Historias

La historia de resiliencia de Matías Lucuix, el DT de Argentina en la final del Mundial de futsal

Es considerado el mejor jugador argentino de la historia. Sufrió una poco habitual triple fractura de tibia y peroné y debió retirarse joven del deporte, pero la vida le dio revancha como entrenador.

Lucio Cappellini
Lucio Cappellini domingo, 6 de octubre de 2024 · 06:47 hs
La historia de resiliencia de Matías Lucuix, el DT de Argentina en la final del Mundial de futsal
Matías Lucuix, el ideólogo detrás de la Selección argentina de futsal. Foto: Prensa AFA

La Selección argentina de futsal sigue demostrando que está a la altura de las potencias, aunque hace años hubiese resultado impensado. Alcanzó su tercera final consecutiva en una Copa del Mundo luego de vencer 3-2 a Francia y enfrentará nada menos que a Brasil, el próximo domingo a las 12 en el Humo Arena de Taskent, Uzbekistán. Uno de los responsables de la gesta, tal vez el más, es quien desde el banco de suplentes comanda al equipo. Se llama Matías Lucuix, es considerado el mejor jugador argentino de futsal de la historia, se retiró tras una de las más impactantes lesiones que se recuerdan y hoy como director técnico vive un renacer.

El 20 de noviembre de 1985 nació un chico que desde pequeño se volcó al baby fútbol, aunque lo jugaba esporádicamente en clubes de barrio, mientras competía en césped y cancha de 11 en el Club Atlético Tigre, de la zona en la que vivía. En Quinta División se inclinó por el futsal y luego de unos años en el Matador pasó a River, club del que siempre se proclamó hincha. Sus ídolos de la infancia eran Javier Saviola y Enzo Francescoli y en la actualidad se reconoce admirador de otra leyenda del Millonario, Marcelo Gallardo: “De chico mi ídolo era el Enzo y, hoy en día, es Gallardo. Me muero por una charla con él. Desde ya, si me lee, sería algo top. Me encantaría ver un entrenamiento suyo, charlar un poco, aprender. Solamente tendría que sentarme a escuchar”.

Jugando en River se ganó la convocatoria a la Selección argentina y más tarde emigró a Europa. Llegó a Caja Segovia de España en 2007 y luego pasó a Inter Movistar del mismo país, uno de los mejores equipos del mundo. Lucuix brillaba como alero y era el máximo exponente nacional en el mundo. Ambidiestro, líder, con capacidad goleadora y capacidades técnicas sublimes, era además la figura del seleccionado nacional. Hasta que la vida lo golpeó, literal y simbólicamente. En el Mundial de Tailandia de 2012, en el tercer partido de Argentina en la fase de grupos frente a Australia, su carrera dio un giro. 7-1 ganó el conjunto albiceleste. Pero no por eso fue un día agradable. Matías Lucuix, figura indiscutida de aquel equipo, sufrió una triple fractura de tibia y peroné. En términos médicos: fractura con desplazamiento del tercio distal del peroné, oblicua con tercer fragmento de tercio medio y distal de la tibia y también la del maléolo tibial interno.

Lucuix se retira en camilla, en 2012; nunca más volvió a jugar en la élite.

Le colocaron 20 clavos y dos placas y se estimaba una recuperación de 10 meses. Pero el camino se complicó. Tuvo dos recaídas y debió ser intervenido quirúrgicamente otra vez. El reloj seguía corriendo… Pasó un año, pasaron dos… Y a los 29, luego de tres inviernos sin poder jugar al fútbol y obligado por las circunstancias, anunció su retiro. Había sido el mejor de todos; pero aquella lesión a los 26 no le permitió explotar un futuro que parecía muy prometedor. En esos años de incertidumbre y esfuerzos, paralelamente, Lucuix hizo el curso para ser entrenador. Y de muy joven empezó su camino. Fue en 2016, un año después de haber anunciado su retiro. Diego Giustozzi lo llamó para hacerlo su ayudante de campo en la Selección argentina de futsal.

Argentina jugará ante el pentacampeón Brasil la final de la Copa del Mundo.

Rápidamente, la vida lo recompensó. En el Mundial de aquel año Argentina se consagró campeona con Lucuix entre sus colaboradores. Luego llegó la hora de que Giustozzi se alejara y el ex jugador de Tigre y River lo sucedió en el cargo. Con él al mando, la Selección llegó a la final del Mundial en 2020 y ahora accedió a la tercera de forma consecutiva. El equipo está escribiendo la historia y el domingo desde las 12 buscarán sellar otro capítulo. Si todo sale bien, la firma, claramente, la pondrá Matías Lucuix.

 

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