El último baile: se cumplen 26 años del adiós de Maradona a la Selección argentina

El 25 de junio de 1994 quedó marcado para siempre en la historia del fútbol argentino, pues ese día, del que hoy se cumplen 26 años, Diego Armando Maradona jugaría su último partido con la camiseta de la Selección nacional. Aunque el equipo conducido por Alfio Basile ganó y desplegó un fútbol de alto vuelo ante Nigeria por la segunda fecha de la fase de grupos, ese día es recordado con tristeza porque el 10 dio positivo en el control antidoping y fue expulsado de una copa que tenía a la Albiceleste como firme candidato al título.

"Me cortaron la piernas", fue la frase del astro, en una improvisada conferencia de prensa, tres días después de conocerse su adiós al Mundial, en el que Argentina no volvería a ganar tras su suspensión y terminaría eliminada en octavos de final en manos de Rumania.

El equipo de Basile concentró en un colegio de la ciudad de Boston y Maradona, con una excelente preparación, adquirió un brillante estado físico. Pocos conocían que, además, tenía la colaboración de Daniel Cerrini, un preparador físico muy amigo del uso de distintos preparados para mejorar el cuerpo.

El debut fue con el pie derecho. El combinado nacional, vestido de azul, arrolló a Grecia imponiéndose por 4 a 0 con tres tantos de Batistuta y uno de Diego, que terminaría siendo el último en un Mundial y el último con la Selección. Ese día el equipo del Coco Basile mostró un funcionamiento colectivo espectacular por el cual empezaba a vestirse de candidato.

El segundo partido también fue alentador. Argentina mantuvo su nivel y se impuso por 2 a 1 frente a Nigeria, con dos anotaciones de Claudio Caniggia, quien dio una de sus mejores actuaciones con la camiseta Albiceleste. El primero de ellos tras el rebote que dio el arquero Rufai a un tiro libre ejecutado por Batistuta, y el segundo tras una avivada de Diego Maradona quien lo habilitó rápidamente en un tiro libre y que quedó en el recuerdo por la imagen de la televisión que captó el momento justo en el que el Pájaro le grita al 10 para pedirle la pelota y marcharse solo hacia el gol.

Esa victoria dejó al equipo de Basile con un pie en los octavos de final, pero con un alto costo y un inmenso dolor para el pueblo argentino tras conocerse el resultado positivo de Maradona por consumo de efedrina en el control antidoping realizado al astro con posterioridad al juego ante los nigerianos.

La imagen de Maradona, saliendo del campo de juego lentamente de la mano de una joven enfermera rubia. Sue Carpenter, la "viuda blanca" que acompañaba al más grande futbolista, fue repetida luego por años en los canales de televisión de todo el mundo.

La AFA, en realidad Julio Grondona, antes de que se comprobara la contraprueba, decidió sacar de la competencia a Maradona. El 10 recibió una suspensión de 15 meses y así puso fin a su historia con la camiseta que más amó en su carrera.

La falta de su más importante referente futbolístico y capitán del equipo afectó al Seleccionado en su juego, y el tercer partido de la primera fase fue derrota ante Bulgaria por 2 a 0. Sin embargo, el equipo consiguió la clasificación por ser uno de los mejores terceros y se cruzó con Rumania, con el que perdió 3-2 (Batistuta y Abel Balbo) y se despidió en octavos.

Aquel torneo de Estados Unidos, por primera vez en la historia de los mundiales, se definió por penales en la final, que ganó Brasil (tetracampeón) luego de empatar 0-0 frente a Italia, tras 120 minutos de juego: 90 reglamentarios y 30 de suplementario. Luego de un deslucido encuentro en Los Angeles, los sudamericanos tuvieron mayor puntera y se impusieron por 3-2.

Colombia, que llegó como una de las favoritas del torneo, fue eliminada en la primera ronda. Las derrotas ante Rumania (3 a 1) y Estados Unidos (2 a 1) dejaron sin chances al equipo conducido por Francisco Maturana, y el triunfo con Suiza (2 a 0), de nada sirvió.

En su regreso a Colombia, el defensor Andrés Escobar, quien había convertido un gol en contra ante los estadounidenses, recibió doce balazos a la salida de un local nocturno de manos de Humberto Muñoz Castro, un sicario de la mafia que manejaba el negocio de las apuestas, en la ciudad de Medellín.