Los Pumas ante Gales: ¿cómo vencer al equipo más paciente de todos?

Luego de superar el “octavos de final” ante Japón, Los Pumas consiguieron su objetivo y clasificaron a los cuartos del Mundial de rugby para meterse entre los ocho mejores del mundo por quinta vez en su historia. Gales, el rival del cruce, será un desafío mayúsculo: un equipo que no mermó en su rendimiento en los últimos años, sin claudicar en su premisa de un juego poco vistoso, pero efectivo; que siempre logró resolver las ausencias en las citas grandes y se encuentra bajo la conducción de un gran estratega como es Warren Gatland. Al margen de semejante presentación, es un rival “elegible” para tener en esta instancia mundialista, aunque el terreno de lo predecible suele quedar de lado en las últimas temporadas del equipo argentino.

Warren Gatland nació 60 años atrás en Hamilton, Nueva Zelanda. Tras destacarse en el equipo provincial de Waikato y ponerse la camiseta de los All Blacks, inició un recorrido por el continente europeo a mediados de los ´90 y allí encontró su segundo lugar en el mundo. Estuvo al frente del seleccionado de Irlanda en el Mundial 1999, sufriendo en carne propia la eliminación contra Los Pumas en aquella inolvidable noche de Lens. En 2023 se convirtió en el Head Coach en participar en más ediciones de una Copa del Mundo. A la mencionada con los del Trebol, hay que sumarle las últimas cuatro al frente de Gales.

Desde su llegada despertó elogios pronunciados y criticas negativas ante una constante secuencia que no siempre va de la mano: juego vistoso y resultados. En su primer ciclo en el Dragón (2007 a 2019) ganó cuatro veces el Torneo de las Seis Naciones y llegó a dos semifinales de Copa del Mundo. Además, en 2015, logró sacar a Inglaterra en fase de grupos de “su” Mundial. Tal vez sin tanto brillo, es cierto, pero con un estilo de juego bien marcado, logró un sentido de equipo y pertenencia que fue acompañado por grandes logros. Para poner en contexto, en ese lapso inicial, Francia apenas ganó un 6 Naciones.

El Gales de Gatland generó la expresión que resonaba en los titulares de la prensa galesa: “WarrenBall”. Así calificaron la claridad en el concepto de lo diagramado por el entrenador, la puesta en escena de un plan que nunca lograba resquebrajarse al margen de ausencias notables, un plantel convencido con los objetivos establecidos y como llegar a ellos y, por supuesto, un público galés que acompañaba con animo los buenos resultados y el espectador neutral que rezongaba ante la propuesta poco ambiciosa desde lo estrictamente seductor.

Gatland se fue en 2019. La llegada de Wyne Pivac a la conducción, decían, podría darle a esa rocosa estructura del anterior técnico, un juego más amplio, de ataque y jugadas de esas que terminan en los resúmenes de fin de año. No pasó. Y Gatland volvió. Pero al neozelandés tampoco le fue bien cuando regreso a su tierra natal para cumplir el sueño de ser Head Coach de Chiefs. Las negativas experiencias de Gales y Gatland los llevaron a juntarse nuevamente para planificar el Mundial 2023. Y no cambió mucho.

Gales mantiene las bases del tradicional juego de Gatland: forwards pesados que intentan poner la pelota adelante, someter físicamente al rival, solidez en las formaciones fijas, mucha utilización del pie, traslado de presión a campo rival, un pateador fiable y backs picantes para definir las jugadas por afuera cuando el rival ya no ofrece resistencia. Ese es el plan. El plan de siempre de Gatland. El plan que todos conocen. Pero que pocos pueden superar.

¿Cómo se pone impaciente a un equipo paciente sin perder la paciencia? Esa es la gran pregunta a la que Los Pumas deberán ponerle una respuesta el sábado en Marsella. En principio, la estadística ofrece algunos números que dejó la fase de grupos para tratar de entender que debería intentar hacer el equipo argentino. Por caso, entre los dos medios scrums de Gales, patearon 51 kicks estratégicos en los cuatro partidos de la fase inicial. Un montón. Allí, Argentina deberá tener prudencia total a la hora de descolgar la infinidad de pelotas que viajarán por el cielo de Marsella.

Michael Cheika, el entrenador principal de Argentina, entregó los primeros indicios de lo que será el plan argentino: cambia el medio scrum. Al margen de la constante cuestionabilidad del rendimiento de la pareja de medios, el mendociono Gonzalo Bertranou ofreció una de sus mejores versiones en el duelo ante Japón. Sin embargo, saldrá del equipo y ni siquiera estará en el banco. Su lugar inicial será ocupado por Tomás Cubelli, un jugador con mayor experiencia, otro tipo de conducción y menos ritmo de competencia reciente.

En el pack de forwards, ante la baja obligada del ex capitán Pablo Matera, Cheika ofreció dos variantes en una: primero, pasará Juan Martín González a su puesto natural de ala. Allí donde se siente más libre y se vieron las mejores actuaciones del mendocino. Y segundo, el ingreso del santiagueño Facundo Isa. Un jugador con una potencia terrible, siempre mirando para adelante con su juego de tracción que claramente encajaría en el equipo de Gales si su apellido fuese Jones.

Además, en el banco volverá a la versión de un segunda línea (Alemanno) y un tercera (se suma Bruni), con la experiencia de Nicolás Sánchez a la espera de minutos para poder saltar al campo al igual que Matías Moroni. Las cartas están tiradas.

"Los equipos se van construyendo con el paso del torneo", es una frase muy tradicional. Para Gales la historia, piezas al margen, es la misma desde el inicio del ciclo Gatland en 2007. Aquí la frase puede que aplique para unos Pumas que presentaron muchas incógnitas en sus cuatro primeras presentaciones: derrota desangelada ante Inglaterra, desahogante triunfo contra Samoa, el deber cumplido ante Chile y la sensación de un sufrimiento innecesario ante Japón. Ahora, a la hora de la verdad, será fundamental no ingresar en ese espiral de ansiedad para lograr impacientar al equipo más paciente de todos.

Por Fabián Taboada, periodista de ESPN.