Federico Villegas: "En 2019 se nos exigió conseguir una medalla para que el deporte siga teniendo apoyo"
Fede Villegas es, desde hace años, uno de los mejores ciclistas de BMX del país. El mendocino, que vive y compite en Estados Unidos, habló de su carrera y de lo que viene, en un mano a mano con MDZ.
Poder vivir del deporte no es para cualquiera. Y mucho más si no se tratra de los más populares. Para poder conseguir ese objetivo tenés que ser lo suficientemente talentoso y constante, entre otras tantas cualidades. Aunque, generalmente, y a pesar de dejarlo todo, muchos quedan en el camino.
Por esto, Federico Villegas es un elegido. Tiene talento, se esforzó al máximo durante años y hace tiempo que es uno de los mejores corredores de BMX del país. Y ahí sigue, compitiendo en la elite mundial y representando a la Argentina en los torneos más importantes del mundo.
El mendocino, que cerró en Santiago del Estero su participación en la Copa del Mundo 2023, aprovechó para visitar a su familia en la provincia, descansar y volver a Estados Unidos, donde vive y compite hace un tiempo.
En este mano a mano con MDZ, Fede habló de sus comienzos, de su carrera, de los objetivos próximos y dejó reflexiones sobre el deporte, entre otras cosas.
- Fede, ¿qué balance hacés de este año que se está por terminar?
- Fue un año muy bueno en términos de consistencia, que es algo que buscaba. Quizás no en los resultados más altos posibles por una cuestión de recuperación, porque venía de dos años con caídas y con lesiones y fue todo bastante grande mentalmente también, superar eso. Y también me mudé, tuve una oportunidad con mi sponsor en Estados Unidos. Por todas esas cosas que se dieron, fue un año de poder establecerme bien allá, poder competir todo el año a un ritmo muy alto, obtener algunos resultados muy buenos y de mucho crecimiento personal, instalándome en un lugar nuevo, donde no había mucho conocimiento.
- ¿Cómo es poder vivir del deporte que practicás, que amás y hacerlo fuera del país?
- Es bastante loco. Cuando empecé con mi carrera profesional, o mi transición a lo profesional a los 16 años, mi meta más grande era poder vivir de esto y si llegaba a tener la oportunidad de irme a vivir a Estadosn Unidos, que para mi era la meca en su momento. Se tenían que dar tantas cosas para que eso pasara que con los años lo empecé a ver cada vez más difícil. El deporte pasó a la parte olímpica y cada vez era más viable vivir del deporte desde el país de uno, si tenías el nivel para tener ese apoyo de selección. Pero siempre estuvo el deseo, el sueño, de decir 'si alguna vez se da'. Y la verdad que es muy loco. El deporte no es fútbol u otro con más presupuesto. En Estados Unidos hay más apoyo, hay más oportunidades, pero al mismo tiempo algunas cosas tenés que hacer por el costado. Yo no trabajo de otra cosa, pero si me tomo un día a la semana para entrenar a un grupo de chicos y eso me da una estabilidad en lo económico porque los premios de la competencia están, pero necesitás un piso. El BMX es un deporte de muchos factores, entonces necesitás algo para tener estabilidad. Pero el lugar, las marcas, te dan la chance y eso está bueno.
- Es un deporte que exige muchísimo desde lo físico, ¿hasta cuándo te ves compitiendo?
- Físicamente creo que hay un techo a los 33, 34 años. Se puede estirar, pero va muy atado a lo personal, a cuántos años llevás compitiendo, a recuperaciones de las lesiones, y al deseo particular de seguir poniendo toda tu vida en una cosa. A partir de mis lesiones estuve tres años sin competir en Copas del Mundo y volví este año, preparado, pero se nota el salto de nivel en esos tres años. Ya era muy alto, pero ahora el margen de error es nulo. Antes, si vos estabas en cierto nivel, a cuartos o semis accedías relativamente fácil. Hoy en día, en Copas del Mundo, desde el primer round, que estamos hablando de 32avos de final, no podés cometer ni un mínimo error y por eso varían los resultados. Es parte del nivel y de lo que ha crecido el deporte.
- ¿Qué balance hacés desde lo personal de la Copa del Mundo que acaba de finalizar?
- Tenía el objetivo de estar más arriba, pero uno tiene que ser realista de dónde venía. Mi objetivo era también competir en el campeonato de Estados Unidos, que es muy competitivo también y poder hacer la mayor cantidad de finales allí. Mi año lo divido en esos dos campeonatos. Por el lado de la Copa del Mundo llegué a un nivel de cuartos de final relativamente estable, lo que no es menor, pero sé que tengo posibilidad de mucho más. Si bien a principio de año era algo relativamente bueno, en las últimas fechas de la Copa del Mundo que fueron en Santiago del Estero, tenía muchas ganas de estar en las finales. Pero simplemente es limpiar el margen de error. En Estados Unidos hice muchas finales, hice mi primer podio, hice segundo puesto en carreras UCI, así que creo que ha sido un año bueno en ese sentido y de mucho crecimiento allá, con la chance de hacerme conocido en ese campeonato.
- ¿Y con la selección?
