La inversión extranjera en América Latina se desplomó un 45% durante 2020

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés) reveló un informe en el que se analiza la situación de comercio internacional de América Latina y el Caribe, revelando una caída del 45% durante el 2020 producto de la crisis ocasionada por el coronavirus y el resto de factores económicos, políticos y sociales.

Según el reporte, los flujos de inversión extranjera directa hacia la región cayeron hasta los USD 88.000 millones, convirtiéndose en la caída más pronunciada entre los países en desarrollo.

James Zhan, director de la División de Inversiones y Empresas de la UNCTAD, expresó que “las economías latinoamericanas enfrentaron un colapso en la demanda de exportaciones, la caída de los precios de las materias primas y la desaparición del turismo, lo que provocó una de las peores contracciones de la actividad económica en todo el mundo”.

Si bien la contracción afectó a todos los sectores, hubo pequeñas diferencias entre los mismos. Mientras que las entradas de inversiones en las industrias de hidrocarburos, manufactura, viajes y ocio se desplomaron violentamente, los fondos orientados hacia exportaciones minerales y de metales se vieron sustentadas en parte por una recuperación en los términos de intercambio de las materias primas durante la última mitad del 2020.

“Lo más importante es que la pandemia tuvo graves consecuencias para la inversión internacional en sectores relevantes para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con una contracción de la inversión en infraestructura de más del 75%. Esto se suma a la vulnerabilidad de la región y representa un obstáculo importante para lograr los ODS”, agregó el ejecutivo.

De acuerdo a la información detallada, las inversiones extranjeras en América del Sur se redujeron a más de USD 52.000 millones y los flujos en Brasil y Perú alcanzaron los niveles más bajos en dos décadas.

Por otra parte, en América Central los flujos de dinero del exterior disminuyeron un 24% a USD 33.000 millones, reforzados, en parte, por las ganancias reinvertidas de México.

A su vez, en el Caribe, excluyendo los centros financieros extraterritoriales, el capital se contrajo un 36% luego del colapso del turismo.