Chiquito Romero también habló sobre Van Gaal y contó su experiencia: "Conmigo se portó..."
El arquero de Boca confesó que aún tiene trato con el DT neerlandés, que se ha ganado la enemistad de varias figuras argentinas.
Louis Van Gaal probablemente sea una de las personalidades del mundo del fútbol más cuestionadas por los argentinos. Su mala relación con Riquelme y Di María, más lo sucedido en los polémicos cuartos de final entre Países Bajos y Argentina en el Mundial de Qatar, lo terminaron por catapultar a la antipatía general del público. Sin embargo, hay un futbolista que le tiene aprecio y hasta mantiene un contacto: Sergio Romero.
El arquero de Boca brindó una entrevista al medio La Nación, donde contó el vínculo que forjó durante los años con el DT neerlandés luego de compartir grupo de trabajo tanto en el AZ Alkmaar como en Manchester United, y que aún persiste a pesar de los años.
"Louis (Van Gaal) está pasando una situación muy particular con su salud, y uno a la distancia no puede acompañarlo, pero siempre me tomo el tiempo de escribirle para hacerle llegar mi inquietud y mis saludos. Quizás al celular se demore un poquito más, pero le escribo al mail y responde enseguida. Y en español te responde", confesó.
Luego, reveló detalles de la tan cuestionada manera de gestionar los grupos que tiene el exentrenador de Barcelona y Ajax. "Yo tuve la posibilidad de conocer las dos caras de Van Gaal, porque no es sólo un entrenador. Tuve la suerte de conocer al hombre, y es una gran persona. En el AZ Alkmaar nos proponía hacer un montón de cosas que ni aparecían en los planes de un futbolista, como ir a compartir el día con chicos con capacidades diferentes…", explicó sobre quien lo dirigió dos años en Países Bajos y otro en el United.
Por último, Romero agregó que Van Gaal lo ayudo en su estadía en Países Bajos al punto de que le sirvió como traductor para las indicaciones tácticas y el trato con sus compañeros: "Él me ayudó mucho al llegar porque yo no hablaba inglés ni holandés, claro, entonces él hablaba con el plantel y después me separaba a mí y me decía lo mismo en español para que no me quedara afuera. Y si intercambiaba puntos de vistas con algún compañero, también se tomaba el tiempo de venir y explicarme qué habían conversado. Tuvo sensibilidad y calidez para integrarme a mis 20 años. Y adentro del campo, para mí, fue un maestro desde el día 1, que me dio la mano y me dijo: 'Para mí no sos más un arquero, sos mi jugador número 11'. Le tengo un gran aprecio, conmigo se portó excelente”.