Informe: qué pymes se adaptaron mejor a la pandemia

La economía mundial y de Argentina  ha retrocedido desde marzo último, cuando arrancó la pandemia de la covid-19. Y tras caídas históricas en gran parte de los sectores, lo que viene a partir de ahora, en esta etapa de salida gradual de la cuarentena y del regreso a la normalidad, implica un replanteo en la manera en que se organizará el trabajo, como también la planificación de la producción de bienes, la prestación de servicios y su distribución y comercialización, señala un amplio informe de la Fundación Observatorio Pyme.

Entre los problemas y desafíos a afrontar en la pospandemia aparece algo que no es muy tenido en cuenta en el análisis económico cuando se abortan los reclamos y soluciones en las políticas económicas: el deterioro significativo de la tasa de actividad, que afectará al pleno desarrollo del mercado laboral en el futuro, al punto que esto puede derivar en cierre de empresas:

"La evolución de la tasa de actividad del personal es un elemento esencial para la toma de decisiones de política pública. Los datos oficiales del mercado de trabajo muestran un deterioro significativo y en el futuro la imposibilidad de reincorporación de todos los trabajadores que se encuentran aún empleados, pero con actividad nula o parcial, esgrime un fuerte riesgo de desocupación abierta, junto al riesgo ocupacional del cierre de empresas", señala el informe.

¿Qué es la tasa de actividad? Un indicador que mide el nivel de empleo y se calcula dividiendo la población económicamente activa (población ocupada más la población desempleada) con la población en edad de trabajar o mayor de 16 años. ¿Y qué está pasando con Argentina? Que en los últimos 12 meses (comparando segundo trimestre de 2019 y 2020), la población activa cayó de 47,7% a 38,4%. Es decir, casi 10%. De allí el temor de que en un futuro no haya mano de obra para cubrir todos los puestos de trabajo. 

Datos del informe

Durante la pandemia, más de 7 de cada 10 pymes de la construcción no ha realizado labores. En realidad ninguna se mantuvo totalmente operativa. En cuanto a las pymes que se dedican al comercio, si bien se han visto muchas activas, sólo 1,5 de cada 10 estuvo totalmente operativa.

Pymes de comercio e industria son las que han tenido más dificultades para lograr su autorización y adoptar protocolos.

Muchas pequeñas y medianas empresas han tenido personal inactivo a lo largo de esta pandemia.  La delantera la lleva la construcción, seguido de la industria manufacturera y del comercio.

No hay correlación entre la operatividad y el nivel de personal trabajando, lo que significa que aún con funcionamiento pleno o limitado, las pymes han producido menos por la relación que hubo con nivel de trabajadores en acción.

Salvo las pymes de servicios, el teletrabajo no fue muy promovido en la etapa inicial de la pandemia.

Las pymes de industria y comercio fueron las que más acudieron al programa ATP.

Otros gráficos del informe

Lo que está pasando ahora

Como balance final de lo que viene sucediendo en este año de crisis es que, según los datos del relevamiento, las empresas en completa actividad no están reincorporando al staff completo: en el promedio de todas las firmas con hasta 800 ocupados, el 50% se declara totalmente operativa, pero sólo un 30% tiene a todo el personal en actividad. Aquí influyen el nivel de demanda de bienes y servicios, las restricciones por grupo de riesgo y protocolos en el establecimiento de la empresa, y los procesos y la organización interna. 

Esta desproporción entre empresas en actividad y personal en actividad refleja el verdadero impacto de la pandemia y de la  recesión productiva que ha ocasionado / Mario Simonovich