Vélez ante Flamengo y el recuerdo de la piña más impresionante jamas vista
Los de Liniers y los de Río de Janeiro, rivales de Libertadores hoy, tienen una recordada pelea en la Supercopa de 1995.
Vélez comienza su camino en la Copa Libertadores ante Flamengo en el estadio Amalfitani. Precisamente en un cruce entre el Fortín y el equipo de Rio de Janeiro se dio la emblemática agresión de Flavio Zandoná a Edmundo que derivó en una de las peleas más grandes de la historia de las copas sudamericanas.
En la Supercopa de 1995, Vélez se sumó a la competencia que reunía a todos los campeones de la Libertadores por su conquista en el año anterior. En los octavos de final del torneo, el equipo de Carlos Bianchi se cruzó con el Mengao, que tenía entre sus figuras a Romario, el ídolo del Brasil campeón del mundo en estados unidos 1994.
En el partido de ida, el equipo brasileño había ganado 3-2 en Liniers consiguiendo gran parte del pase a semifinales, aunque por ese entonces no existía la regla del gol de visitante, por lo que Vélez manteía alguna chance. Sin embargo, en la revancha la actuación de Flamengo fue tan buena que rápidamente se puso en ventaja con gol en contra de Pellegrino. En el segundo tiempo, Edmundo y Romario estiraron la diferencia a 3-0, dejando a Vélez lejos de toda posibilidad.
Ya sobre el final del partido, Edmundo comenzó a tirar lujos que enojan a los jugadores de Vélez, en especial a Flavio Zandoná, que se quedó discutiendo con el delantero. La jugada continuó y el Fortín consiguió un peligroso tiro libre cerca del área local. Mientras Chilavert iba busca de la pelota para tratar de descontar, Edmundo le hizo el gesto de los tres goles a Zandoná y le dio un cachetazo. El defensor no se quedó ahí: primero le devolvió el cachetazo y luego cerró la faena con un fuerte golpe de puño.
La trompada del jugador de Vélez desató la hecatombe. Una patada voladora de Romario, empujones, corridas y decenas de suplentes y allegados completaban la escena. El único que parecía querer seguir con el partido y calmar a todos era Chilavert, aunque sus intentos no prosperaron. El árbitro uruguayo Ernesto Filippi dio por terminado el encuentro mientras la policía sólo contenía a los jugadores de Vélez.
Todavía en el campo de juego, Edmundo declaró para la televisión: “Está todo bien, lo importante es que nosotros seguimos en la copa y ellos no”. Días después, se hablaba de una sanción de diez partidos para Zandoná , aunque eso no hizo cambiar de postura al futbolista. En una entrevista a la salida del entrenamiento declaró: “Yo pienso que cuando vas 3-0 que te carguen, se te pongan al lado tuyo y te hagan con los dedos el tres y te den un cachetazo, eso colma la paciencia de todos. Lo volvería a hacer no estoy arrepentido de nada”.

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