Apertura gradual

Cepo a la exportación de carne: la peor decisión costó ya US$1.000 millones

Julián Domínguez anunció la reapertura parcial de las ventas al exterior de carne vacuna, especialmente a China. Se flexibilizan así las ventas y comienza a normalizarse el mercado. Sin embargo, ya se perdió dinero que nunca se recuperará. Y que ganó Uruguay.

Carlos Burgueño
Carlos Burgueño miércoles, 29 de septiembre de 2021 · 13:39 hs
Cepo a la exportación de carne: la peor decisión costó ya US$1.000 millones
Foto: Pachy Reynoso / MDZ

Julián Domínguez cumplió su primera misión como ministro de Agricultura. Anunció ayer la flexibilización de parte de las restricciones a las exportaciones de carne vacuna al exterior, permitiendo desde octubre la posibilidad de vender al mercado asiático. Si bien para la Mesa de Enlace tiene gusto a poco y que se esperaba una liberalización total, habrá que entender y reconocer que el norte del nuevo ministro está en lo correcto. Y que ahora se deberá esperar al 31 de octubre para ver si se consigue la flexibilización total de las ventas de carne al exterior. Sería lo correcto.

Mientras tanto se pueden sacar conclusiones políticas y financieras sobre lo que fue hasta acá la peor decisión económica en lo que va del Gobierno de Alberto Fernández. Medida reconocida ahora como errónea por el propio oficialismo, aunque no se lo defina así ni pública ni explícitamente; pero sí en los hechos. Lo demuestra que haya sido el primer movimiento de Domínguez, sabiendo que sin una señal en este sentido, su gestión sería fallida.

Los daños de haber aplicado las trabas a las exportaciones de carne vacuna al exterior, pueden ser mensurables. Según los datos oficiales y los de los privados, las ventas de carne al exterior le aportan al país, unos 3.000 millones de dólares anuales como piso. Sin embargo en el ejercicio 2021, las exportaciones deberían subir ante el incremento de la demanda y los precios internacionales; con lo que el volumen de ventas podrían haber alcanzado los 4.000 millones de dólares este año.

Las colocaciones al exterior, por cuestiones estacionales, se concentran en la mitad de cada ejercicio; con lo que la mayor parte de ese dinero se hubiera colocado en el período marzo noviembre, con lo que unos 3.500 millones se habrían vendido en ese período. Si se calcula que hubo tres meses de trabas totales, y que luego se flexibilizó un 50% por dos meses; el dinero que el país se perdió de vender al exterior superaría los US$1.000 millones. Como piso.

Esas divisas no se recuperarán, ya que los mercados mantienen su demanda, y si la Argentina (o cualquier país) no puede abastecerla, se buscarán otros proveedores. Fue así como desde Uruguay se aceleraron las ventas a China, y se anunciaron aumentos en las exportaciones de carne vacuna por unos US$500 millones en el período analizado.

Las consecuencias permanecerán. Entre la traba de 30 días entre mayo y junio y la restricción de exportar al 50% en el segundo semestre del año, el país perderá mercados y disminuirá los rendimientos del rubro exportador de carne. Habrá que esperar a los valores finales que se anunciarán entre febrero y marzo del próximo año; pero es seguro, al menos, que la marca de un nuevo récord de 1.500 millones dólares no se logrará. Un nivel razonable sería ubicarlo en 1.000 millones dólares; con lo que el país se habrá perdido de ingresar divisas por unos 500 millones dólares. El 2021 es un buen año para el Banco Central, donde en el primer semestre el número superavitario alcanzó los 6.000 millones dólares. Es un buen dato. De lo mejor que puede exhibir el Gobierno. Sin embargo, escaso.

El país necesitará en pocos años (concretamente 2025), muchos miles de millones más si quiere estar en pleno desarrollo y recuperación, y además tener en sus cuentas unos 18.000 millones de dólares necesarios para poder cumplir con los vencimientos de deuda de los bonos reestructurados en agosto del año pasado. No es que el dinero deba ponerse sobre la mesa para cumplir con el compromiso. Pero lo que sí debe detentar el Central para esa ápoca es una solidez lo suficientemente clara como para que los mercados perciban que le pueden volver a prestar al país para cumplir con los pagos.

Para esto, sólo se necesita un mensaje: Argentina es un mercado de capitales muy superavitario en divisas, fruto de un comercio exterior ampliamente expansivo y generador de dólares. El mensaje de cerrar mercados exportadores donde los productores locales son ampliamente competitivos, es la señal exactamente incorrecta. Es ir directamente hacia el otro lado.

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