Estuvo preso, fue barra de Boca y será parte de la mesa chica de Tapia

Claudio Tapia fue reelecto ayer como presidente de AFA y una vez finalizada la reunión virtual se dieron a conocer los cargos que tendrá la nueva conducción que trabajará a la par con la flamante Liga Profesional de fútbol. El máximo dirigente de la entidad avisó que todos los integrantes de la mesa chica tendrían relación directa con los clubes pero hay un caso que llama la atención.

Se trata del prosecretario ejecutivo del ascenso: Maximiliano Levy. Es presidente de Almirante Brown pero en 2013 estuvo preso en Ezeiza por encubrir a Maxi Mazzaron, líder de la "12" y acusado del asesinato de Ernesto Cirino, atacado a golpes la noche del 29 de agosto de 2011 tras una discusión doméstica con barras Xeneizes.

Además, es el primer mandamás de un club que no puede ingresar a los estadios por un pedido directo de Aprevide. Tras el citado episodio, volvió a escena en la final de la Libertadores del 2018 cuando estuvo infiltrado en el Monumental para seguir la revancha el 24 de noviembre de ese año, que luego fue suspendida por los incidentes con el micro de Boca.

También, en ese año, volvió a Almirante Brown. Fue líder de la barra del popular club del ascenso y en enero del 2019 ganó las elecciones presidenciales del club. A partir de ese momento su faceta dirigencial fue creciendo y su amistad con Pablo Toviggino, le permitió sentarse en la mesa chica de Tapia. 

En diálogo con La Nación, Levy reconoció que su nombramiento generó polémica y aclaró: "Ese pasado me dejó un mote de algo que nunca fui. Jamás en mi vida me paré arriba de un paravaalancha".

"Yo nunca voy a esconder mis amistades, menos las de toda la vida. Yo tenía una amistad con Mazzaro. Después cada uno sabe a lo que se dedica en la vida. Y creo que Chiqui supo separar todo eso y ver mi voluntad de mejorar algo", cerró.