Mundial de Francia

El arte marcial del rugby

Lo que vemos en esta Copa del Mundo es el signo de un deporte en constante evolución, aunque algunos crean lo contrario.

Tomás de Vedia lunes, 25 de septiembre de 2023 · 13:06 hs
El arte marcial del rugby
El Mundial de Francia es una clara muestra de cómo evolucionó el rugby. Foto: EFE / Foto ilustrativa

Hay un scrum para Inglaterra a cinco metros del ingoal. El partido está complicado para el país que inventó el deporte. En frente está Japón, una nación que participó en todas las ediciones de la copa del mundo. Pero el país asiático ya no es un equipo endeble como aquél que recibió 145 puntos en contra en su enfrentamiento ante los All Blacks en el Mundial de 1995.

Hace varios años que Japón invierte una buena cantidad de dinero para contratar a los mejores entrenadores del mundo, particularmente neocelandeces y australianos para progresar en el rugby, algo que empezó a verse en Brighton hace ocho años cuando vencieron a los Springbocks por la copa del mundo.

Inglaterra, subcampeón del mundo no encuentra los caminos para dominar en el juego. Si bien ha marcado un par de tries, el partido está parejo. La defensa japonesa es sólida, como la de la mayoría de los equipos competitivos del deporte profesional de la era moderna. En lo que va de los sesenta y cinco minutos de juego, los ingleses no pudieron generar un avance con inercia suficiente para poner bajo presión a los nipones.

Su táctica más elegida, al no poder progresar con control de la pelota es la de usar el pie, principalmente para ganar terreno y presionar con una pared defensiva asfixiante. Pero en este scrum el uso del pie de parte de su apertura y estratega, George Ford es la de cruzar la pelota hacia el lateral, con una patada precisa para encontrar al full back Fredie Steward, de excelentes destrezas en el juego aéreo para marcar un try que empieza a definir la historia.

En el rugby pareciera haber una historia que se repite desde que el juego se volvió profesional a fines de 1995. Las ofensivas siempre tienen que encontrar creativamente una manera de prevalecer para que el juego siga siendo un espectáculo. Las defensas son cada vez más sólidas.

Los jugadores, con una tremenda preparación atlética son murallas más difíciles que la construida por los chinos. El estudio minucioso y la preparación al detalle hacen que construir una situación de try sea una combinación de ingeniería, arte y acrobacia.

Las tendencias suelen oscilar. En el mundial 2003, todavía en los albores del profesionalismo, Inglaterra estaba a la vanguardia en cuanto a estudio y la preparación de su estrategia. Aquel equipo con camisetas entalladas que resaltaban músculos jamás vistos en jugadores de este deporte era una excelente mezcla de defensa sólida y combativa, un ataque preciso y punzante y un pateador, Johnny Wilkinson absolutamente eficaz.

Fue precisamente ese equipo uno de los primeros en utilizar patadas cruzadas del apertura al wing o fullback, como en el try de Steward, para descomprimir defensas asfixiantes. El juego manda y es el que obliga a los jugadores a innovar con nuevos recursos y técnica. Ahí está lo fascinante del rugby: ante una nueva innovación surge un problema y una solución. Incluso la World Rugby, organización que maneja el deporte de manera global hace modificaciones a las reglas regularmente priorizando la fluidez del juego. Todas estas modificaciones hacen que el rugby esté en permanente evolución

El inglés Johnny Wilkinson.

Actualmente el problema más grande en el juego es la situación en el punto de contacto. Particularmente luego de un tackle en lo que se llama ruck, que es donde se disputa la pelota. La situación de ruck es una de las más complicadas de referear ya que toda la acción ocurre a gran velocidad y hay varias cosas a tener en cuenta.

El ruck se produce una vez que hay un jugador tackleado, quien tiene la responsabilidad de presentar la pelota hacia su lado para que su equipo continúe con el ataque, y un jugador por equipo, cada uno sobre sus pies disputa esa pelota en lo que podría verse como un tackle sin pelota, solo lícito en esta situación de juego. Aquél que predomine en este contacto tiene la posesión de la pelota. Pero en el rugby moderno las defensas tienen cada vez más trucos.

Por ejemplo, hay especialistas en lo que se llama “pesca”, que es cuando el defensor busca tomar esa pelota que está disponible, antes de que llegue el apoyo del atacante. En la jerga del rugby, esta disputa se llama “ganar abajo”, que significa que quien puede meterse por debajo de hombros y pecho del rival gana esa situación.

Hay toda un área del entrenamiento que está dedicada a la situación de contacto en la que algunos jugadores son especialistas. Dentro de ese entrenamiento se han empezado a incorporar técnicas de diversas artes marciales como el Judo y el Jiu Jitsu, justamente dos disciplinas de origen japonés que tienen en común el uso de llaves y palancas para la dominación del oponente. Si bien, es muy interesante y fundamental desarrollar estas habilidades nadie quiere ver partidos donde las estadísticas que resaltan son la cantidad de veces que perdió posesión un equipo, o la cantidad de tackles que hizo determinado jugador.

Lo que queremos ver es dinámica y ejecución precisa

Se solía decir que el rugby es un deporte que se juega con las manos. Podríamos decir que tal enunciado es incompleto. Cada vez más seguido vemos que para este deporte hace falta una habilidad total: fuerza, agilidad, equilibrio, potencia, velocidad. Agreguemos astucia y paciencia como otro tipo de recursos necesarios. Lo que vemos en este mundial es el signo de los tiempos, un deporte en constante evolución. Aunque algunos crean lo contrario.

El mejor ejemplo de ello es el segundo try de Nueva Zelanda frente a Francia en el primer partido del mundial. Los franceses, favoritos por ser locales, pero también por un presente lleno de rugby emocionante que recuerda los grandes equipos galos del pasado, torturaron con una defensa agresiva al eternamente ofensivo equipo All Black.

De las pocas pelotas que tuvieron los de negro, dos terminaron en try. El segundo de ellos provino de un lanzamiento a partir de line a los 2 minutos del segundo tiempo. La obtención fue clara y llegó a manos de Aaron Smith que con su famoso pase quirúrgico habilitó al tercera línea Ardie Savea, un remolino de potencia, con fuerza de toro y agilidad felina.

El sentido común diría que Savea iría al contacto de una pared defensiva francesa que salió rápidamente a su encuentro. Como mucho, el tercera línea podría tirar un pase a uno de sus apoyos. Pero no. Su decisión es la que inició y propició el try. Savea utilizó el pie. Con un sombrero buscando un espacio vacío de la defensa consiguió habilitar al veloz wing Will Jordan quien se metió en campo francés generando tanta presión que Francia jamás llegó a reposicionarse.

La acción que termina con el try de Mark Telea duró tan solo 18 segundos desde el lanzamiento del line. Secuencias de juego como la de esos 18 segundos tienen detrás horas y horas de práctica. El rugby es un juego de carreras y de astucia. Además de entrenar como artistas marciales, los protagonistas tienen que poder pensar bajo presión a velocidades imposibles para la ciudadanía de a pie.

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