El Gato Oldrá, a dos pasos de la gloria desde el corazón de su barrio
Godoy Cruz viajó rumbo a Rosario para medirse con Platense y la ilusión ya arrancó. Daniel Walter, el padre de la criatura, va por una página más en su historia de amor bodeguero.
El Aeropuerto Internacional El Plumerillo tiene el movimiento de siempre que no se alborota ni por ser feriado. Pasajeros que van y vienen, algunos llorando por un adiós que no sabe de fecha de regreso, otros para disfrutar las bondades de algún viaje de placer, y otros, yendo a laburar en esta República Argentina donde cada vez hay que trabajar más para vivir igual, o peor.
En esa marea de pasajeros en tránsito aparece una cabeza calva imposible de no reconocer a la distancia. Es Daniel Walter Oldrá, a esta altura casi que un mendocino ilustre, pero con sus formas de siempre. No importa que su equipo este a dos pasos de lograr algo histórico para el fútbol nuestro, no. El Gato jamás perderá las formas ante los suyos. Por eso, cuándo uno le solicita parar para sacarle un testimonio, al tipo no le molesta detenerse por más que el vuelo chárter que depositará a su equipo en Rosario esté a punto de dejarlo a gamba.
"No pasa nada, te espero". Eso dice el Gato. Te espero para hablar porque vos sos un periodista de acá, de Mendoza, como yo, por más que hoy sea uno de los cuatro entrenadores que siguen con vida en este torneo local que es una picadora de carne. Oldrá es mendocino, y por eso, para otro mendocino siempre tendrá tiempo. Ni la locura de todo lo que se habla en la previa de este duelo con tinte de histórico le eriza los pelos (los que le van quedando).
"Sabemos que tenemos una oportunidad de hacer historia pero estamos muy tranquilos y confiados que haremos todo lo posible para dejar a Godoy Cruz y a la provincia en lo más alto". Lo de tranquilo es innegable, es parte de su ADN. Lo de la confianza también, porque fue desde su llegada que jugadores que hoy son figura recuperaron las ganas y se sintieron importantes. Sin GPS, sin horas de cátedra, sin verticalizar la oferta de pase ni decir interno o extremo en una charla técnica. Oldrá es el mismo tipo de siempre, aun surfeando en la buena de esta primavera que parece no conocer de cambio de estación.