Walter Benítez: “salvó” a Quilmes del descenso, rechazó atajar para Francia y hoy debutará en la Selección argentina
Lo hizo debutar Caruso Lombardi, emigró a Europa pese al interés de Boca, se convirtió en capitán y rechazó a Francia con un objetivo: "Yo soy argentino".
Walter Benítez es otro de los tantos jugadores que construyeron una carrera “silenciosa” que Lionel Scaloni ponderó y reconoció mediante convocatorias a la Selección argentina. Para muchos poco conocido, el arquero de 31 años hará esta noche, a las 23.50 y frente a la Costa Rica de Gustavo Alfaro, su debut en la mayor y se transformará en el 46º jugador en hacerlo desde que Scaloni es el DT de la albiceleste. Una carrera ascendente, con números espectaculares pese a no tanta fama, y un 2023 plagado de buenas noticias para el nacido en Chaco. Debutó cuando Quilmes estaba en zona de descenso, fue capitán en la Ligue 1 y este año jugó los octavos de final de la UEFA Champions League.
El 20 de enero de 1993 nació en San Martín, provincia de Chaco, un niño de nombre Walter Benítez. El mismo que de adolescente se mudaría a Quilmes, en Buenos Aires, para comenzar una carrera como futbolista, que efectivamente tendría su primer capítulo el 14 de abril de 2014. Aquella tarde, Ricardo Caruso Lombardi apostó por el chico Benítez, de 21 años recién cumplidos, para atajar frente a un Vélez Sarsfield que venía puntero en el Torneo Final. El Cervecero, por su parte, estaba en zona de descenso. Pero eso poco importó: Benítez hizo su debut y Quilmes dio la nota. Venció 3-1 al Fortín y el joven arquero se afianzó bajo los tres palos, permaneciendo como titular luego de esa 14º fecha. Los dirigidos por Caruso finalmente mantendrían la categoría y Walter Benítez comenzaría a llamar la atención de los equipos grandes.
Tanto así, que en 2016, luego de un par de años ya consolidado como arquero de Quilmes, el chaqueño recibió el interés de clubes como Boca Juniors e Independiente. Pero él tenía un sueño: Europa. Y le fue fiel por suerte, porque su carrera daría un enorme salto de calidad. Benítez optó por el Niza de Francia, un equipo que no estaba cerca de pelear por los títulos, pero que anhelaba ingresar a competencias europeas. Cuando llegó, sufrió una fractura en la tibia que postergó su debut. Pero en enero de 2017 jugó su primer partido, en un empate 0-0 frente al Metz. Aquel año alternó más suplencias que titularidades, pero en la temporada 2017-18 se consolidó como el preferido del entrenador por sobre Yoan Cardinale y se convirtió en una pieza fundamental del equipo. Años más tarde, incluso, pasó a ser el capitán. Y sus seis años allí lo convirtieron en un ídolo del Niza, adorado por los hinchas y con números admirables: atajó 188 partidos, registró 55 vallas invictas y en su última temporada clasificó al equipo a la UEFA Conference League.
Dado su gran nivel y la poca consideración en la Selección argentina, otros países tuvieron intención de apropiárselo. Cuando Guillermo Barros Schelotto era DT de Paraguay llevó adelante algunas conversaciones, ya que Benítez tiene raíces de dicho país, pero finalmente nada se concretó. Y Didier Deschamps, técnico de una Selección francesa que era la campeona del mundo antes de Qatar 2022, también mostró interés en nacionalizar al surgido en Quilmes. Pero Benítez siempre fue un soñador, y en una entrevista hecha dos años atrás aseguró: “Se ha hablado de mi consideración en la Selección de Francia. Escuché que el técnico habló cuando yo obtuve la ciudadanía y dijo que mira a todos los franceses, pero hoy en día yo soy argentino y tengo la esperanza de poder estar. Si no se da, evaluaremos la situación en un futuro para ver cuál es el mejor para mí”. Hoy podrá recordar su fidelidad con orgullo, mientras se pone por primera vez en su vida los guantes que en el último tiempo solo había usado el Dibu Martínez.
En 2022, Benítez pasó al PSV de los Países Bajos, un equipo con ambiciones aun mayores que las del club galo. Y allí no tardó en explotar. En menos de dos años ya obtuvo tres títulos (los primeros de su carrera) y actualmente es titular indiscutido en un equipo que está primero e invicto en la Liga Eredivisie, con 23 victorias y 3 empates en 26 partidos. Benítez solo recibió 13 goles en el torneo doméstico y, además, el PSV alcanzó los octavos de final de la UEFA Champions League por segunda vez en los últimos 17 años. Tal es el nivel del arquero de 1,91 metros en los Países Bajos, que no pasó desapercibido a los ojos de Lionel Scaloni. El DT ya lo había convocado a la Selección en mayo de 2023, para una gira, pero Benítez no había sumado minutos. Esta vez, volvió a citarlo y confirmó que hoy a la noche hará su debut absoluto. Más que merecido para un arquero que construyó su carrera “fuera del radar” pero que se convirtió en figura en todos los clubes por los que pasó.
En 2013 fue parte del equipo argentino Sub-20 que jugó el Sudamericano bajo la conducción de Marcelo Trobbiani. En 2016 estuvo muy cerca de conformar la delegación Sub-23 que viajó a Río para representar a Argentina en los Juegos Olímpicos, pero una lesión lo marginó. Y el 26 de marzo de 2024 a la medianoche, finalmente, Walter Benítez cumplirá su sueño. El gigante del norte del país, que rechazó a Boca y apostó fuerte por el viejo continente, se pondrá la camiseta número 12 y defenderá por primera vez el arco de la selección mayor. Tiene 31 años, pero seguramente sentirá similares nervios a los que lo atacaron cuando Caruso le dijo: “Pibe, contra Vélez vas vos”.