Pequeños gigantes: los tres juveniles que fueron clave en el ascenso de Independiente Rivadavia

Independiente Rivadavia es de Primera, señores y señoras, y no hay alegría que alcance para poder explicarlo. El equipo Azul le ganó a Almirante Brown en una final soñada y estará en la elite del fóbal argentino desde el próximo año. En un equipo que salió casi de memoria durante todo el torneo hay tres juveniles que le dieron un salto de calidad a cada línea del once de Berti y fueron un pleno absoluto de la Comisión Directiva.

Francisco Petrasso fue un pilar en la zaga central. Para el entrenador, el acierto fue conformar una dupla de zagueros entre juventud y frescura con liderazgo y experiencia. El jugador nacido en la cantera de River Plate de 21 años se alineó de la mejor manera a Mauro Maidana conformando una verdadera muralla que blindó a Gagliardo. Jugó 24 partidos oficiales en la primera fase y estuvo en la gran final. En el resto su lugar fue para Santiago Flores, también con edad juvenil. Su pase es del club.

En la mitad de la cancha ocurrió lo mismo con Franco Romero, de 23 años pero que juega como si llevara una vida en primera. El volante central surgido de Estudiantes de La Plata fue de lo mejor dele quipo en todo el certamen. El mediocentro no salió nunca y se convirtió en el termómetro del equipo campeón. Tras vencer su préstamo con el Pincha, su futuro parece estar muy lejos del Parque.

En ataque también ocurrió lo mismo con Matías Reali. Al delantero de 25 años lo trajeron del norte luego de dos pasos por Altos Hornos Zapla y Gimnasia sin tanto brillo pero explotó en Independiente Rivadavia. Con  Alex Arce armaron una dupla temible en ofensiva que fue una verdadera pesadilla para cada defensa rival. Por su amarilla con Maipú se perdió la gran final pero antes dejó su marca: 31 partidos, 2 goles y 4 asistencias en pos del equipo. Lo buscó Racing y será otro de los codiciados en el mercado de pases.