Colapinto y un fin de semana incómodo: cuando el auto no responde, la frustración crece

Franco Colapinto vive en Mónaco uno de esos fines de semana que los pilotos quieren dejar atrás cuanto antes. No solo por el resultado —último en la clasificación, y 18º en la grilla tras las penalizaciones a Stroll y Bearman—, sino porque se trata de un síntoma más profundo: no se siente cómodo en el auto. Y en la Fórmula 1, cuando eso ocurre, el reloj se convierte en un enemigo que no perdona.
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La frustración del argentino fue evidente después de la clasificación. “Nos costó mucho este fin de semana con la goma blanda. No encontramos el balance correcto y nos está costando en general, y a mí en especial, sacar las vueltas”, expresó con sinceridad, casi como desahogo.
Colapinto arrancó la Q1 con neumáticos medios, en una apuesta arriesgada compartida solo con Gasly. Luego cambió a blandos, pero nunca logró encontrar el ritmo. Su mejor vuelta, un 1m12s597, lo dejó en el fondo de la tabla.
Pero más allá del resultado crudo, hay algo más preocupante: la falta de confianza con el auto. “El auto no nos está dando la confianza… En la curva cinco patinamos mucho en la tracción, no salimos bien de las curvas lentas. Con la goma media fue mucho más fácil y con la blanda no sale”, detalló el piloto de Pilar, visiblemente molesto.
Esa frase resume el problema de fondo. No se trata solamente de un fallo técnico, ni de una distracción puntual: hay un desajuste entre el piloto y el monoplaza, una desconexión que impide rendir al máximo. Y eso, para alguien que recién está empezando su camino en la categoría, puede ser tan frustrante como formativo.
La declaración que dejó más tela para cortar fue quizás la más simple: “Esperábamos un día mejor, estar mucho más competitivos, y el auto por ahora no nos está dando la confianza para empujar”.
¿Qué significa cuando un piloto no puede empujar? Que está manejando a la defensiva, que duda, que el auto no le responde cuando intenta llevarlo al límite. Y en Mónaco, donde cada milímetro cuenta y donde es casi imposible adelantar, eso se traduce en una sentencia: el fondo del pelotón.
Sin embargo, no todo fue negativo. Colapinto viene completando vueltas limpias, sin errores costosos ni incidentes. Y eso no es menor para un debutante en un trazado tan exigente como el urbano de Montecarlo. Su ritmo todavía no está, pero su madurez aparece en cada entrevista.
En paralelo, la clasificación dejó varias sorpresas: Lando Norris se llevó una pole impresionante con McLaren tras marcar un tiempazo de 1:09.954, que no solo le aseguró el primer lugar en la grilla, sino que además representó un nuevo récord de vuelta en el circuito de Mónaco, superando la marca de Lewis Hamilton de 2019. Lo escoltarán Charles Leclerc (Ferrari) y su compañero Oscar Piastri, en una jornada consagratoria para el equipo naranja.
Detrás de ellos se ubicaron Lewis Hamilton y Max Verstappen, quienes no lograron cerrar vueltas perfectas, pero se mantienen al acecho. Fernando Alonso clasificó séptimo con Aston Martin, mientras que Esteban Ocon, Liam Lawson y Alexander Albon completaron los mejores 10.
Entre las decepciones, se destaca la eliminación de ambos Mercedes en Q2, algo que no sucedía desde el Gran Premio de Emilia Romagna en 2022. El equipo alemán sigue lejos de sus días de gloria, y Mónaco volvió a exponer sus dificultades en ritmo y adaptación.
Todo esto refuerza aún más la dificultad del presente para Colapinto, que no solo lucha contra sus propios límites y la adaptación al auto, sino también contra un contexto que no perdona errores ni dudas. La falta de confianza con el monoplaza es hoy su mayor rival.
Pero entenderlo, asumirlo y decirlo —como lo hizo— es también parte del crecimiento. Porque si algo tiene claro Colapinto, es que no se puede empujar si no se cree en lo que se tiene entre manos. Y en la Fórmula 1, esa creencia es todo.