Crónicas económicas

Paritarias calientes: los sindicatos exigen aumentos, cláusula gatillo y vacunas

El Kirchnerismo vuelve a avanzar sobre las negociaciones con el FMI. Petroleros piden vacunas. Resultado obvio en carnes. Análisis sobre el bimonetarismo.

Carlos Burgueño
Carlos Burgueño miércoles, 26 de mayo de 2021 · 11:30 hs
Paritarias calientes: los sindicatos exigen aumentos, cláusula gatillo y vacunas
Foto: Telam

Sindicatos negocian paritarias y vacunas

No son pocos los gremios que ya abrieron su discusión de paritarias de incrementos salariales correspondientes al período 2021/ 2022. No es novedad que las metas de reclamo se ubican hoy en alzas de entre 30 y 40% con cláusulas gatillo. La novedad es que además de estas alzas salariales con advertencia de desbordes inflacionarios, comienza a notarse el reclamo de un capítulo extra y coyuntural: que el estado garante de la paritaria, también se comprometa a conseguir vacunación contra el Covid-19 para los trabajadores del sector que esté negociando.

El último e importante caso en este sentido fue el de los petroleros del Supeh, cuyo secretario general Antonio Cassia anunció que los petroleros de YPF habían logrado cerrar la paritaria 2020/2021 “con un 42.3 % de aumento final, igualando los índices de inflación y sin pérdida del valor del salario”. Ahora arranca la discusión 21/22 con un piso de 35% y además cláusula gatillo. Pero Cassia indicó además que realizará en las negociaciones un pedido formal de 35.000 vacunas espacialmente refinerías y estacioneros. Cassia representa a los trabajadores petroleros de YPF, y avanza en este punto también con los empleados de las estaciones de servicio de la firma. Es probable que desde julio Cassia logre ambos objetivos. El incremento salarial y la provisión de vacunas.

Guzmán vs la Proclama del 25 de Mayo

Martín Guzmán tendrá en horas un respaldo importante en su plan de negociaciones con el Club de París y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Alberto Fernández tiene preparado un encuentro virtual con la Canciller alemana Angela Merkel, para terminar de cerrar la alternativa de aplicar un "Puente de Tiempo" con el primero de los organismos, con el objetivo de no caer en default el próximo 30 de mayo cuando Argentina no pague los U$S 2.400 millones que deben liquidarse ese día. Técnicamente el país tendrá tiempo hasta el 30 de julio para estar en situación de impago, y la intención del ministro de Economía y el jefe de Estado es lograr un plazo más largo hasta estar en esa situación.

Merkel es el anteúltimo paso para lograr esa alternativa (resta aún convencer a Japón), y se espera que el Club de París en días le permita a la Argentina no pagar por dos o tres meses más, con lo que el nuevo vencimiento se computaría a fines de septiembre u octubre. Para esto el organismo exige una "prueba de amor" traducida en la aceptación de una misión del FMI dentro de las clásicas fiscalizaciones establecidas en el artículo IV del organismo. Para un nuevo plazo, el Club exigirá la firma de una Carta de Intención previa a un acuerdo de Facilidades Extendidas. El ministro de Economía quiere acelerar los tiempos, y asegura estar en condiciones de firmar un acuerdo final en menos de cuatro o cinco meses. Para octubre, afirma Guzmán, todo el proceso estaría terminado, y la situación de la deuda argentina culminada de renegociar.

Aparentemente tiene el apoyo del Presidente, quién lo respaldó durante la última gira europea; y lo reiterará en el encuentro de hoy con la jefa de Estado alemana. Sin embargo, y curiosamente, las contrariedades para el plan de Guzmán no se encuentran ni entre los acreedores, ni en la oposición al gobierno. Sino dentro de la coalición oficial. El kirchnerismo dio ayer un paso demoledor en contra de la propia estrategia del ministro de Economía, al publicar la denominada "Proclama del 25 de Mayo", donde no sólo dirigentes importantes del oficialismo, sino representantes del ala cultural, judicial, periodística, sindical y dirigentes sociales; se ponen en contra de lo que negocian en estas horas Alberto Fernández y Guzmán con el FMI y el Club de París. Según la Proclama, redactada por la diputada nacional Fernanda Vallejos, se reclama la “suspensión de los pagos por capital e intereses con el FMI y el Club de París, mientras se extienda la emergencia sanitaria”, los dirigentes exigen “reprogramar los vencimientos con todos los organismos financieros internacionales con plazos acordes a las verdaderas posibilidades de pago del país”.

También se pide "renegociar la disminución de intereses, cargos y comisiones previstos en los acuerdos vigentes” y se insiste en utilizar la cuota que le correspondería a la Argentina (estimada en aproximadamente 4.350 millones de dólares) de la emisión esperada de Derechos Especiales de Giro (DEG) por parte del FMI para “fortalecer las reservas internacionales del Banco Central, aliviando las restricciones que limitan la atención de los graves problemas derivados de la pandemia Covid-19 y privilegiando la salud, educación, vivienda, trabajo, reducción de la pobreza e indigencia, entre otros y no al pago de la deuda por capital , intereses o gastos”. Se avanza además en el apoyo a la "querella criminal" iniciada por el Gobierno Nacional contra los funcionarios actuantes del anterior gobierno en la obtención del préstamo “stand by” con el FMI, así como la investigación del destino de esos fondos para “identificar a los responsables de la fuga de capitales”; y se exige al FMI que “brinde todo el apoyo para continuar con las investigaciones, determinar y diferenciar deuda legítima de ilegítima y que, asimismo, colabore en
encontrar los fondos fugados del país”. También se rechaza el acuerdo a 10 años, y se obliga al gobierno nacional que se negocie otro a más plazo (15 a 20 años), algo inexistente en los estatutos actuales del FMI.

