Federal A

Maipú, el que marcó el camino, y un grito ahogado por casi 30 años

El Cruzado, el primer equipo mendocino en ascender al viejo Nacional B, logró su segundo ascenso a la divisional, hoy llamada Primera Nacional, y se desahogó luego de casi 30 años de espera y sufrimiento. Maipú marcó el camino de la provincia y vuelve al sitio del que nunca debió irse.

Lucas Burgoa
Lucas Burgoa lunes, 1 de febrero de 2021 · 06:47 hs
Maipú, el que marcó el camino, y un grito ahogado por casi 30 años
Foto: Prensa Deportivo Maipú

El 29 de junio de 1986, en el mítico estadio Azteca de México, Diego Armando Maradona levantaba la segunda Copa del Mundo para la Selección argentina y comenzaba a convertirse en leyenda con una actuación única, de principio a fin.

Apenas 20 días después de aquella gesta, comenzaba en nuestro país el nuevo formato de la Segunda División, el Campeonato Nacional B, y el Deportivo Maipú fue uno de los 22 equipos que inauguró una nueva era, que con el correr de los años pasaría a llamarse Primera B Nacional y en la actualidad, Primera Nacional.

El Cruzado fue el único representante mendocino en la divisional no sólo en ese año inaugural, sino durante seis años. Seis temporadas en las que se dio el gusto de ser el mejor equipo mendocino, ya que ningún otro pudo sumarse disputar el torneo que te permite soñar con jugar en Primera.

El Botellero volvió al Nacional. (Foto: Prensa Deportivo Maipú)

Lamentablemente, el sueño se terminó en la 1991/92, cuando los promedios condenaron al Botellero al descenso en un torneo que tuvo como campeón al Lanús de Miguel Ángel Russo, que lograba su segundo ascenso con el Granate, el definitivo, ya que el elenco del Sur se mantiene desde entonces en la máxima categoría.

El objetivo de regresar cuanto antes no se pudo cumplir en lo inmediato, ni en el corto plazo. Ni en el mediano. Y con el correr de los años el Deportivo Maipú veía cada vez más lejana la posibilidad de volver a estar en el lugar que se había ganado en la cancha.

El 16 de junio de 2008, el Botellero empezaría a escribir los capítulos del regreso. Aquella recordada final en el José María Minella de Mar del Plata, en la que venció por penales a Alvarado, le permitía subir al Argentino A, torneo que lo tuvo como protagonista en casi todas sus ediciones.

Pero el sueño seguía haciéndose esquivo. El Cruzado hizo de su estadio una fortaleza en la cual llegó a estar 58 partidos consecutivos sin perder, entre 2006 y 2009, pero aún así no le alcanzaba para pegar el salto.

Luego de 12 años en la tercera categoría, el 2020 lo comenzaría con las ilusiones renovadas en un torneo que había empezado en agosto de 2019, pero la pandemia paró todo y reinó la incertidumbre. Hasta allí, Maipú lideraba su zona junto a Villa Mitre. En medio del parate, se decidió gerenciar su fútbol y arribó la empresa MM Soccer con una inversión que le permitió al club hacerle frente a la dura crisis económica que generó el coronavirus, sobre todo en las instituciones del interior, ya que a la hora de repartir ayudas, la AFA se centró en la región metropolitana en una nueva muestra de su unitarismo porteño.

La primera medida fue destituir de la dirección técnica a Carlos César Sperdutti, el histórico entrenador que tantas alegrías le dio al pueblo Botellero, y Luciano Theiler se hizo cargo del equipo para encarar la reanudación de la competición con un formato reducido a fines del año pasado, que tuvo al equipo en la fase campeonato gracias lo conseguido de la mano del Gringo antes del parate.

Es que, aunque el encargado de manejar al equipo en las etapas decisivas fue Luciano Theiler, lo de Carlos Sperdutti fue fundamental. En este mismo torneo que comenzó en la segunda mitad de 2019, el Gringo dirigió al equipo en los primeros 22 partidos, con 11 triunfos, 6 empates y 5 derrotas, anotando 25 goles y recibiendo 20 para dejar al equipo como puntero.

Luciano Theiler y Carlos Sperdutti, los padres de la criatura. (Foto: Prensa Deportivo Maipú)

Tras la reanudación Maipú volvió a ser protagonista pero, una vez más, se quedó en las puertas de la definición. Las derrotas ante Olimpo y Villa Mitre le negaron la posibilidad de jugar la gran final por el ascenso y volvían a merodear los fantasmas, pero quedaba la chance de la reválida. Y allí el Cruzado no falló.

Después de perder ante los bahienses, los de Theiler golearon a Deportivo Madryn en la última fecha de la fase de ganadores en un anticipo de lo que sería la gloria eterna. A partir de ese encuentro se hizo imparable y metió cinco victorias consecutivas, sin recibir ningún gol, para terminar logrando lo que tantos años estuvo buscando.

Los números indican que en la reválida estuvo intratable. Triunfos al hilo sobre Camioneros, Sportivo Las Parejas, Sarmiento de Resistencia y Deportivo Madryn, con seis goles a favor y ninguno en contra. Pero la campaña total también fue digna de un ascenso. En total, Maipú disputó 32 partidos, de los cuales ganó 18, empató 7 y perdió 7, con 38 goles a favor y 24 en contra, obteniendo el 63,54 por ciento de los puntos disputados.

Debieron pasar 29 años. Casi tres décadas desde aquél día en que el Cruzado se despidió del Nacional B. Deportivo Maipú regresó a la hoy llamada Primera Nacional. El que marcó el camino para el fútbol de Mendoza vuelve al lugar del que nunca debió irse. Salud, Cruzado.

Archivado en