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Otro espectáculo vergonzoso de la AFA de Tapia y Toviggino

El presidente de la AFA ha impuesto el método del “dedo a su arbitrio” en la conducción del organismo. Lamentable.


El sistema impuesto por los dirigentes de AFA ofrece con continuidad el todo vale, sin normas ni reglas que sean lo permanente y natural. La discrecionalidad con que se manejan Tapia y Toviggino, consagrando campeón a Rosario Central, de un campeonato que no existía, provocó una explosión de críticas y rechazos.

Rige la voluntad o el capricho del dúo mandante. Acompañan en silencio sumiso o por conveniencia el resto de dirigentes del ente rector y los de la mayoría de los clubes. Son muy pocas las voces disonantes.

Una de ellas es la de Estudiantes de la Plata y especialmente la de su presidente, Sebastián Verón.

Con motivo de la última resolución favoreciendo al equipo rosarino, el club platense en sus redes sociales hizo público su disconformismo. No permitido por los mandamás.

Previo a una respuesta ácida por parte de Pablo Toviggino, la AFA le hizo sentir su rigor al club “pincharata”. Dispuso que en el partido frente a Rosario Central los jugadores de Estudiantes debían hacer el pasillo de honor a sus colegas decretados campeones.

La respuesta de Verón no se hizo esperar, y fue doble,resultando también un grotesco. Los jugadores realizaron el pasillo dando la espalda a los players del canalla.

Estudiantes le hizo el pasillo de espaldas a Rosario Central

Previamente había posteado en Instagram una figura de un puño cerrado con el texto “Dale hoy”. El puño cerrado es el símbolo de resistencia que popularizó Nelson Mandela.

Finalmente, por el atropello y capricho de Tapia y Toviggino y la respuesta descomedida de Verón, quedaron enfrentados los jugadores.

Los verdaderos actores del juego, sus principales protagonistas, por estar inmersos en este marco de dislate que es el fútbol profesional, terminan “enlodados” y adoptando actitudes que no corresponden.

Día a día se degrada, con un manejo rufianesco, la pasión de millones de argentinos. El máximo órgano del fútbol nacional refuerza la idea de una Argentina sin normas ni reglas.

Es tal el nivel de desfachatez del dúo bizarro, que no tienen problema en enfrentar a colegas por una medida desafortunada y por venganza, que genera una respuesta con una actitud indebida de desprecio.

La dirigencia entera debe asumir su responsabilidad, abandonar el temor o la conveniencia y rescatar los valores del deporte, la aplicación de reglas claras y previsibles y el espíritu del equipo campeón mundial dirigido por Lionel Scaloni.

Lo que se vive y aprecia actualmente en el fútbol, apesta.