En síntesis, nunca el Ejecutivo y el kirchnerismo estuvieron tan lejos en un tema clave de la gestión económica de Alberto Fernández; al punto de convertir una estrategia del propio jefe de Estado y su ministro de Economía, en impracticable. En directamente utópico defender lo planteado dentro de la "Proclama" y sostener las negociaciones que está concretando Guzmán.

Exportaciones de Carne, vía de negociación abierta

El ministerio de Desarrollo Productivo abrió una ronda de negociaciones con los principales productores ganaderos concentrados en la exportación (especialmente a China); con la promesa que de llegar a buen puerto el diálogo, en una semana podrían levantarse las prohibiciones a las ventas internacionales. La base de las discusiones es la alternativa de fijar cupos para la salida de carne de alto valor, la prohibición de colocar producción con hueso (de baja demanda internacional) y precios de referencia actualizados de manera mensual o trimestral. El acuerdo combinaría la continuidad de la provisión de cortes populares (aseguran ambas partes que está registrando un funcionamiento de normal a bueno en la llegada de carne a las góndolas) y la revisión general de las ventas al mercado chino.

Según la visión oficial, compartida por varios productores locales que no están dentro de este negocio, es esta última alternativa la que terminó distorsionando el mercado interno, y provocando una presión alcista en los precios; dado que desde China se demanda el 100% de los cortes, absorbiendo también los que eventualmente puedan destinarse a las góndolas locales. Suponen ambas partes que de suspenderse estas ventas se normalizaría la situación, concentrando las exportaciones en los cortes en aquellos con valor agregado. Sin embargo la situación no es tan fácil de analizar. En primer lugar los acuerdos con China ya están cerrados y aplicándose, con frigoríficos concentrados en las ventas a ese estado. Defienden además esta política muchos gobernadores de provincias donde la inversión en emprendimientos destinados exclusivamente en vender carne a China es alta. Es el caso de Santa Fe, provincia gobernada por Omar Perotti, uno de los primeros en separarse abiertamente de la decisión del gobierno nacional.

Nuevo plazo para pagar el Aporte Extraordinario

Vencido ya el plazo para cumplir con el el Aporte Solidario y Extraordinario a las Grandes Fortunas, que finalmente tuvo un cumplimiento importante con un total de ingresos por unos 230.000 millones de pesos (muy cerca de los $ 300.000 millones que se habían anticipado; la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) dará a los contribuyentes que no pagaron una nueva oportunidad. El organismo que maneja Mercedes Marcó del Pont dará un plan de pagos con una quita de multas del 75% sobre los intereses, y el levantamiento de cualquier avanzada judicial. Se estableció para el 30 de septiembre el plazo límite para ingresar en el plan, luego del cual la AFIP comenzará a aplicar sanciones y a recurrir a los tribunales penal económicos. Según los listados del organismo, habría entre 400 y 500 contribuyentes que no habrían cumplido con la obligación, de los cuales unos 300 habrían recurrido a la vía legal buscando la inconstitucionalidad del tributo. El resto, entre 100 y 200 personas, ni habrían presentado el pago y su declaración jurada ni avanzado en el recurso legal.

Ecolatina y el bimonetarismo

El último fin de semana largo, con restricciones plenas, sirvió para que algunas consultoras publiquen informes más reflexivos sobre la situación estructural actual de la economía Argentina. El más profundo fue el de Ecolatina, que analiza la situación bimonetaria del mercado local. Los puntos más importantes del trabajo son los siguientes:

-Los argentinos ganamos y gastamos en pesos, pero ahorramos y pensamos en dólares. En respuesta, se suma un componente a la demanda usual de divisas que tienen los demás países -cancelar importaciones, pago de deudas y remisión de utilidades y dividendos-. Este factor extra provoca que nuestra economía necesite más dólares para funcionar que las demás, agravando la escasez crónica de divisas que solemos enfrentar. Por lo tanto, la economía bimonetaria es una de las causas de la inestabilidad y desvalorización constante del peso.

-Sin embargo, esta bimonetariedad no aparece ex nihilo: surge de la inestabilidad y desvalorización constante del peso, de que los argentinos no elijamos -lógicamente- a nuestra moneda como reserva de valor ni la usemos como unidad de cuenta. La economía bimonetaria es, por ende, causa y consecuencia de nuestras crisis recurrentes. Dado que esta característica es propia del sistema local, y que salvo contadas excepciones no suele repetirse en otros países, tiene sentido preguntarnos por qué la sufrimos, para desde ahí pensar en cómo podríamos cambiarla y qué beneficios nos traería superarla. 

-En los últimos largos años, ahorrar en pesos no fue una buena decisión, en tanto la tasa de interés de plazos fijos estuvo sistemáticamente por debajo de la inflación y, no menor, de la devaluación en el mediano plazo. En números, en los 220 meses que van desde enero de 2003 a abril de 2021, tan sólo en 20 la tasa de interés en pesos le ganó a la inflación mensual y a la tasa de devaluación mensual. Por el contrario, en 200 perdió contra una de estas variables al menos. En consecuencia, el peso no fue un buen activo financiero, es decir, buena reserva de valor, y de ahí la bimonetarización de la economía, que ya existía de antes, pero se reforzó en la última década. 

-Revertir esta dinámica es el primer paso para abandonar este esquema perverso: el dólar no saldrá de nuestras cabezas por decreto o a la fuerza, sino, de mínima, cuando el peso sea reserva de valor. En este marco, sobresale que en la actualidad la tasa de interés de plazos fijos minoristas se ubica apenas por encima del 2,6% mensual, un nivel muy inferior a una inflación que promedió el 4% en el último semestre. Por lo tanto, no estamos siquiera en vías de desandar el largo camino recorrido. 

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