Los Pumas, en el día de la bandera, la pusieron bien alta

La camiseta tradicional de Los Pumas es una réplica de la enseña nacional. Sin cambio en el tiempo, las rayas horizontales blancas y celestes han permanecido en la casaca del seleccionado nacional continuamente. El honor de portar esos colores y la emoción sentida al entonar el himno nacional son sellos distintivos de los jugadores pumas.

Ayer, los British Lions, por primera vez presentándose en Dublin, eran anfitriones del seleccionado argentino de rugby.

Los “leones británicos” es una selección de los mejores jugadores de Gran Bretaña. Ingleses, escoceses, galeses e irlandeses que cada cuatro años conforman esta poderosa selección, y realiza giras por Sudáfrica, Nueva Zelanda o Australia y que también en ocasiones, recibe en la isla a equipos especialmente elegidos, para presentarse en su casa.

Los Pumas hace 20 años habían empatado, en un partido memorable, donde entre otros participó como jugador el actual head coach, Felipe Contepomi.

En esta oportunidad, Los Pumas pusieron un hito más, desde que Felipe, excepcional jugador en sus tiempos, es su entrenador. Con su victoria el 20 de junio pasado y por primera vez en la historia, el máximo equipo argentino derrotó a Sudáfrica, Nueva Zelanda, Australia y a los British Lions en el período aproximado a un año y bajo la conducción del mismo entrenador.

Felipe le ha dado al equipo un aura de confianza en sí mismo y una vocación ofensiva, aumentando su competitividad y nivel de juego. El paso que sigue es consolidar esa mejora notoria y darle previsibilidad.

El triunfo en DublIn tiene el valor agregado de que en la formación del equipo faltaron numerosos jugadores que normalmente son titulares y en esta ocasión estuvieron ausentes, más el escaso tiempo de preparación para un partido tan importante.

La cita era complicada, porque los leones británicos reúnen excelentes jugadores de cuatro países y para sus integrantes es también un gran honor ser parte del seleccionado isleño.

Un estadio casi completo y teñido del color rojo de la camiseta lions, fue testigo directo y atónito de la perfomance de unos pumas decididos, enteros, que aún perdiendo no desfallecieron y que con debuts de jóvenes sin experiencia, consiguieron un triunfo resonante.

Tries de alta calidad técnica y velocidad, una defensa dura y comprometida, más varias actuaciones superlativas, fueron el basamento de la valiosa y muy festejada victoria. Para ser sinceros hay que señalar la falta de cohesión en el juego de los británicos, aunque por la calidad individual de sus jugadores, la actuación argentina no tiene mella.

Felipe ha conseguido formar un grupo homogéneo, seguro de lo que hace, con alta vocación ofensiva y con recursos técnicos y tácticos para sostenerla. La garra y la bravura defensiva puma siguen presentes.

Tiene un punto débil, que debe superar y que se prolonga en el tiempo. Es recuperar el poderío del scrum, tradición distintiva del rugby argentino. El equipo carece de pilares fuertes y de técnica perfecta que sean la base de una primera línea, consolidadora de un scrum poderoso. Los hookers son de calidad suficiente, pero en soledad, su valor es insuficiente.

Insistiendo en la línea de juego conseguida, obteniendo regularidad, con el espíritu y la bravura de siempre, más la vuelta a un gran scrum, Los Pumas van a instalarse con permanencia en el más alto nivel del rugby mundial. La emociones y las alegrías van a ser la habitualidad.

El 20 de junio próximo pasado, el seleccionado nacional, con muchos jugadores debutantes, emocionó a los argentinos que los vieron triunfar y enorgulleció al mundo del rugby. Era una cita y un día muy especial.

En el Día de la Bandera, la homenajearon elevándola en lo más alto. Al mas puro estilo puma.