?

El país empezará en pocos días más a embriagarse del efecto mundialista. Nada de lo que ocurra en Qatar mejorará el malhumor social. En cada reunión familiar o laboral se cuestiona hasta cuándo resistirá esta situación, y el dólar. A continuación algunas claves para monitorear.

Jorge Herrera
Jorge Herrera sábado, 12 de noviembre de 2022 · 07:03 hs
Dólar: lo que todos se preguntan, ¿aguanta o no aguanta?
Foto: elonce.com

La situación, aun, es crítica. Esta fue, más o menos, en palabras del propio ministro de Economía, Sergio Massa, la descarnada descripción de la realidad económica y social del país. Así es. El panorama macro y micro no da ni para descorchar una gaseosa, ni para distraerse. La falta de reservas no tiene solución en el corto plazo. No hay nada que pueda hacer el Gobierno al respecto. Solo aguantar y rezar al clima. ¿Aguantará?, se preguntan todos.

El camino hacia el 2023 está plagado de obstáculos. Ni que hablar el cierre del año 2022. Es que muchos soslayan que el último tramo del año, como de costumbre, las necesidades de financiamiento del Tesoro se elevan al cielo. Dada la evolución de los números fiscales es difícil pensar que el gobierno llegará a cumplir con las metas fiscales pactadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) del último trimestre. Según el programa vigente con el organismo financiero internacional, el déficit primario debería ser equivalente al 1,1% del PBI (hoy es más del doble) lo que implicaría un fuerte recorte del gasto primario en el último bimestre, precisamente, cuando estacionalmente las erogaciones explotan. Vale recordar que aproximadamente casi dos tercios del déficit fiscal anual se generan en el último tramo de cada año.

El cronograma de vencimientos de la deuda pública en pesos, amén del último canje, continúa siendo sumamente desafiante. Si bien el gobierno alcanzó un rollover, es decir, un refinanciamiento de más del 60% de los vencimientos del último bimestre que sumaban más de $1,7 billones, vale señalar que más de la mitad de la deuda está en manos del sector público. O sea, la espada de Damocles sigue en manos privadas.

Lo que mata es la humedad, suelen decir en cada verano, generación tras generación. Sin embargo, acá lo que nos puede voltear no es la humedad sino es el exceso de pesos, en circulación y bajo la alfombra del Banco Central (BCRA). Sobran pesos y hay muy pocos dólares. El BCRA, tras perder casi u$s500 millones a lo largo de octubre, en lo que va del mes ya se desprendió de más de u$s710 millones. No hay en el horizonte nuevas fuentes de oferta de divisas en el corto plazo. Es lo que hay. Encima, el período en el cual la oferta de dólares baja significativamente corre ahora un elevado riesgo de acentuarse por demás porque peligra la cosecha de trigo, que es el salvavidas de cada año hasta que lleguen los dólares de la cosecha gruesa. Por eso nadie descarta que Massa y el presidente del BCRA, Miguel Pesce,  intensifiquen los controles cambiarios todavía más y lancen nuevas zanahorias a distintos sectores para que adelanten la liquidación de exportaciones.

Ya en el mercado, y sobre todo en el sector agropecuario, empezaron a rumorear que no los sorprendería que venga un revival del “dólar soja”. Todo vale para evitar devaluar. 

¿Podrá resistir este endeble andamiaje económico y social hasta las elecciones del 2023? El desafío fiscal es mayor el año que viene porque cumplir la meta con el FMI en un año electoral, no está para nada claro cómo lo hará el gobierno. La montaña de vencimientos de deuda en pesos ya es una cordillera de compromisos mensuales de $1 billón promedio. Pero además el Tesoro deberá buscar financiamiento para el nuevo déficit, o sea, colocar más deuda cuando el mercado lo que ya menos quiere es incrementar la exposición al riesgo soberano. Y así, con todos los temas relevantes y desafiantes que tiene por delante este gobierno, como la posición de reservas internacionales.

Podría entonces resumirse que hay cinco claves para intentar responder a la pregunta del millón. Estas claves son las que se deberán monitorear para ver si habrá aterrizaje con más o menos turbulencias el próximo año. ¿Cuáles son estos cinco factores de los cuales depende que haya o no suficientes dólares?

En primer lugar, vigilar muy de cerca si la sequía se extiende a la cosecha gruesa. En segundo término, el comportamiento de los precios de las materias primas, y si hay una tendencia a que mejoren. El tercero, muy vinculado con el sector externo, es si finalmente el país dispondrá de un nuevo gasoducto. Es determinante, la combinación del resultado de la cosecha gruesa, léase sequía, y el nivel de las importaciones de energía. Porque dirán cuántos dólares faltarán o no. Un cuarto factor es observar la predisposición del gobierno a encarar un ajuste fiscal o cambiario en medio de un año electoral. Y como broche de oro, cómo se comporta la puja distributiva, por el peligro de la espiralización de la nominalidad. En síntesis, un buen combo para no aburrirse mientras comienza el Mundial y sobrellevar el posMundial.
 

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