- Este año volví a la selección, estuvo buenísimo. Había estado unos años afuera y no era normal para mí, de los 17 años que entré hasta los 27 fue algo fijo en mi vida. Pero estuve con las lesiones y el cambio de vida, la mudanza, me tomé un tiempo para competir allá. Pero me encantó volver, lo sentí propio muy rápido y estuvo buenísimo. Al mismo tiempo entrás rápidamente en esa competencia interna que extrañaba, pero me había olvidado de algunas cosas. Somos todos muy amigos, pero la realidad es que hay tres lugares y muchos corredores. Fue un proceso bueno y te enchufa rápido en eso de querer buscar el nivel que te diferencie de los otros.
- ¿Cuáles son los objetivos próximos?
- Ahora el 23 y 24 de noviembre compito en las finales de Estados Unidos. Esa es la competencia grande que queda, pero al poco tiempo comienza el campeonato de nuevo allá, el primer fin de semana de enero. Y la Copa del Mundo del año que viene arranca más temprano. Este es mi único descanso del año y ya arranco a full. Pero lo disfruto, es donde quiero estar, estoy cómodo con el trabajo y también por eso lo sigo haciendo.
- Hablame de tus comienzos, ¿cómo arrancaste?
- Mi viejo nos llevó a mi hermano y a mí un día, nos gustó, empezamos con bicicletas gigantes y todo pesado y cascos prestados, como cualquiera que arranca, y nos fuimos introduciendo cada vez más. Para mí fue un clic muy rápido, es un deporte muy competitivo y yo tengo una personalidad muy de eso. Fue muy fácil ir al todo o nada. A los 7 años yo ya sentía las ganas de competir como algo fuerte, quizás incluso demasiado. La familia siempre acompañando y bancando, desde lo económico y desde lo emocional también porque acá ganas y perdés sólo, y cada vez vas compitiendo por cosas más importantes. Y cuando no salen, y sos chico y todavía no podés lidiar con eso necesitás alguien que te vaya acompañando y mis viejos se la pusieron toda. Acomodaron su vida en base a los deportes que queríamos hacer.
- ¿Qué significa el BMX para vos, cómo lo vivís, cómo lo sentís?
- Yo separo las sensaciones de cómo se vive el praticar el deporte, con la competencia en sí. Porque hay una parte de mucho disfrute en solamente hacer el deporte, en sólo ir a la pista, andar con tus amigos, estar tres horas en la pista aprendiendo cosas nuevas en la bicicleta, es algo que se disfruta muchísimo. Ahí está la base, el disfrute y el por qué lo hacés. Después la parte competitiva es muy linda porque te enseña muchísimo. Te enseña a perder rápido porque es muy difícil que en un deporte individual te mantengas en un nivel constante de ganar siempre, terminás siempre perdiendo más de lo que ganás, lo han dicho un montón de deportistas pero no deja de ser cierto. Aprendés mucho de tu personalidad, de cómo apuntar a otras cosas de la vida. La competencia es al todo o nada, son 30 segundos donde tiene que salir todo bien. Pero bueno, si sale sale, y si no, siempre hay otra.
- ¿Qué tenés que tener para poder triunfar al más alto nivel en un deporte individual?
- Creo que tenés que tener una fuerza mental muy grande. Conozco deportistas que han sido los más ganadores, que son amigos, y ellos mismos, que ganaron un montón, han pasado momentos durísimos. Tenés que hacerte fuerte mentalmente y eso se hace volviendo siempre a las bases: por qué hacés lo que hacés. Si vos te basás en que lo hacés porque lo disfrutás, porque elegís esto primero antes que otra cosa, con lo bueno y lo malo, ahí baja el nivel de exigencia que uno se pone, la presión. Eventualmente dejás de sentir la presión si tenés las bases claras. Y la base es: yo hago esto porque me divierte, porque me gusta y cuando gano vale la pena, y cuando pierdo, también. Hay que estar fuerte mentalmente y eso se entrena y los que acompañan son importantes para siempre estar positivo.
- La presión siempre está a ese nivel...
- Te autoexigís porque querés ser vos el que está ahí, el que compite, el que representa, el que gana. La presión la aprendés a manejar y no dejás de aprender a manejarla nunca. Yo he llegado a ganar cosas, medallas, que representan un montón y de repente, años después sentís de nuevo esa presión. ¿Y por qué, si ya gané? es decir, no dejás de sentirla pero si aprendés a manejarla un montón y la aprendés a ver como algo bueno. Si vos sentís presión estás en el lugar que querés estar. Te sentís desafiado. Si yo estuviese en una competencia en la que no siento nada de presión, nada de nervios, de responsabilidad, claramente estoy apuntando más bajo de lo que puedo apuntar.
- ¿Cuáles son los recuerdos más lindos arriba de la bici?
- La medalla panamericana 2019 para mi fue muy importante. En BMX no habíamos conseguido una medalla nunca hasta ese momento y se nos exigió a los dos que fuimos a competir, a Chalo (Gonzalo Molina) y a mí, desde el ENARD que necesitábamos conseguir una medalla para que el deporte siga teniendo apoyo. Y con todo ese contexto, competir al nivel de conseguir una medalla, en un deporte tan cambiante y donde hay tantos factores que pueden suceder en esos 30 segundos, fue muy importante para mí. Y fue un premio a tantos años de cosas que por ahí no terminaban de acomodarse. Y en términos generales, esto de poder vivir del deporte afuera es lo que más admiraba de los corredores que estaban antes que nosotros en la selección. Y hoy me baso en eso cuando la presión no está tan buena, en ver lo que conseguí y eso me enorgullese. Es algo por lo que trabajé 15 años y que se haya dado me da cierta tranquilidad para lo que queda.
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