Godoy Cruz: un puntazo histórico en Brasil y muchas cosas por corregir

El punto que sumó Godoy Cruz en Brasil quedará en la historia, sin dudas. Primero, por lo importante que significó hoy, en el presente, en esta competición, desde lo numérico, pensando en terminar primero de grupo D de la Copa Sudamericana. Pero además, porque fue el primero en Brasil, después de tres derrotas consecutivas (Atlético Mineiro y Gremio en 2017 y Palmeiras en 2019) y ante un gigante del continente, que necesitaba una victoria si o si.
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Es un punto de oro, un empate que le permite llegar a la última fecha sin depender de nadie para terminar primero y clasificar directamente a los octavos de final. Si le gana a Atlético Grau, el jueves 29 de mayo, no habrá nadie ni nada que lo corra de esa posición.
Fue un gran resultado, además, porque el Tomba dejó todo por conseguirlo. Hubo entrega, hubo actitud, hubo garra en los muchachos de Esteban Solari en un contexto desfavorable por la jerarquía y por la necesidad del rival.
Pero no todo es color de rosas. En el análisis futbolístico, en el detalle, empiezan a aparecer las grietas de un equipo que aún le falta mucho para convencer. El Expreso tiene muchísimas falencias y en el complemento pudo haber tirado a la basura tanto esfuerzo realizado durante gran parte del partido.
Gremio de Porto Alegre tuvo, en la segunda mitad, no menos de 6 situaciones clarísimas para ponerse arriba en el marcador: un remate que no fue de Olivera, mano a mano con Petroli; un disparo desde afuera del área de Martin Braithwaite; el cabezazo de Ronald; otro de André casi abajo del arco; el tiro en el palo de Miguel Monsalve; y la del final, de Jemerson, que fue un verdadero milagro. Demasiado. Dejó mucho librado al azar el equipo de Solari. Y así, es más factible que aparezcan las derrotas cuando la fortuna no acompañe, como de hecho le ha pasado a lo largo del semestre que se termina a Godoy Cruz.
El esquema ofensivo perjudicó el retroceso del equipo. Hoy el Tomba jugó con dos volantes de contención y 4 delanteros. Demasiado ambicioso. Andino y Altamira estaban obligados a volver para marcar pero ninguno de los dos siente esa función y a los laterales se les hizo muy dura la noche.
Misma situación con los volantes. Abrego, de buen partido, y Poggi, sintieron el desgaste en el primer tiempo. Quedaban muy solos en la recuperación con muchos mediocampistas de Gremio a su alrededor. Recién intentó el DT tombino corregir esto sobre el final del partido, cuando el Tricolor ya atacaba por todos los frentes.
Estos detalles colectivos sacaron a la luz, al mismo tiempo, las falencias individuales: Meli tuvo una mala noche, perdiendo siempre su espalda, Quiroz fue de menos a más pero sufrió y Arce y Mendoza cumplieron, aunque el sanjuanino cometió un error que casi le cuesta el punto a Godoy Cruz. En lo ofensivo, fue un buen partido de Andino y Altamira no estuvo mal. Pero no mucho más.
Ante Gremio tampoco tuvieron un efecto positivo los cambios. Sólo se puede destacar lo de Bruno Leyes, que le dio equilibrio a un equipo que estaba descompensado. El resto, poco y nada.
El equipo de Esteban Solari tiene por delante 16 días para trabajar pensando en el choque con Grau y, luego, descansará. Habrá pretemporada y el regreso a la actividad será recién en julio. El panorama, en los números, es alentador. En lo futbolístico, tendrá que seguir trabajando y mucho.