Por Gonzalo Andrés Castillo

El argentino promedio suele comprar dólares y guardarlos, ya sea en una caja de seguridad, en la cuenta bancaria o “abajo del colchón”. De esta forma, se cree que se mantiene el poder adquisitivo, sin embargo, se trata de un grave error.

Si bien es cierto que en pesos se puede llegar a ganar dinero con el paso del tiempo, ya que el país acarrea un largo historial de devaluación, lo cierto es que la divisa estadounidense también cuenta con inflación, y bastante en el último año. Debido a esto, con el paso del tiempo se pierde poder adquisitivo en moneda dura.

Para solventar este inconveniente, es importante “potenciar” los ahorros, siempre y cuando estén declarados, a través de los vehículos de inversión que ofrece el mercado de capitales.

Fondos comunes de inversión

Todo aquel ahorrista que no posee conocimientos financieros o no tiene ganas de destinar parte de su tiempo al análisis de alternativas de inversión debería optar por colocar los dólares en fondos comunes de inversión.

Básicamente, estos fondos consisten en dinero acumulado de varios inversores que los administradores profesionales invierten en diferentes instrumentos financieros según diversos objetivos.

Por ejemplo, si los inversores de un determinado fondo son muy agresivos y tienen un horizonte de largo plazo, el administrador del fondo optará por comprar activos con alto potencial como las acciones. Por otra parte, si los inversores son conservadores, están los fondos money market que invierten en cauciones y plazos fijos.

Sea cual sea el caso, lo importante es que el dinero está correctamente gestionado y protegido por importantes compañías financieras que se encargan de buscar lo mejor para el inversor.

Afortunadamente, el mercado argentino ofrece múltiples alternativas para quienes tienen dólares ahorrados y busquen mantener el poder adquisitivo en el largo plazo. La gran mayoría de estos fondos invierte en obligaciones negociables de alta calidad crediticia de América Latina.

De esta forma, se evade parcialmente el riesgo argentino, se mantiene dolarizada la cartera y se obtiene un retorno que le gana a la inflación en el largo plazo.