Agustín Vernice: de alquilar un kayak a escondidas de su mamá a ir por una medalla en París
El argentino buscará este sábado dar el golpe en piragüismo esprint. Los inicios en el agua a escondidas de su mamá y la frustración de Río 2016: “No me sentía orgulloso”.
Argentina celebró su tercera medalla en los Juegos Olímpicos de París 2024. Las Leonas (bronce) se sumaron a José “Maligno” Torres en BMX freestyle (oro) y a Mateo Majdalani y Eugenia Bosco en vela (plata) como los responsables de las únicas alegrías albicelestes hasta ahora. Pero a las 6:20 de la mañana del sábado, en la disciplina de piragüismo esprint, otro atleta nacional buscará dar la sorpresa y meterse en una final olímpica. Se trata de Agustín Vernice, el chico de Olavarría que guardaba la plata de su merienda para alquilar un kayak a escondidas de su mamá y ahora va por todo en París 2024.
Vernice finalizó el miércoles en la segunda posición del K1 1000 y se clasificó a las semifinales, donde buscará un lugar en la serie decisiva. Marcó un tiempo de 3:27.18, apenas +0.74 detrás del húngaro Balint Kopasz, vigente campeón olímpico y dueño del récord mundial (3:20.64). Luego de su presentación, mostró su satisfacción: “Me sentí bien. Siempre las primeras competencias, más en un Juego Olímpico, no son fáciles, porque tenés que romper el hielo y eso cuesta un poquito más. Estoy contento con el resultado. Hay que ajustar un par de cositas porque a medida que vas avanzando es más complicado, pero es un buen comienzo”. Pero Vernice va por más y apuntará a una medalla.
Un secreto que terminó en vocación
Allá por 2007, un chico nacido en Bahía Blanca, pero criado desde los siete meses en Olavarría , provincia de Buenos Aires, guardaba la plata que su mamá le daba para comprar la merienda y alquilaba a escondidas un kayak en su club de Olavarría. Remaba, se divertía y se exponía a riesgos que, según diría ella años después, asustaban a Claudia. “Me daba mucho miedo que se diera vuelta el bote y se ahogara. Me molestó el ocultamiento; soy temerosa del agua”, aseguraría. Pero Agustín Vernice, rebelde, insistió y continuó divirtiéndose en el arroyo. Hasta que ese divertimento se volvió tal que no pudo aguantar más el silencio.
Después de varios meses, le confesó a Claudia que hacía tiempo que guardaba un secreto. Pero, para su sorpresa, más allá de algún reto, su mamá inmediatamente se volvió su primera fanática. “A los tres meses, mamá ya estaba durmiendo en carpa para acompañarme en cada competencia”, confesó una vez Vernice. Y después Claudia se hizo parte de la Comisión de Padres de Canotaje. Una sinceridad que tendría un enorme impacto en su futuro: “Después lo blanqueé y, bueno, el profe que tenía en ese momento le explicó a mi mamá cómo era el deporte, se interiorizó más y hasta se copó. Me empezó a acompañar a las competencias hasta el día de hoy que sigue siendo de la misma manera”.
A los 18 años, Vernice disputó su primer Campeonato de Mundo juvenil, y a los 20 el de la categoría absoluta. Ese año sufrió el revés más duro de su carrera, al quedarse afuera de los Juegos Olímpicos de Río 2016. Lloró al ver la ceremonia por televisión y eso agrandó su hambre de éxito. La que empezó a saciar enseguida, cuando se convirtió en 2017 en el primer argentino en la historia en consagrarse campeón mundial Sub-23 en la prueba K1 1000 m. A eso le sumó dos medallas en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 (ambos oros) y otras tres en los de Santiago 2023 (dos oros y una plata).
En Tokio 2020 se tomó revancha de Río, pero, aunque fue 8º y se llevó un diploma, tampoco sació por completo su ambición. “Fueron un montón de sentimientos encontrados porque, si bien cumplí con el objetivo, en la competencia me di cuenta de que podía llegar a más. Me quedó un gustito amargo con el que me costó familiarizarme, me costó aceptarlo. Ahora en casa tengo el diploma colgado, pero en un principio lo miré y no, no, no, no me sentía orgulloso. Es como que decía: `podría haber sido mejor´. Pero ahora lo veo de otra manera”, se sinceró Vernice. Por eso, en París, va por más. Lo que empezó como un hobbie a espaldas de su madre hoy lo enfrenta con los mejores atletas de su disciplina. Y Agustín Vernice buscará imponerse. Ilusionó en su presentación y nadie le quitará la esperanza de, desde la mañana del sábado, empezar a escribir su apellido en la historia olímpica de Argentina.