Los Pumas y las medallas que no se ven
Con irregularidad, pero en una de sus mejores presentaciones, Argentina cerró una Copa del Mundo que deja un saldo positivo a nivel rugby profesional y de base.
Los Pumas cerraron su participación en el Mundial de Rugby 2023 con el cuarto puesto tras un dramático partido que termino ganando Inglaterra por tres puntos. Fue de las mejores producciones del equipo nacional en la Copa del Mundo en la que cumplió con el objetivo de jugar los siete partidos por tercera vez en su historia. Obviamente, también queda al sabor amargo por la irregularidad en los últimos ciclos que se reflejó en esta edición y en el partido por el bronce.
A diferencia de encuentros anteriores, Argentina falló en el comienzo y eso le permitió al equipo inglés sacar una distancia considerable (13-0) y así ejecutar su plan de juego a la perfección: intensidad física constante, kicks a cargar y mucha presión territorial. Estaba claro que no era lo mismo conseguir el bronce para los ingleses y los argentinos. Para Los Pumas era la segunda oportunidad de ir a un podio. Inglaterra es el único campeón del hemisferio norte tras aquella consagración en Australia 2003.
Luego de la inestabilidad inicial, Los Pumas volvieron al partido jugando uno de los mejores partidos del Mundial. Es cierto, más atados que de costumbre, con menos riesgos en ofensiva, pero plantándose a nivel físico tras el esquivo inicio. Así, los números de Argentina terminaron mostrando solidez: 6 de 7 en el scrum y 8 de 8 en el line, son buenas cifras de posesión y control en pelotas propias. Luego llegará el análisis para ver que redito sacarle a las mismas. En un punto clave, apenas cometieron siete penales, pero es cierto también que cuatro de ellos derivaron en doce puntos con el pie de Owen Farrell para Inglaterra.
La palabra del capitán de Los Pumas, Julián Montoya
Argentina realizó un partido positivo, pero con la irregularidad antes marcada que se convirtió en bandera en los últimos procesos. Así, Santiago Carreras terminó marcando una gran conquista en el comienzo del segundo tiempo que le dio la posibilidad Los Pumas de tomar el mando. Sin embargo, lo que pintaba para punto de partida y desahogo para el cuestionado apertura cordobés, duró poco: en la acción siguiente le taparon un kick que terminó en try inglés. El del 10 no fue un buen Mundial. Quedó claro que necesita de un equipo que otorgue pelota de calidad y dinámica ofensiva constante, para mostrar su mejor versión. No juega en su puesto natural.
El juego aéreo con el pie fue un punto positivo teniendo en cuenta que era uno de los argumentos mejor explotado por Inglaterra en este Mundial. Así, los tres del fondo mostraron solvencia en la captura de la pelota y buena dinámica para intentar con constancia en acciones de contra. Otra vez, los pequeños errores pesaron: las sencillas perdidas de pelota de Argentina se multiplicaron en la noche húmeda y mojada de París. Y a eso se le sumaron un par de patadas defectuosas con penal a favor en las que la pelota quedó adentro del campo. Demasiado para un partido tan cerrado.
El recorrido de Los Pumas en el Mundial, idas y vueltas al margen, presentó un denominador común constante: las buenas actuaciones de Marcos Kremer. Fue el punto más alto del equipo y cerró su participación con un total de 92 tackles. El despliegue físico del jugador de Concordia fue de alto impacto. Lo mismo ocurrió con intervenciones más aisladas de Mateo Carreras, el explosivo wing tucumano, firme en defensa y punzante en ataque.
Queda la bronca del desenlace, con el penal fallido de Nicolás Sánchez. Justo el tucumano que venía embocando todo en este Mundial y aportando, con su experiencia, frescura en el comando del equipo cada vez que le tocó ingresar desde el banco. Sabía que seguramente se trataba de su último partido con el equipo nacional. Lo mismo ocurrió con Agustín Creevy, el más veterano del plantel, que ingresó bastante temprano en el segundo tiempo por la lesión del capitán Julián Montoya.
Concluida la jornada, quedan muchas preguntas sobre el Mundial que se va para Los Pumas y lo que vendrá. ¿Fue una buena actuación para Argentina? Sí. ¿Convenció el rendimiento del equipo? No. ¿Aprovechó el sorteo y el cruce de cuartos? Obvio, había que hacerlo. ¿Seguirá el head coach Michael Cheika? Veremos. ¿Hay material para mejorar el rendimiento del seleccionado y encontrar mayor solidez? Sí.
Sin embargo, en esta conclusión no hay que pasar por alto cuestiones insoslayables. Argentina llegó a su tercera semifinal en los últimos cinco mundiales. Eso con complicaciones en el armado de competición constante para el grupo principal de jugadores, quedó lejos aquel Jaguares en Super Rugby y la actualidad encuentra a los principales seleccionables desperdigados por diferentes clubes europeos; además, un biotipo natural en lo físico que no colabora y suele notarse en diversos sectores del campo y, lógicamente, una economía que suele alternar entre crisis y mega crisis. Así, Los Pumas volvieron a meterse entre los cuatro mejores del mundo y la medalla llegará de otra manera: con chicas y chicos acercándose a los clubes para comenzar a practicar este deporte.
Por Fabián Taboada – Periodista de ESPN